Fortino TORRENTERA O.
Oaxaca. México. A ritmo de pasito duranguense, seguidores de Eviel Pérez Magaña y de Gabino Cué Monteagudo anoche festejaron juntos, sin querer en la Alameda de León, el posible triunfo de sus candidatos.
A las 22:00 horas muchos seguidores de Gabino que se habían concentrado en la Fuente de la Siete Regiones –ahora de las ocho-, donde el candidato agradeció el apoyo pero les dijo que el festejo terminaba, que hoy (lunes) habría que trabajar, lo cual fue maduro, para evitar posibles enfrentamientos.
[caption id="attachment_63236" align="alignleft" width="300" caption="De la fiesta y la confusión, se pasó a la convivencia civilizada."]
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Pero el desbordado ánimo de militantes de los diferentes partidos que formaron la coalición ganadora y simpatizantes del candidato, salieron a las calles en autos y a pie.
En las calles podían verse autos con banderas del PAN, Convergencia y menormente del PRD que pitando sus cláxones desahogaban de paso sus frustraciones mundialistas de triunfo.
Casi a la misma hora, seguidores de Eviel se concentraron en la Fuente Regiones por espacio de una hora, cuando fueron informados que en el centro ya se tenía preparada una fiesta que llamaron “La campaña de la victoria”.
Tres templetes con grupos musicales aguardaron a lo largo de la Alameda a los confundidos priistas que se dieron cita y desde donde se decía que el triunfo les favorecía, aunque nunca hablaron de defensa del voto.
Al transcurrir los minutos y despejarse cerca de las 22:00 horas los resultados, los simpatizantes de Eviel Pérez Magaña se comentaban entre si la virtual derrota.
Del festejo se pasó a la confusión, especialmente cuando arribaron seguidores de Gabino, pensando que ya había empezado su fiesta. A esa hora los animadores que en los masivos actos priistas azuzaban a la masa, ya se habían retirado, se convirtió en fiesta del pueblo.
Era curioso ver a un joven con camisa roja y una leyenda del triunfo de Eviel, bailar quebrado con una chica con la bandera de Gabino; nada que ver con las enconadas acusaciones mutuas que previo a la jornada se profirieron los contrincantes.
Un “cerillo” (vendedor ambulante de dulces) con su familia, todos con tabla la frente trinaban de alegría por los virtuales resultados y comentaba: “Allá arriba (en su colonia) están felices porque ganó Don Gabino”.
El contraste de caras largas de hombres y mujeres con playeras rojas, algunos acarreados que lentamente subían a los camiones se opacaban entre los vítores de aquellos que en sus autos y camionetas rodeaban el zócalo para festejar este triunfo.
Ese baile entre los dos jóvenes, fue la imagen más espléndida de la jornada y un aviso del nivel de civilidad que los oaxaqueños hemos mostrado en este proceso. Dos enemigos políticos conviviendo al final de la contienda a ritmo de Pasito Duranguense.