Oaxaca, México.- En su reciente gira por San Pablo Guelatao, el gobernador Gabino Cué invitó a niños y niñas del Centro de Integración Social (CIS) número 3 ubicado en este municipio a visitar el Festival Navideño Oaxaca 2010, por lo que esta mañana alumnos y maestros de esa institución disfrutaron de una jornada llena de diversión.
Poco antes del mediodía, los 160 niños que asisten al Centro, con la emoción llenando sus pequeños rostros arribaron al campo anexo al estadio de béisbol Eduardo Vasconcelos para participar en cada uno de los atractivos con que cuenta el Festival.
Luego de descender de los autobuses que el gobierno del estado dispuso para ellos, de manera organizada, los más pequeños entraron a la esfera interactiva, en donde plasmaron la forma en que perciben la navidad en sus comunidades.
Más tarde, encabezaron una batalla campal en el área de nieve que arrancó las primeras risas de los niños, quienes miraban sorprendidos la caída de los blancos copos, “como en las películas”, decían.
Entre tanto, los de mayor edad mostraron sus habilidades deportivas al subirse al muro de escalada. Animados por las porras de sus compañeros y maestros, una y otra vez buscaban llegar a la cima, hasta lograrlo.
Por fin, llegó la hora de entrar a la pista de patinaje en hielo; con mucho cuidado, los niños y sus maestros, se pusieron sus patines y entraron a conocer el hielo. Sin importar las veces que les ganara el peso o lo resbaladizo de la pista, los niños intentaban dominar los patines generando una ola de carcajadas entre sus compañeros al caer.
A nombre de sus alumnos, el director del CIS, Eleazar Bautista Vargas, mostró su agradecimiento al gobernador Gabino Cué por cumplir con su promesa y brindarles a estos niños de escasos recursos económicos la posibilidad de vivir una experiencia que en otras condiciones jamás hubieran podido experimentar.
Bautista Vargas, explicó que los 160 niños que integran el CIS número 3 provienen de diversas comunidades indígenas de Oaxaca y por la situación económica de sus familias, son llevados a este centro en donde se les brinda educación, alimento y hospedaje, además de un incentivo económico menor al que le llaman “predomingos”.
Al finalizar esta jornada llena de aventuras y de imaginación, los chiquillos disfrutaron de un refrigerio preparado ex profeso por parte del gobierno, para posteriormente regresar a casa con recuerdos que seguramente se quedarán con ellos por mucho tiempo.