UAM/Economía   Oaxaca, México.- Una propuesta de ley para fijar el precio de las gasolinas frenaría al Gobierno Federal respecto a incrementos arbitrarios; sin embargo, es necesario tratar el asunto de manera integral, vinculando la política fiscal con la energética, estableció el doctor Nicolás Domínguez Vergara, jefe del Departamento de Sistemas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).   El docente de la Unidad Azcapotzalco sostuvo que parte de una estrategia sería aumentar la producción en las refinerías –en las que se genera gasolina y las cuales no funcionan al 100 por ciento– porque la nueva instalación de Hidalgo estará en operación hasta el año 2015.     La producción de gasolina actual por parte de Petróleos Mexicanos (Pemex) es de 475 mil barriles diarios, pero hay déficit de más de 250 mil barriles, que se compran a 16 países, entre ellos Estados Unidos, Holanda y España. [caption id="attachment_38268" align="alignleft" width="300" caption="El alza en la gasolina por el gobierno federal, sería frenado con una legslación eficiente"][/caption] Pemex ha invertido grandes recursos en el Complejo Chicontepec, al que busca convertir en una cuenca que produzca más petróleo, pero a la fecha se ha fracasado por lo que deberían analizarse otros campos promisorios, así como continuar la exploración del hidrocarburo en diversos lugares.   Una ley para fijar el precio de la gasolina tendría que dictaminar el importe considerando el aumento en la inflación, el costo del petróleo, así como el impacto económico, social y ambiental para la población.     El incrementar la tarifa de la gasolina refleja una política fiscal inadecuada, ya que el gobierno lo hace porque no recauda lo suficiente; por lo que es urgente crear medidas para evitar que se repita lo sucedido en 2008 cuando el precio del combustible aumentó 30 veces.   Domínguez Vergara señaló que elevar el precio de la gasolina para que el gobierno obtenga recursos siempre se ha usado como estrategia, por ejemplo, en las crisis de 1976, 1982 y 1995, porque el Poder Ejecutivo tiene la atribución para hacerlo sin pedir permiso al Congreso de la Unión, y además la gente no deja de consumirla.   El especialista en tecnologías del petróleo indicó que la recaudación del gobierno para el gasto público disminuyó porque México produce menos petróleo –al pasar de 3.4 millones de barriles diarios (mdbd) en 2004 a 2.6 mdbd en la actualidad– y como consecuencia redujo las exportaciones, además de que la percepción fiscal se contrajo debido a la crisis económica y financiera.   El argumento del Ejecutivo es que el precio por litro de gasolina magna en México es de 7.88 pesos y en Estados Unidos de alrededor de 9.00 pesos, por lo que la adquiere cara y la tiene que subsidiar para que su costo no sea tan alto.   Sin embargo, falta una visión integral, ya que al incrementar los precios de los combustibles, aumenta el importe del transporte y de los productos básicos causando inflación y penurias en la población.   El sector transporte utiliza 45 por ciento de la energía final que se consume en México, y mueve 80 por ciento de la carga nacional e internacional vía terrestre. Al aumentar la gasolina y el diesel se acrecentarán los precios de otros productos, ello se evidenció desde el mes pasado con el incremento a la tortilla.   Existía un subsidio de 35 mil 994 millones de pesos que el Congreso de la Unión aprobó para que no hubiera aumento apreciable de la gasolina, pero la Secretaría de Hacienda y Crédito Público argumentó que no alcanzaría, por lo que se tenían dos opciones: acrecentar impuestos (lo que incrementaría el subsidio) o el precio de las gasolinas, y se optó por lo más fácil.   El día 6 de enero el precio de la mezcla mexicana estuvo a 76.53 dólares por barril y probablemente se mantendrá por arriba de 59 dólares durante la mayor parte del año, por lo que podrían ser innecesarios los aumentos que el gobierno está imponiendo.   El docente manifestó que en febrero debe darse a conocer la Estrategia Nacional de Energía, que tendrá que estar acorde con el plan de negocios de exploración y producción de petróleo y la producción de petrolíferos: gasolinas, diesel, combustóleo y otros.