Carlos FUENTES/El País
Oaxaca, México.- José Saramago vino a recordarnos que hay una gran literatura portuguesa. Nos recordó que había el extraordinario antecedente de Fernando Pessoa y antes la extraordinaria contribución de Eça de Queirós. Pero José Saramago escapó, sin renegar de ella, a su condición puramente nacional para unirse a la gran constelación mundial de narradores (Gabriel García Márquez, Nadine Gordimer, Günter Grass, Juan Goytisolo...) que constituyen hoy la narrativa de la globalidad.
[caption id="attachment_60211" align="alignright" width="202" caption="In memoriam de Carlos Fuentes a José Saramago"]
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José Saramago nunca escribió un mal libro. Toda su obra mantiene un altísimo nivel, una gran calidad. Fuimos amigos personales aunque a veces diferimos políticamente. Pero una prueba de la amistad es saber estar en desacuerdo y mantener una gran amistad. Saramago tenía un carácter fuerte, sabía enojarse con justa causa. Dio batallas políticas importantes en México y en el mundo. Pero al fin y al cabo, lo que sobrevive de un escritor no es su ideología sino su literatura.
Le envío mis condolencias a la bella y querida Pilar y lamento de nuevo la pérdida del gran escritor y amigo José Saramago.