AFP/EFE
Oaxaca, México.- El Departamento de Fauna y Flora del Estado norteamericano de Luisiana, aseguró que la “marea negra” de petróleo provocada por la explosión de una plataforma petrolera en el Golfo de México amenaza a más de 400 especies que dependen del ecosistema costero.
[caption id="attachment_53087" align="alignleft" width="300" caption="Aún sin cotrolar el derrame de petr+oleo que azola al Golfo de México"]
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Entre tanto, miles de personas que dependen de la pesca en los estados de Luisiana, Alabama, Misisipi y Florida temen que el crudo vertido por la plataforma Deepwater Horizon, propiedad de Transocean con concesión de la empresa británica British Petroleum, acabe con la vida marina del Golfo de México.
La plataforma Deepwater Horizon explotó el 20 de abril, y dos días después se hundió. En la tragedia, 11 personas murieron y comenzó el derrame de alrededor de 800 mil litros de petróleo diarios al mar, que ya forma una mancha de crudo con una superficie de casi 109 mil kilómetros, casi tan grande como Puerto Rico.
La zona amenazada se extiende a lo largo de 75 mil kilómetros cuadrados (de los que 12.000 km2 pertenecen al delta del río Misisipi). Por allí pasan cada primavera ballenas, delfines y 500 millones de aves. Se estima que más de 400 especies -como la garza roja, el frailecillo blanco o el pelícano pardo, emblema del Estado de Luisiana- se encuentran en grave peligro.
[caption id="attachment_53088" align="alignright" width="264" caption="Voluntarios ayudan a rescatar a especies marinas afectadas por la mancha de petróleo en las costa de Luisiana"]
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Pero el primer y más contundente impacto de la marea negra es el causado ya sobre la vida marina del Golfo de México. En las últimas horas han aparecido decenas de tortugas muertas en las playas del estado de Misisipi.
Moby Solangi, director del Instituto de Estudio de los Mamíferos Marinos en Misisipi, admitió ayer que es pronto para vincular el incidente con la marea negra, pero no descarta que sea el principio de un desastre ecológico de imprevisibles consecuencias.
“Las tortugas no tienen restos de petróleo, pero pueden haber ingerido peces contaminados o haber respirado el combustible en la superficie”, aseguró Solangi. “Los peces que entran en contacto con el petróleo serán los primeros en sufrir los daños en el sistema digestivo, y el problema irá creciendo a través de toda la cadena alimenticia”, agregó el experto.
El Gobierno estadounidense prohibió a los pescadores faenar para evitar que se extraigan mariscos contaminados. Se ordenó no pescar en 17.000 kilómetros cuadrados de aguas costeras, justo cuando los pescadores se preparaban para el inicio de la temporada de la gamba, que comienza a mediados de mayo y termina en diciembre.
Ahora, la única opción de los pescadores de mantenerse a flote, ante el inmenso vertido de aceite de la plataforma Deepwater Horizon es participar en las labores de limpieza organizadas por la petrolera responsable del daño, British Petroleum.
La BP ofrece unos mil 500 dólares diarios a aquellos pescadores que participen en la limpieza del crudo.
“Con todo ese petróleo ahí, no sé qué podemos esperar; mucha gente depende de la pesca”, dijo Keith Delcambre, comerciante cuya familia ha sido dueña de la tienda de pescados y mariscos “Bozo”, en Misisipi, desde 1956.
[caption id="attachment_53089" align="alignleft" width="266" caption="Biólogos estadounidenses limpian las alas de las aves que cruzan el Golfo de México"]
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De acuerdo con la firma de investigación Bernstein, las interrupciones como resultado del derrame podrían costar solo a la industria pesquera de Luisiana hasta dos mil 500 millones de dólares.
El Golfo de México es uno de los terrenos más fértiles de comida marina, está lleno de camarones, ostras, mejillones, cangrejos y pescados. Además, representa cerca de 20% de la producción comercial total de alimentos marinos de Estados Unidos.
Ayer, la “marea negra” avanzaba hacia el Estado de Florida donde las autoridades colocaron unos 26 kilómetros de balizas flotantes en la costa del noroeste como barreras, con el fin de salvaguardar las playas y el hábitat marino.