Oscar VALDIVIESO
Oaxaca, México.- La presencia de priístas que “de última hora se colgaron” al proyecto de Gabino Cué, comienzan a provocar resquemor entre las militancias de los partidos que conforman la Coalición Unidos por la Paz y el Progreso.
[caption id="attachment_63830" align="alignleft" width="300" caption="Colocar a Bolaños Cachos es como haber votado por el PRI"]
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Y es que sin ningún capital político, salvo su jugosa dieta de jubilación que devenga mensualmente como ex magistrado y presidente el Tribunal Superior de Justicia, Raúl Bolaños Cacho quiere ahora aplicar a la Coalición, la misma fórmula de chantaje que hizo al PRI cuando le negaron la precandidatura en la elección interna del tricolor para contender por la gubernatura estatal.
Y este chantaje de Bolaños Cacho va enfocado ahora, a la presidencia de la Gran Comisión de la próxima Legislatura local, asumiendo que por haber estado en el primer lugar de las diputaciones plurinominales por las siglas del PAN, tiene el derecho de agandallarse ese cargo.
Esta actitud, ha provocado que la militancia panista pero también del PRD y Convergencia, se comience a inconformar, toda vez, que Bolaños Cacho se adhirió a la coalición por berrinche personal más que por convicción para el cambio democrático en Oaxaca.
Sin esta calidad moral y pasando por encima de diputados electos que se la rifaron para obtener votos a favor de la Coalición, Bolaños Cacho es de esos priístas que la sociedad rechazó con su voto.
Entonces, qué le dirá el PAN a la ciudadanía en caso de poner a un priísta vergonzante como líder del congreso cuando como nunca en su historia le otorgó más de 250 mil votos de confianza y ¿dónde quedó el cambio, pues?