Fortino TORRENTERA O:
Oaxaca. México. La comparsa de muertos, es una tradición vigente en Oaxaca desde hace varios siglos que perdura con el esfuerzo de la juventud, que paradójicamente son los adultos quienes menos interés muestras por su conservación y menos aún las autoridades que en vez de apoyar esas iniciativas, cada año improvisan nuevas que atentan contra esa tradición.
A pesar de la significación religiosa que esta costumbre tiene, este festivo tributo a los desaparecidos, también es uno de los medios de expresión social e incluso de parodia de la realidad que se vine en populares barrios y comunidades oaxaqueñas, donde esta tradición cada año se extingue.
[caption id="attachment_134943" align="alignleft" width="300" caption="Comparsa en el barrio El Polvo"]
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Ha sido más el entusiasmo de la barriada, de los jóvenes y niños por participar en este ritual, que la voluntad del gobierno por preservarlo, ya que cada año, a pesar de las promesas de apoyo de los funcionarios, es la propia comparsa la que debe costear todos los gastos de esta tradición.
Sin que los funcionarios de cultura lo sepan –ya que como en este año se ausentan para aprovechar los puentes vacacionales-, es el turismo y escasos vecinos, quienes acuden a apreciar esta colorida y pícara representación de la muerte.
La comparsa, lejos de mermar por las condiciones económicas del país y la crisis que se vive en Oaxaca, se ha fortalecido en el gusto de las nuevas generaciones que materialmente se apropiaron, pero que vislumbran un futuro incierto en la preservación de esta colonial costumbre.
El barrio, festejo y crítica
Y nuevamente la barriada saldrá desde esta noche a la calle, lo mismo vestidos de enfermeras o sacerdotes que de duendes irlandeses para llenar de picardía y música los barrios de esta ciudad. El polvo, Cinco Señores y Jalatlaco, como cada uno de noviembre saltan a las calles en su reencuentro anual con las tradiciones, con la magia de la comparsa.
En punto de las 19:00 horas, entusiastas, los jóvenes del barrio “El Polvo” aparecieron de la casa de la familia Cervantes –en la novena calle de Guerrero-, desde donde tradicionalmente ha partido esa comparsa.
Detrás de esa alegría expresada en el baile, los piropos y las travesuras, Roberto Manuel Cervantes, uno de los principales organizadores de esa tradicional parada, lamenta la falta de apoyo oficial, luego de más de 50 años de existencia.
También entrada la noche, el Colectivo Cultural “La idea” hará realidad su promesa, salir este uno de noviembre a las calles de la agencia de “Cinco Señores” para compartir con el vecindario la alegría de la comparsa, una tradición viva de la expresión popular de la muerte.
Más de 20 integrantes impresionarán por la originalidad de su vestuario, realizado en su mayoría por los propios participantes que robaron la atención de esa agencia municipal citadina.
Con la fuerza inyectada por los hermanos López, jóvenes que todo el año esperan esta fecha para reforzar una herencia de abuelos, que identifica a una barriada que cada vez se renueva, a pesar de lo complicado que resulta llevar a cabo esa fiesta.
También con 50 años de tradición, esta comparsa actualmente está en manos de un grupo de jóvenes que de manera entusiasta organiza sin ningún apoyo institucional este festejo con un lema muy claro: “Para qué importar costumbres tal vez respetables pero totalmente ajenas, si en México tenemos valiosas tradiciones”, dijo el principal organizador, Martín López, un joven de poco más de 20 años.
Simultáneamente en el barrio de Jalatlaco se protagonizará una comparsa que también ya es tradicional en esta capital, donde a diferencia de otros años, hubo poco interés de los vecinos, como también de las autoridades a este tipo de expresiones populares de la cultura.
En un recorrido por la ciudad, destacan algunas pequeñas comparsas en San Juanito y Xoxocotlán, donde el interés de los jóvenes contrasta con la de los viejos, -unos en desacuerdo con el libre lenguaje de los parlamentos, otros simplemente desidiosos de apoyar esa expresión popular-.
Este como en los años anteriores, el apoyo de las autoridades es selectiva, como podrá comprobarse en las diferentes comparsas de barrio, baluarte de nuestra tradición.
Ese transitar de un mundo a otro sustenta la realización de las comparsas, que también representan una forma de invocar e invitar a nuestros difuntos que cada año bailan, comen y beben con los vivos, en los barrios y comunidades oaxaqueñas en una tradición que en definitiva se niega a morir.