Agencias Oaxaca, México.- Apuntada por las encuestas como clara favorita, la candidata oficialista a la presidencia brasileña, Dilma Rousseff, fracasó ayer en su intento de asegurarse el gobierno y tendrá que disputar una segunda ronda contra el opositor José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). El desempeño de la “delfín” del presidente Luiz Inacio Lula da Silva en las urnas de ayer domingo fue peor de lo que auguraban las encuestas. Tras el recuento oficial del 94,75 por ciento de las urnas, la candidata del Partido de los Trabajadores (PT) suma sólo un 46,23 por ciento de los votos válidos, un índice que está muy lejos de la mayoría absoluta que necesitaba para conquistar la presidencia en la primera vuelta. La relativa “derrota” obligará a la ex jefa de Gabinete de Lula a cumplir casi un mes más de campaña para enfrentar el 31 de octubre a Serra, quien suma poco casi 33 millones de votos, con un 32,93 por ciento de los válidos, unos once millones menos que Rousseff. El naufragio del sueño de Lula de definir a Rousseff como su sucesora en el gobierno se debió principalmente al sorprendente desempeño en las urnas de la candidata del Partido Verde (PV), Marina Silva, quien más que duplicó su apoyo electoral en las últimas semanas y suma más de 19 millones de sufragios, con un 19,7 por ciento del total. El resultado de los escrutinios sorprendió incluso porque el apoyo de Rousseff quedó por debajo de las previsiones del sondeo boca de urna del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (IBOPE, privado), que pronosticó que la representante del PT lograría entre un 49 y un 53 por ciento de los sufragios. Uno de los factores que debe considerarse de cara a la segunda vuelta apunta a que encuestas recientes en Brasil estiman que al menos el 60 por ciento de los electores de Marina Silva tiende a respaldar a Serra en la segunda vuelta, lo que, hace prever que en las próximas semanas la disputa entre Rousseff y Serra será “mucho más exacerbada que hasta ahora”. Vale precisar que las sorpresas en los escrutinios cerraron una jornada electoral extremadamente pacífica en Brasil. “Tuvimos elecciones tranquilas, con poquísimos incidentes y sin episodios de violencia”, afirmó el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Ricardo Lewandowski, después de que se terminara la votación. Pese a ello, a lo largo de la jornada electoral el TSE registró por lo menos 963 incidentes de ilegalidad, que resultaron en las detenciones de 394 personas, de las cuales 26 eran candidatos. En los comicios de ayer domingo, 135,8 millones de brasileños fueron convocados a las urnas no sólo para elegir al sucesor de Lula en la presidencia, sino también para escoger a gobernadores de los 27 estados y renovar dos tercios del Senado y la totalidad de la Cámara Baja y de las Asambleas Legislativas. Casi un 18 por ciento de los electores se abstuvo de votar en los comicios. Agradecimientos La candidata oficialista a la Presidencia brasileña, Dilma Rousseff, agradeció ayer a Dios, al Presidente Luiz Inácio Lula da Silva y a los militantes de su Partido de los Trabajadores (PT). Tras destacar la “fiesta de la democracia” que representan las elecciones generales de ayer, la candidata afirmó que, de llegar al gobierno, mantendrá “el compromiso con la transformación” del país, con miras a reducir las desigualdades regionales y a incentivar “el crecimiento económico con distribución de renta e inclusión social”. En una declaración a la prensa formulada poco antes de dar su voto en la ciudad meridional de Porto Alegre, la “delfín” de Lula hizo una breve alusión al cáncer linfático que la afectó el año pasado, y del cual ha sido dada como totalmente curada por los médicos, al dirigir a Dios sus primeros agradecimientos: “Le agradezco a Dios por haberme dado fuerza”. Al agradecer al actual Presidente Lula dijo que deseaba expresar su gratitud, “por el hecho de que nosotros hemos representado un proyecto que siempre fue capaz de superar desafíos”, y por su “amistad y camaradería”. Asimismo el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó ayer, después de votar, que las elecciones del domingo, en la que se elegirá a su sucesor y otros cargos, consolidan la democracia en el país, y que no volverá a ser candidato. “Vivimos un momento extraordinario de consolidación de la democracia brasileña. Este espectáculo de la democracia no lo tiene cualquier país”, manifestó el presidente a periodistas que lo aguardaban a la salida del colegio electoral y agregó que “a partir del día 1 de enero (de 2011) estaré en Sao Bernardo do Campo, viviendo, residiendo y haciendo política”, agregó el mandatario, quien sin embargo aclaró que, una vez entregue la Presidencia, no pretende aspirar a ningún cargo de elección popular. Voto extranjero La candidata oficialista a la presidencia de Brasil fue la más votada por la comunidad brasileña residente en Francia e Italia. José Serra, el candidato opositor, fue el más elegido por el electorado en Gran Bretaña. En París, capital que agrupó a 2.150 brasileños, la candidata de Lula da Silva , logró hacerse del 46% de los votos, mientras que Serra se quedó con el 29.6% y Marina Silva, candidata por el Partido Verde, alcanzó el 22.1%. Según los datos difundidos por el embajador brasileño en Roma, José Viegas, Rousseff se quedó con el 44.1% del electorado; Serra, 32.6%, y Silva, 19.4%. Finalmente, Londres se volcó a favor de Serra con un 37% de los votos, mientras que la candidata oficialista se quedó con el 35.5 por ciento.