Artemisa MENDIZÁBAL/Conaculta
Oaxaca, México.- A punto de entrar en su etapa de posproducción y en coincidencia con la exhibición de su más reciente y último corte,
Retrato de un vampiro, documental de Ulises Guzmán en torno a la figura de Juan López Moctezuma -considerado uno de “los malditos” del cine mexicano-, fue invitado formalmente para participar en el Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror de Sitges (España), en octubre próximo.
Entrevistado al término de la exhibición especial (
work in progress) de esta producción en video, realizada en la Cineteca Nacional como parte de la programación del Festival de Horror en Cine y Video 2010, Guzmán comentó que la invitación llegó apenas este miércoles, lo cual los coloca en una carrera contra el tiempo para concluirla en octubre. Sin embargo, indicó que existen algunas dudas en cuanto a si participar o no, pues por no ser una cinta de ficción quedaría fuera de la sección de competencia.
El realizador, egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), indicó que
Retrato de un vampiro fue pensada para ser, a la vez, documental y ficción, con el propósito de reivindicar a un cineasta que si bien ha sido despreciado por la crítica, obtuvo notables éxitos comerciales con filmes de terror de serie "B", que se han convertido en objeto de culto e incluso, generado ciclos en festivales especializados.
Acerca del origen del documental –producido por Conaculta, Imcine y Onírica), Ulises Guzmán señaló que en 1993, dos jóvenes (Manuel Santillán Durán y Eduardo Mondragón Casares) ingresaron a un hospital siquiátrico de la ciudad de México para raptar al cineasta Juan López Moctezuma, llevarlo a las locaciones donde había rodado sus cintas y regresarlo días después al hospital.
Lalo y Manolo, dijo, eran fieles seguidores de las películas de López Moctezuma, especialmente de
Alucarda, la hija de las tinieblas; supieron que estaba en un hospital siquiátrico tras haber perdido fortuna, juicio y memoria. Le sacaron del establecimiento sin permiso, le pusieron sus obras en vídeo y le llevaron a algunas de las locaciones donde rodó, antes de devolverlo al hospital.
Indicó que arruinado, olvidado y solo, López Moctezuma decidió olvidarse de sí mismo. Atrás quedaron sus actividades como pintor, actor y locutor, sus guiones, sus películas y su carrera en la industria audiovisual (dirigió Televisa Cine en España). “Cuando aquellos jóvenes lo ‘secuestraron’, le satisfizo que supieran de él... más de lo que él mismo podía recordar. Al parecer, aquella experiencia avivó su mente y al morir, el 2 de agosto de 1995, les heredó sus derechos fílmicos, a pesar de tener dos hijas”.
El autor del corto de animación
Malapata, apuntó que llevado por la curiosidad y la tentación, decidió realizar un documental que a final de cuentas considera como un serio homenaje al talento de López Moctezuma, a través de la exploración de la relación mágica, casual y extraña del director con su público, así como las ramificaciones e impresiones que este encuentro ha tenido posteriormente en Manuel Santillán Durán y Eduardo Mondragón Casares, para rescatar una página aún oculta en la historia de la cultura audiovisual y artística de México, la del otro cine mexicano.
Refirió que ll trabajo tiene tres vertientes: “la más importante, la de los chavos; las otras subtramas son la historia de Juan López Moctezuma con gente que lo conoció y la parte de ficción en la que Juan Carlos Colombo interpreta al cineasta. Incluye todo lo que pasó en el encuentro de los tres, acompañado por testimonios de gente que lo conoció, como la actriz Tina Romero (protagonista de
Alucarda) y el escritor Carlos Monsiváis, Jorge Ayala Blanco, Eduardo Ruiz Saviñón, Jorge Victoria, Alexis Arroyo y el apoyo en la producción de Eduardo Moreno Laparade.
Sobre la posibilidad de que si aparece algún nuevo material que obligara a ampliar o modificar este último corte, Ulises Guzmán rechazó que eso pueda ocurrir, pues en estos días entrara a la etapa de posproducción y espera tenerla lista para fines de septiembre o inicios de octubre.
Al pedirle su punto de vista acerca de si Juan López Moctezuma es un cineasta maldito, como se le ha calificado, dijo que es tan maldito como se le quiera ver, pues sus trabajos son realmente
underground y por ello, no son citados en los libros, pero la gente los conoce y han sobrevivido en la memoria al paso del tiempo, tal es el caso de
Alucarda y La mansión de la locura, cintas que siguen vigentes.
Guzmán reconoció que en el transcurso del rodaje han ocurrido cosas extrañas o chuscas, como el hecho de que luego de filmar algunas escenas en una funeraria, al regresar a dar las gracias y pedir el nombre a la persona que les atendió para incorporarlo a los créditos, los vecinos les dijeron que el establecimiento había cerrado tres años atrás, que no existía el velador por el que preguntaban y, efectivamente, el lugar estaba en completo abandono.
Respecto al paradero del original de
Alucarda, Guzmán afirmó que se desconoce y agregó que hasta donde tiene conocimiento, un productor privado en Inglaterra tiene la única copia en buen estado que existe; de tal suerte, que tendrían que ser las instancias cinematográficas oficiales de México, quienes tendrían que tramitar una reproducción y así posibilitar que el público mexicano disfrute de esa joya del cine de terror.
Por último, Ulises Guzmán señaló que la carrera de López Moctezuma en el cine no fue demasiado amplia, pues sólo rodó cinco películas, la última fue El alimento del miedo a principios de los 90. Previamente hizo, en versión inglés-español,
Matar a un extraño, Alucarda, la hija de las tinieblas, Mary, Mary, Bloody Mary y La mansión de la locura; y, antes de su debut como realizador, produjo para su amigo Alejandro Jodorowsky, la mítica película
El topo.