UNAM/Investigación
Oaxaca, México.-El plancton, compuesto por microorganismos sin actividad motora propia, y que sirve de alimento a muchas especies marinas, es el principal afectado cuando ocurre un derrame petrolero, pues se adhiere a las parcelas de crudo que llegan al océano, explicó Alfonso Vázquez Botello, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM.
Al pasar ese nutriente del agua al crudo, se crea un desequilibrio, porque es la principal fuente energética de muchas especies. “Cuando el petróleo afecta al plancton, comienza una baja productividad en los océanos”, dijo el especialista.
[caption id="attachment_52955" align="alignleft" width="300" caption="Alfonso Vázquez Botello. investigador universitario"]
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Además, la densa mancha del hidrocarburo impide el correcto paso de la radiación solar al océano, y afecta el proceso de fotosíntesis, agregó el también jefe de la Unidad de Geología Marina y Ambiental del ICMyL.
Tras su llegada al mar, el crudo se expande por las corrientes marinas y va hacia las profundidades; su destino final son los sedimentos marinos.
Daños en el Golfo de México
El derrame de una plataforma petrolera de la empresa British Petroleum, en el Golfo de México, cubre hasta ahora mil 550 kilómetros cuadrados.
Del pozo afectado, emergen unos mil barriles diarios de crudo, equivalentes a 160 mil litros del combustible, que contaminan la superficie con una espesa mancha.
“Las corrientes generales del Golfo de México están apuntando hacia el norte, así que llevan el crudo a Estados Unidos, y no hacia aguas mexicanas. Creo que no habrá una afectación directa a nuestros ecosistemas”, señaló Vázquez Botello.
El oceanógrafo explicó que la expansión del hidrocarburo depende de su densidad (si es ligero o pesado) y de la dinámica oceanográfica, que incluye vientos y radiación solar, dos factores importantes.
“Vamos a seguir teniendo problemas de derrames o de contaminación en tanto seamos dependientes del petróleo. La mayor parte se presenta en zonas profundas del mar, y no en las costeras, y la tecnología para controlarlos en áreas profundas aún no está lo suficientemente avanzada”, reconoció.
Aceite en el agua
Cuando el petróleo llega al océano por un derrame forma micelas o parcelas, que se forman cuando el agua entra al crudo, pero no lo disuelve. “Al formarse esta especie de mousse de chocolate, la materia orgánica que hay en el área se adhiere a la mancha y comienza a ser llevada a otros sitios por corrientes dominantes en la región”, explicó.
Luego ocurre una acción físico-química que es la radiación solar, que ejerce un papel importante, pues ayuda a remover, a través de la evaporación, los componentes más tóxicos. Entonces, entra en acción el viento, que mueve las olas y hace que el hidrocarburo se mezcle y vaya ocupando un área mayor, desde la superficie, hasta el fondo.
[caption id="attachment_52954" align="alignright" width="279" caption="Los graves efectos a los mares provoca el derrame de petróleo en el Golfo de México"]
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“Los componentes del petróleo entran en contacto con los organismos, y ese es el problema. Primero, afecta a los que conforman el plancton, y si el hidrocarburo cubre una parte de la superficie del mar, impide una adecuada fotosíntesis. El principal problema es cuando llega a las costas, donde hay áreas de pesquerías o acuicultura, que sufren graves daños económicos y ecológicos”, dijo el experto.
Al llegar a esos territorios, el crudo no sólo destruye el plancton, huevecillos y larvas de peces y crustáceos, sino especies más grandes.
Limpieza en altamar
Pese a lo alarmante que resulta un derrame en el océano, existen técnicas para recuperar el petróleo. “La tarea se hace de forma mecánica, con una especie de aspiradoras equipadas en los barcos, que recogen el combustible mediante succión y se introduce en tanques. A veces se separa del agua y puede, incluso, recuperarse”, indicó.
Otra forma es el uso de dispersantes químicos, que a veces resultan más contaminantes que el hidrocarburo. “La quema es la última de las soluciones, porque emite contaminantes, especialmente bióxido de carbono, gas de efecto invernadero. Con esta técnica se limpia el mar, pero se afecta a la atmósfera”, acotó.
También, existen bacterias que degradan petróleo, pero se necesitarían grandes cantidades para abatir las dimensiones del derrame. “Con la conjugación de estos métodos, sí puede llegar a controlarse el incidente en el Golfo de México, aunque no sabemos cuánto va a durar el proceso”.
El investigador apuntó que la plataforma colapsada realizaba perforaciones a mil 500 metros de profundidad, lo que complica los trabajos de limpieza.
Energías alternativas
Vázquez Botello recordó que el crudo (sobre todo el pesado) tiene moléculas difíciles de degradar, y de forma natural puede durar años en el agua por su alta estabilidad química. “Está hecho de asfaltenos, con los que se pavimentan las calles, moléculas más pesadas del petróleo”.
Ningún país que produzca petróleo debe basar toda su producción energética en ese recurso, sino aprovechar energías alternativas, como la eólica, solar, de mareas y nuclear.
“Pese a lo alarmante que es un derrame, hay otras emisiones más dañinas, como los difenilos policlorados, algunos plaguicidas y metales como plomo, mercurio y cromo, que causan muertes y llegan al mar vertidos por las industrias”, evidenció.
Casi 65 por ciento de la población mundial vive en áreas costeras. “En México, del 18 al 20 por ciento de sus habitantes reside en esas zonas, pero las hemos descuidado, no sólo por el uso de petróleo, sino de residuos que se vierten de la industria a los océanos”, concluyó.