Ciudadania Express
Miércoles 11 de agosto, 2010. 06:00 am

Sociedad y Política/Desgobierno Municipal

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Isidoro YESCAS Oaxaca, México.- Una de las escasas, si no que la única, facultad que tienen quienes figuran como suplentes del titular de un cargo de elección popular es que en su ausencia temporal o definitiva es a ellos a quienes en primera instancia corresponde ocupar dicho cargo.   [caption id="attachment_67664" align="alignright" width="300" caption="¿Y dónde está el encargado del despacho?/Foto: Quadratin"]¿Y dónde está el encargado del despacho?/Foto: Quadratin[/caption] Sin embargo, cuando el suplente resulta incómodo, se suele acudir al expediente del mayoriteo camaral o de cabildo para burlar tal disposición legal. Eso fue lo que ocurrió en el ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca de Juárez cuando en el mes de marzo de este año, el presidente municipal, José Antonio Hernández Fraguas, solicitó licencia para separarse del cargo. En su lugar el cabildo, dominado por los priístas, designó como encargado del despacho al regidor de Salud, Miguel Ángel Bustamente Underwood , y no al doctor Arturo Molina Sosa, suplente de Hernández Fraguas. Ni al PRI, ni al gobernador del estado ni tampoco al propio Presidente Municipal, para entonces en abierta precampaña para figurar como candidato a gobernador, convenía políticamente dejar en tan importante posición, así fuera temporalmente, a una persona como Molina Sosa, priista de la vieja guardia pero muy distante del ulicisimo y de su proyecto transexenal. Por eso optaron por un personaje de bajo perfil, sin mayores méritos que su vínculo familiar con el ex presidente municipal, Pablo Arnaud, quien para esas fechas ya se encontraba en arreglos con el gobernador Ulises Ruiz para, llegado el momento de la campaña electoral, renunciar públicamente al PAN y sumarse, junto con su esposa, Laura Bustamante, a la causa del priísta Eviel Pérez Magaña. Si lo que se pretendió con tal determinación política fue tener a un excelente mayordomo en la Presidencia Municipal de la ciudad capital me parece que lo consiguieron. Nadie mejor que un buen padre de familia, hombre respetable y trabajador, como lo ha catalogado Hernández Fraguas (Quadratín, agosto 8) para cuidarle la casa al señor y, de paso, echarle tierra a asuntos que pudieran poner en duda la honorabilidad de su antecesor. Ni buen administrador, ni buen político: simplemente un hombre de buena fe a quien le da lo mismo que por un conflicto sindical se suspenda el servicio de recolección de basura, que las finanzas municipales estén en quiebra, que para resolverlo se recurra irresponsablemente al expediente del endeudamiento público, que se despida sin causa justificada a empleados de confianza, que el ayuntamiento incumpla con su obligación de darle mantenimiento a calles y avenidas, hoy casi intransitables y que se imponga el interés de los líderes del comercio ambulante sobre el interés público. Pese a ello, en uno de sus acostumbrados lances mediáticos, el ahora diputado local electo, José Antonio Hernández Fraguas, dice estar dispuesto a meter las manos al fuego por Miguel Ángel Bustamante Underwood. Ojalá que sea cierto y que a la hora de la rendición de cuentas no lo deje solo. O que termine amparándose en su fuero constitucional para no hacerse responsable por lo que hizo, deshizo o dejó de hacer durante su gestión como primer concejal del ayuntamiento del municipio de Oaxaca de Juárez. isidoroyescas@yahoo.com.mx
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