Oaxaca, México.- El placer que produce abrir un libro nuevo y disfrutar de su aroma es indescriptible, una sensación única que se acaba cuando el olor se desvanece poco a poco. Esta conmoción es en gran parte producto del olor de la tinta, pues quien visite una imprenta lo encontrará en una mayor concentración.
No obstante, que los métodos de impresión han cambiado y de que el
offset es ahora el predominante, hay muchos que se resisten a perder por completo los métodos de impresión clásicos, esos en los que los tipos móviles de metal o madera dejan una marca sobre el papel al presionarlo.
En la XXXII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería se presentó el libro
Los grabados en la obra de Juan Pablos: primer impresor de la Nueva España, en este libro — editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) — se presenta un estudio completo de la primera imprenta que existió en territorio mexicano, la autora es de María Isabel Grañén Porrúa.
La obra también contiene un índice tipográfico que describe cada una de las fuentes incluidas en los grabados que se incluyen, de igual forma describe cronológicamente la evolución de la imprenta fundada por Juan Pablos, con la ayuda de un glosario y de notas explicativas al pie de página, el lector tiene la posibilidad de emprender un viaje por las técnicas antiguas de edición.
Juan Pascoe, quien es impresor y ha dedicado toda su vida al oficio, destacó que en esta obra se muestra un trabajo minucioso en todo el proceso editorial, pues los interesados en el libro muestran una gran pasión por este ambiente.
Además recordó una premisa fundamental para el diseño actual “los libros mexicanos tienen que construirse con letra mexicana o en castellano”. Pues destacó la importancia de cuidar de los detalles tipográficos de nuestro idioma como acentos, o las letras propias