UNAM/Investigación Oaxaca, México.- La migración se piensa como un fenómeno transnacional y desde un aspecto macroeconómico, pero pocas veces estos factores se relacionan con aspectos como el local, personal y subjetivo, afirmó la directora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), Norma Blazquez Graf. En el seminario Los que aquí se quedan. La migración internacional vista desde el nivel local, organizado por esa entidad, el Instituto de Investigaciones Económicas y el Centro de Estudios Sociológicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), dijo que la reunión fue una oportunidad para discutir, desde distintas miradas, qué pasa con ese suceso. Se le ha visto “hacia fuera”: sus efectos, aspectos sociales y culturales en las sedes de quienes migran, pero hace falta ver qué pasa con la gente de “acá”, cómo reorganizan las unidades domésticas y sociales, las comunidades. Por ello, en el seminario se incluyeron temas como género y migración, y aspectos culturales y sociales. “Fue una oportunidad de compartir experiencias de investigación y discutir enfoques de estudio. Desde distintas miradas disciplinarias, se pretendió entender este problema que tanto aqueja a países como el nuestro, y que cada vez es de mayor importancia”, añadió. Roberto Herrera Carassou, de la FCPyS, dijo que México es un protagonista importante de la migración internacional, por lo que el estudio de esos movimientos generados en el territorio nacional, que rebasan nuestras fronteras, son de extraordinaria importancia. “Nos hemos ocupado de los que se van, de lo que sucede en el lugar de destino; pero pocas veces volvemos la mirada a los que se quedan. Ahí hay otro drama, muy importante, que es necesario revisar con calma, verificar, tratar de obtener más información y comprender mejor lo que significa la migración humana”, sostuvo. En la primera conferencia magistral Las que quedan y las que se van. Nociones, impactos y razones de la migración femenina rural, Patricia Arias, de la Universidad de Guadalajara, expuso que en México, el rural aún es el flujo más importante de migrantes. En el caso de la población femenina, el fenómeno se advierte y repercute en comunidades pequeñas, muy empobrecidas y con un fuerte proceso de despoblamiento. Ha afectado la trama de la organización social tradicional característica de las familias en el campo. Ahí, seis de cada 10 ejidatarios tienen más de 50 años, y tres de ellos son mayores de 65. También, hay una disminución de la extensión de la propiedad agraria. En muchas entidades hay regiones completas, desde el año 2000 por lo menos, en crecimiento negativo, refirió la experta. Finalmente, señaló que el 26 por ciento del flujo migratorio actual corresponde a mujeres.