José Luis BLANCARTE/Conaculta Oaxaca, México.- “No tendría sentido la preservación de los acervos sonoros sin el acceso y la difusión de este patrimonio”, aseguró Álvaro Hegewisch, director de la Fonoteca Nacional, durante su participación en la quinta sesión del II Seminario El Derecho de Autor en el Ámbito Editorial, dedicada a los derechos de reproducción de los acervos sonoros. Hegewisch resaltó la importancia de conocer los alcances en materia del derecho de autor, para saber “cómo podemos difundir dicho patrimonio y hasta dónde podemos hacerlo desde una institución pública”. En la reunión, el funcionario de Conaculta estuvo acompañado por abogados especialistas en propiedad intelectual, como Marco Antonio Morales Montes, director jurídico del Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor);  Oscar Javier Solorio, catedrático en Derecho de Autor y José Ramón Cárdeno, doctor en Derecho y maestro en Propiedad Intelectual. El director de la Fonoteca Nacional, a la que llamó la “Casa de los Sonidos de México”, destacó que de acuerdo con las disposiciones de la UNESCO y varios convenios internacionales, como los de Berna y Roma, los acervos sonoros están considerados como un bien cultural porque inciden en el imaginario colectivo y forman parte de la memoria del mundo; además de constituir un importante legado del patrimonio histórico de la humanidad. Álvaro Hegewisch enumeró entre los  retos y objetivos de la Fonoteca Nacional incidir en el análisis y el necesario replanteamiento de los marcos jurídicos para la preservación, protección y difusión del patrimonio sonoro y audiovisual. También sensibilizar a la población en el valor de este patrimonio sonoro, y capacitar técnicamente al personal de la institución para la preservación y catalogación de los acervos sonoros. Además de abatir la obsolescencia tecnológica y la migración a la conservación digital de los archivos sonoros. El director de la Fonoteca destacó además que la vocación de la Fonoteca Nacional está encaminada a fomentar “la accesibilidad vinculada a la formación; las vías para el conocimiento, uso y disfrute de dicho patrimonio, y generar en nuestro espacio un centro vivo de experimentación sonora”. Aclaró que en América Latina, una de las regiones que tiene la mayor diversidad de registros sonoros del mundo, dicho patrimonio es aún poco valorado en términos de políticas públicas, por lo que está en riesgo y se hace necesario sensibilizar a los gobiernos sobre la importancia de preservar los acervos sonoros. Comentó que la Fonoteca Nacional, que inició sus operaciones en diciembre de 2008, es la institución rectora del Conaculta para la preservación del patrimonio sonoro, realizando acciones de documentación, catalogación, conservación y digitalización de archivos y, algo muy importante, fomenta el acceso a dicho patrimonio, en concordancia para crear una cultura del escucha. La Fonoteca Nacional, única en su género en América Latina, se resguardan más de 270 mil soportes sonoros (cilindros, discos, cintas de carrete, casetes, datos y cd), cuyo 95 por ciento ya forma parte del inventario nacional, que está disponible a través de Internet. Además ofrece 90 mil documentos sonoros que han sido catalogados y 12 horas digitalizadas pueden ser consultadas por el público en su audioteca. Por su parte, Marco Antonio Morales, director jurídico del Indautor, hizo un repaso histórico de la materia en derechos de autor, destacando la Ley Federal del Derecho de Autor vigente, que es de 1997. Pero agregó que, en cuanto a la creación musical, estos derechos se protegen en nuestro país al menos desde 1870 como un “derecho exclusivo” para el compositor. También detalló lo que son los “derechos morales” y los “derechos patrimoniales” de los autores y compositores. Y concluyó que siendo la música “una obra dinámica”, en la que intervienen varios actores en su creación, reproducción y difusión, se crea los que se califican como “derechos conexos o derivados”, por lo que es necesario conocer a fondo los alcances del Derecho de Autor para no entrar en conflictos jurídicos que dañen a terceros. En su oportunidad, José Ramón Cárdeno, se refirió ampliamente a la ejecución pública de los archivos sonoros, que también genera un pago de regalías para el titular de los derechos de autor, pues en este caso se pone la música a disposición del público para su disfrute. Así, dijo, también las sociedades autorales han creado dispositivos y cuotas para cobrar regalías a nombre de los titulares del derecho autoral en los lugares públicos (como hoteles, discotecas, restaurantes) donde se programa música con fines comerciales.Finalmente, Marco Antonio Morales, especialista en propiedad intelectual, se refirió a los intercambio de música a través de Internet, que en algunos casos han sido perseguidos jurídicamente por las productoras discográficas. Sin embargo, enfatizó que no todas las descargas de música en la Web son ilegales y que cada día se crean nuevos mecanismos para el mayor disfrute de la música digital sin afectar los derechos de terceros.  También comentó que en los convenios internacionales y las disposiciones de la UNESCO existen excepciones y limitaciones para la ejecución pública de los archivos sonoros (como el que realiza la Fonoteca Nacional) cuya la finalidad es promover la Educación y la Cultura. Dichas excepciones buscan, sobre todo, proteger la creación de conocimiento en países en vías de desarrollo; por lo que el aprovechamiento de dichos acervos está permitido