Rigoberto GÓMEZ T/Conaculta
Oaxaca, México.- El investigador Gerardo Gamba, quien obtuvo el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2010, aseguró que asociar la investigación científica a las universidades es lo mejor que se puede hacer, debido a que “los científicos tenemos un papel importante en la educación”.
El doctor Gamba, quien fue reconocido por sus aportes a la investigación médica que han contribuido a una mayor comprensión de la biología molecular del riñón, consideró que las universidades, “son el sitio donde se genera, en un ambiente propicio, el conocimiento científico”.
Gamba Ayala es médico cirujano (1984) y doctor en ciencias médicas (1994) por la Facultad de Medicina de la UNAM. Especialista en medicina interna (1985-1988) y nefrología (1988-1990) por el Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán.
Realizó un posdoctorado de tres años en la Escuela de Medicina de Harvard, en donde “me dediqué a la biología molecular de las proteínas que transportan sal en el riñón y que son los receptores para los diuréticos que se utilizan en la clínica”.
Sobre el reconocimiento que recientemente le fue entregado, el especialista expresó que “ha sido una satisfacción muy grande, porque el trabajo que hemos hecho en mi laboratorio en el Instituto Nacional de Nutrición y en el Instituto Nacional de Cardiología ha sido reconocido fuera del país en el campo científico”.
El Premio Nacional de Ciencias y Artes 2010 contribuye a que se difunda a gran escala lo que han venido haciendo, expresó en una entrevista concedida al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
“Hoy en día soy una mezcla de científico básico y médico clínico. Por eso, mi laboratorio no está en el campus universitario, sino en un Instituto Nacional de Salud. Tengo, sin embargo, mucho contacto con la clínica ya que soy Jefe del Departamento de Nefrología en el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez”.
En 1996, el doctor Gamba inició su primer laboratorio: “La Unidad de Fisiología Molecular fue la primera unidad periférica del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB), insertada en las instalaciones de un Instituto Nacional de Salud. Ahora incluye no sólo a Nutrición, sino también al de Cardiología.
Además en el IIB, la Unidad es parte del Departamento de Medicina Genómica y Toxicología Ambiental. Por lo tanto, la Unidad de Fisiología Molecular que se inició como un esfuerzo bi-institucional, ahora involucra a tres instituciones de las más emblemáticas en la investigación biomédica en México”.
Respecto de cuál ha sido el resultado de llevar la academia a la clínica, explicó: “Yo estoy convencido que la investigación científica, asociada a las universidades, como sucede en países desarrollados, es la mejor que se puede hacer”.
En México, las instituciones educativas están alejadas de los institutos hospitalarios de alto nivel. Ahí es donde surge la propuesta del laboratorio universitario, con alumnos de postgrado, pero localizado donde están los enfermos.
Recordó que a su regreso de Harvard empezó a buscar esta idea y lo encontró a través del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.
A 16 años de su creación, el éxito de la unidad es irrefutable. “Podemos verlo desde varios ángulos: publicaciones, citas, tesis, pasantes de servicio social, cursos, congresos”, señala Gamba. Además, ha recibido apoyo económico tanto del Conacyt como del extranjero para proseguir con sus investigaciones.
“La primera unidad universitaria sirvió de inspiración para crear otras similares dentro de Nutrición, ahora hay tres unidades del Instituto de Biomédicas, una de la Facultad de Medicina y otra de la Facultad de Psicología”, destacó el científico.
Respecto a sus investigaciones sobre la hipertensión, dijo que se trata de un padecimiento grave y muy frecuente en los mexicanos. “En la Ciudad de México 3 de cada 10 adultos padecen hipertensión y muchos no lo saben”.
Consideró que el mayor problema de la investigación científica en el país es la falta de más grupos investigando tanto en la universidades como en las instituciones de salud.
“Hay gente muy preparada y reconocida. Lo que haría falta no es mayor inversión en la preparación, las becas del Conacyt para postgrado son muy buenas, sino crear las condiciones materiales, más laboratorios y plazas para investigadores”.
Agregó que “los indicadores gruesos señalan que la inversión (con respecto al PIB) que hace México para ciencia y tecnología es mucho menor que en países del primer mundo, incluso de la región como Chile o Brasil. El problema que tiene la inversión en ciencia en México es que el beneficio se verá en 40 ó 50 años”.
La ciencia no reditúa en un sexenio, el problema es que no invertir en ciencia y tecnología nos vuelve dependientes. Lo que nos hace falta es una inversión paralela, crear plazas atractivas para nuestros investigadores”.
El doctor Gamba ha recibido distinciones como el Premio Universidad Nacional (UNAM) y también el Premio Miguel Alemán, en el área de la Salud.
Es Investigador Titular C del Instituto de Investigaciones Biomédicas (UNAM); Jefe del Departamento de Nefrología del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez; miembro del sistema PRIDE, nivel D; del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel III, y del Departamento de Nefrología y Metabolismo Mineral del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.