Francisco Perejil/El País.es
Oaxaca, México.- A mil, a mil, hay que celebrar: las vuvuzelas de Sudáfrica". En las calles de Copiapó los vendedores anuncian vuvuzelas, las trompetas de plástico que llenaron de zumbidos los estadios en la Copa del mundo de fútbol de Sudáfrica. Cuestan mil pesos (unos dos euros), y son una demostración más de que Chile se prepara para celebrar el fin del rescate más espectacular de su historia.
A buen ritmo y sin problemas técnicos, la operación para devolver al exterior a los 33 mineros atrapados 69 días en las entrañas de la mina de San José concluirá antes de que amanezca el jueves en el país andino. En las últimas horas se ha acelerado el ritmo al que los mineros llegan a la superficie, pero el ministro de Salud chileno, Jaime Mañalich, ha avisado de que una neblina que en el desierto de Atacama denominan "camanchaca", podría posponer la finalización del rescate hasta las dos de la mañana en Chile (siete en España).
Los mineros que emergen a la superficie, de la que les separaban 600 metros, no quieren ser estrellas. "Somos mineros" ha dicho uno de ellos. El rescate en el desierto de Atacama, en Chile, seguido por una audiencia global de mil millones de personas, ha despertado el orgullo chileno y desatado la euforia en la boca del estrecho túnel por el que los trabajadores vuelven a la vida.
El estado de salud de los rescatados supera las expectativas. "Es increíble, chiquillos, pero nos devolvieron la vida",
asegura Mario Sepúlveda, el segundo rescatado. El deseo de que la historia no vuelva a repetirse lo ha expresado muy gráficamente la esposa de
Mario Gómez, de 61 años, el más veterano de los trabajadores, cuando se ha reencontrado con él: "Voy a decirle que no puede volver a las mina, es tiempo de descansar". El caso de Gómez era el más complicado desde el punto de vista médico, con graves problemas respiratorios, hipertensión y silicosis.
Todos los mineros están sufriendo un aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca durante el ascenso, pero se estabilizan tras unos instantes de reposo. Según ha explicado Mañalich, "las cosas van extraordinariamente bien". También ha informado de que los primeros rescatados fueron trasladados esta mañana al hospital y que se encuentran en buenas condiciones de salud.
Con el rescate a las 18.40 de
Omar Reygadas, el decimoséptimo, comenzó a salir a la superficie el grupo de los considerados más fuertes, que se dejaron para el final tras los que tenían un estado de salud más débil, todos ellos ya a salvo. A las nueve y media de la noche salió a la superficie
Yonni Barrios, de 50 años, el vigésimo primero del grupo. Barrios ha estado casado con Marta Salinas durante 28 años, pero es Susana Valenzuela con quien mantiene una relación desde hace meses, quien se ha desplazado a la mina para recibirlo.
El undécimo liberado, que vio la luz a las 14.33 (hora española), ha sido el perforista con 40 años de experiencia
Jorge Galleguiños, de 56 años y padre de dos hijos. Uno de los testigos de esta liberación ha sido el presidente boliviano, Evo Morales, que ha viajado hasta la boca de la mina para reunirse con su compatriota, Carlos Mamani, el único extranjero entre los mineros atrapados. A Galleguiños le precedió a las 13.50 (hora española),
Álex Vega Salazar, de 31 años y padre de dos hijos. Vega había denunciado en alguna ocasión las malas condiciones de la mina. Ha saludado insistentemente con los pulgares en alto y se ha abrazado a su esposa y ha saludado a los miembros del equipo de rescate.
Todo comenzó a las 00.10 de este miércoles (5.10 hora peninsular española).
Florencio Ávalos, de 31 años, fue el primer minero en salir y llegó a la superficie entre aplausos, gritos de "¡Cheacheí, Chi, Eleé, Lé, Viva Chile!" y muchísima emoción. En la superficie le esperaban ansiosos su esposa, Mónica Araya; su padre, Alfonso; sus hijos Alex (16) y Byron (8), y su tío Wilsson. Los familiares rompieron a llorar y se fundieron en abrazos con él, mientras una sirena alertaba al campamento Esperanza de que el salvamento más milagroso de la historia de la minería había comenzado con éxito. El minero, el capataz -segundo en jerarquía- de la mina, llevaba unas gafas oscuras especiales para evitar que la luz dañara sus ojos y mostraba una gran serenidad.
La misma emoción y los mismos aplausos se repitieron una hora después de la salida de Ávalos. "¡Viva Chile, mierda!" es lo primero que decía un eufórico y bromista
Mario Sepúlveda, un electricista de 39 años, cuando se abrió la cúpula.
Sepúlveda, que asegura que ha enterrado 40 años de su vida para iniciar una nueva etapa, ha pedido a los medios que no se les trate "como artistas". "Yo quiero que me sigan tratando como Mario Sepúlveda, como el minero trabajador", ha añadido el trabajador, muy conocido por ser quien amenizaba los vídeos grabados durante el "encierro" y mostraba al mundo cómo viven en el refugio. "Estoy contento, la verdad estoy muy emocionado de estar acá arriba. Es increíble, chiquillos, pero nos devolvieron la vida. Es increíble que a 700 metros de altura, sin vernos frente a frente, nos recuperaron", ha añadido el minero, autor nada más salir de una de las frases destinadas a recordarse:
"Estuve con Dios y el diablo. Me pelearon y ganó Dios, me agarré de la mejor mano".
