Heriberto BLANCARTE L/Concaulta Oaxaca, México.- En su discurso al recibir el Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz afirmó que los seres humanos perseguimos la modernidad en sus incesantes metamorfosis y nunca logramos asirla. “Se escapa siempre, cada encuentro es una fuga, la abrazamos y al punto se disipa: sólo era un poco de aire”.   Así lo expresó el poeta mexicano en su texto de recepción del Premio Nobel de Literatura el 10 de diciembre 1990, en Estocolmo, Suecia y que en opinión del escritor Álvaro Enrigue, director  Editorial y de Producción de la Dirección de Publicaciones del Conaculta, contiene la convicción que mantuvo de la centralidad de México en el mundo.   [caption id="attachment_83330" align="alignleft" width="300" caption="Alvaro Enrigue"][/caption] Con motivo del 20 aniversario de que el autor de El laberinto de la soledad fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través de la Dirección de Publicaciones, ha publicado dos ediciones: Octavio Paz, pasado y presente en claro: 20 años del Premio Nobel, así como Octavio Paz, entre la imagen y el nombre. “El primero --Octavio Paz, pasado y presente en claro: 20 años del Premio Nobel-- es una oportunidad para conocer el discurso que dio Octavio Paz hace 20 años al recibir el galardón, texto que sólo fue publicado en las páginas de la revista Vuelta; el segundo es un libro fotográfico donde el protagonista es el cuerpo y rostro mismo del poeta, desde su juventud hasta su edad madura, a través de la visión de reconocidos artistas de la imagen”, refiere Álvaro Enrigue en entrevista.   Sobre Octavio Paz, pasado y presente en claro: 20 años del Premio Nobel, Álvaro Enrigue recordó que el proyecto surgió después de que Enrico Mario Santí, profesor de la Universidad de Georgetown, encontrara un texto inédito que Octavio Paz escribiera para la revista Life.   “Era una rareza, una joya, era un reportaje sobre la Ciudad de México del que nadie se acordaba, fue ahí donde nos dimos cuenta que teníamos material para un libro con ambos textos y fue ahí donde entró la colaboración del Fondo de Cultura Económica con el que realizamos esta edición”, expone Álvaro Enrigue.   Afirmó que este libro tiene la virtud de que fue editado en tipografía novohispana, además de que resultó un éxito entre los asistentes a  la Feria del Libro de Guadalajara que concluyó hace unos días.   “El pensamiento que Paz integra en su discurso al recibir el Premio Nobel tiene que ver con el presente y la imposibilidad de desprenderlo de su fondo histórico. Es un texto que muestra su poderosísima lectura de toda la cultura y de la hispanidad. Paz propuso que es México donde la historia de los pueblos y las civilizaciones se convierten en algo universal”, señaló el escritor.   El director Editorial y de Producción de la Dirección de Publicaciones del Conaculta destacó que la prosa de Octavio Paz en cualquier texto se convierte en algo exquisito para el lector. “Tenía probablemente el mejor oído de la segunda mitad del siglo XX mexicano, tal vez sólo López Velarde haya tenido tan buen oído como él y eso se nota en su prosa de manera flagrante y espectacular”.   Enrigue consideró que el Premio Nobel  de Literatura tiene una condición deportiva un tanto incómoda. “Es un premio que pareciera que se saca un país y no un autor, pero aún así nos produce un orgullo tremendo que haya un Nobel mexicano. Octavio Paz lo calificó como una casualidad afortunada y creo que su discurso debe ser conocido por las nuevas generaciones porque nos habla de la grandeza mexicana”.   Creo que es destacable que alguien nos recuerde la importancia de México en el mundo –estima Enrigue-- que de cada cuatro hispanohablantes uno es nuestro, que sin la minería mexicana no se explica la era industrial, no somos un país sin importancia, somos un país central para la cultura y con el que no se entiende la modernidad del planeta entero, Octavio Paz tenía eso muy claro”.   Con respecto al libro fotográfico Octavio Paz, entre la imagen y el nombre, que integra fotografías de Lola Álvarez Bravo, Manuel Álvarez Bravo, Héctor García, Rogelio Cuéllar, Paulina Lavista, Juan Miranda, y la propia esposa del poeta, Marie-José Paz, Álvaro Enrigue precisó que es un proyecto que propuso Rafael Vargas y en un principio fue pensado para integrar una exposición de homenaje.   “Al ver la riqueza de las imágenes recopiladas nos dimos cuenta que teníamos material para realizar un gran libro, mostrando a Octavio Paz desde su juventud cuando en una fotografía anónima capturada en 1936 emula a Arthur Rimbaud, hasta el escritor en plenitud que se encuentra en el estudio de su casa”, narra Álvaro Enrigue.   “El libro abre con esa imagen anónima, lo cual es un gusto porque significa que Octavio Paz nos pertenece a todos, y luego va contando, a partir de la conversación visual del poeta con algunos de los fotógrafos más importantes del siglo XX mexicano, la evolución de una vida que iba terminar por enriquecernos a todos”. Este libro, puntualiza,  representa un trabajo de colaboración entre Paz y sus retratistas, llegando incluso a un claro diálogo entre el poeta y la cámara. “Ofrece una visita inédita a la vida de Octavio Paz. Hasta ahora no habíamos trazado y pensado un discurso sobre el cuerpo en la obra de este autor. En este libro el protagonista no es la mente brillante, el gran polemista, no es el poeta mayor del siglo XX mexicano, sino el cuerpo de Paz lo que rige a cada página, ese cuerpo que es joven, que madura, que envejece y que al final es una suma de sabiduría”.   Álvaro Enrigue concluye: “Cada fotógrafo imprime su sello, su estilo pero con la complicidad del poeta; están las fotos famosísimas de estudio, hay una serie inédita de Paulina Lavista de Paz dictando una conferencia, son realmente muchos ejercicios de estilo que el público va a disfrutar mucho”.