Una charla con Evo
El minero boliviano,
Carlos Mamani, fue liberado a las 8.09. Su esposa, Verónica Quispe, le estaba esperando con una bandera de su país. Piñera le ha dado la bienvenida a la "superficie, a la vida y a su esposa". Mamani, padre de una bebé de un año y cuatro meses, llevaba sólo cinco días trabajando en la mina cuando el derrumbe del 5 de agosto lo convirtió en uno de los protagonistas de esta historia de resistencia en las más adversas condiciones. El minero boliviano ha sido saludado por el presidente de su país, Evo Morales, que ha llegado poco antes de las dos de la tarde a Copiapó. "Sorprendido, impresionado del trabajo que hizo el Presidente de Chile (...) una acción humanitaria por los mineros atrapados", ha declarado el dirigente, que ha conversado durante algunos minutos con Mamani.
Este viaje de bajada de la cápsula fue el primero sin nadie a bordo, ya que en los primeros tres iban los rescatadores Manuel González Pavez (brigadista), Roberto Ríos Seguel (sargento 2º de la Armada y enfermero) y Patricio Roblero Abarca, (cabo 1° de la Armada y enfermero). Tras ellos, recuperó la libertad a las 9.10 hora española
Jimmy Sánchez, de 19 años, el más joven, que durante su encierro envió a la superficie conmovedores mensajes. Padre de un bebé de tres meses al que apenas alcanzó a conocer, Jimmy quiere casarse con su novia Helen Avalos, de 17 años, aunque no está muy de acuerdo su padre, Juan Sánchez. "El 5 de agosto estaba perdiendo un hijo, hoy estoy ganando un hombre", ha dicho el padre.
Con el rescate a las 18.40 de
Omar Reygadas, el decimoséptimo, comenzó a salir a la superficie el grupo de los considerados más fuertes, que se dejaron para el final tras los que tenían un estado de salud más débil, todos ellos ya a salvo.
A las nueve y media de la noche salió a la superficie
Yonni Barrios, de 50 años, el vigésimo primero del grupo. Barrios ha estado casado con Marta Salinas durante 28 años, pero es Susana Valenzuela con quien mantiene una relación desde hace meses, quien se ha desplazado a la mina para recibirlo.
Poco después de las diez de la noche (hora española) emergió
Samuel Ávalos, de 43 años, que dice haber experimentado un proceso de conversión que le hizo sentirse "cerca de Dios" y alejarse de la droga y la bebida, que le han marcado los últimos 21 años, según ha explicado su pareja, Ruht Guzmán Donoso, con quien tiene un hijo de 18, uno de 9 y otro de 2, aunque nunca llegaron a casarse. Al salir, Ávalos besó a Ruth, con la que tiene "una conversación pendiente". A través de una de las cartas que Ruth mandó a Samuel en la mina, ella le pedía matrimonio, a lo que él contestó: "Al salir lo hablamos".
Después de él salió
Carlos Bugüeño, de 27 años, que creó a 700 metros de profundidad un dominó para ayudar a matar el tiempo a sus compañeros. Nada más llegar al exterior, el joven se abalanzó sobre su madre, Guadalupe Alfaro, a la que abrazó repetidamente. Posteriormente saludó al presidente chileno, Sebastián Piñera, y a su mujer, Cecilia Morel, así como al ministro de Minería, Laurence Golborne.
Tras saludar a sus familiares más cercanos, los rescatados pasan un módulo de aislamiento, donde reciben también la visita de un número reducido de familiares. Luego son trasladados en helicóptero al hospital de San José en Copiapó, capital de la región de Atacama, donde permanecerán probablemente dos días.
La labor de los rescatadores
Antes de empezar a recibir buenas noticias, la cápsula descendió en dos ocasiones vacía para evaluar el buen estado del conducto por el que se opera el rescate y el funcionamiento de los sistemas de comunicación. Poco después de las cuatro de la madrugada descendía el primer rescatador, Manuel González. A los tres rescatadores que están bajando a la mina y a los mineros los enfoca a la cara una cámara para estudiar posibles reacciones de pánico. "La cámara de televisión nos va a proveer de información en el fondo de mina y adicionalmente tenemos que instalar otros tres sistemas de comunicación para los mineros, los rescatadores y la atención médica", ha explicado el ministro de Minería. Otros cuatro miembros de los equipos de auxilio han bajado a la mina con medicamentos para tratar desde dolores de cabeza hasta ataques cardíacos,
según informa El Mercurio.
El orden de salida de los mineros, entre los electricistas, conductores, expertos en explosivos y hasta un ex futbolista, se ha decidido en función de su estado físico. Se insistió mucho en que los cinco o seis primeros en ver la luz debían ser los más "hábiles y sanos", a los que siguen los más débiles y, por último, los 17 considerados más fuertes.
Por otra parte, el Gobierno chileno ha anunciado que ayudará a los rescatados a encontrar nuevos trabajos, al tiempo que las familias han indicado que corresponde a los propios afectados decidir si van a volver a trabajar como mineros. La portavoz del Gobierno chileno, Ena Von Baer, ha anunciado que el Ministerio del Trabajo apoyará a los mineros en la búsqueda de nuevos empleos. "Nos queda un desafío muy grande", ha reconocido Von Baer.