UAM/Investigación
Oaxaca, México.- Es sorprendente y escandaloso que hayan tenido que pasar 200 años en México para tener una segunda Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumos Culturales, el hecho habla de la falta de interés e irresponsabilidad de la clase política hacia este sector, que por décadas ha sido evadido e ignorado, señaló el doctor Javier Esteinou Madrid, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El ganador del Premio Nacional de Periodismo 2010 indicó en el foro de debate
Atlas de Infraestructura Cultural de México y Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumos Culturales: contenidos, alcances, debilidades y fortalezas, que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) no ha modificado su visión aristocrática del concepto de cultura, lo cual reduce completamente los alcances de la encuesta y el atlas presentados por el organismo recientemente.
Observó que la realidad empírica que se vive refleja que la cultura tiene otras dinámicas no reconocidas en estos instrumentos, cuya medición es apropiada para el siglo XIX, más no para el siglo XXI, que ha sufrido una transformación radical con los medios de comunicación.
“La cultura cotidiana no se define hoy por el teatro, la literatura, la danza o los museos, sino en la pantalla de los medios, es ahí donde se concretan las agendas diarias de lo que se ve y no se ve; de lo que se considera aceptable e inaceptable; de lo que es verdadero o falso”, precisó el académico.
Para que el esfuerzo de estos documentos derive en buenas políticas públicas para el sector es necesario que la comisión de cultura asuma la responsabilidad de modificar el concepto de cultura, que considere el peso real que la nueva infraestructura de la convergencia tecnológica; que la encuesta sea realizada al menos cada tres años y cuente con la participación del sector intelectual del país y de la ciudadanía; sólo de esta manera será posible medir la cultura que hoy se produce, sostuvo el especialista en medios.
El maestro Tomás Ejea Mendoza, profesor del Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco de la UAM, llamó la atención sobre la ausencia de variables importantes como la educación superior (tasa bruta de escolaridad), que debió ser correlacionada con indicadores como el “interés sobre las actividades culturales”.
Dijo que esta correlación hubiese sido muy ilustrativa para identificar que el problema central del desarrollo cultural del país no está ubicado en el interés en la cultura, sino en la infraestructura cultural y sobre todo en el nivel de desarrollo de la educación superior.
Héctor Garay, gestor cultural, consideró que la metodología utilizada en la encuesta fue acorde con el concepto tradicional de cultura que prevalece en las instituciones de dicha rama en el país, por ello no se contemplaron los nuevos consumos culturales en las distintas disciplinas.
Reconoció que tanto las instituciones públicas como los agentes, artistas y promotores no han sabido compartir la posibilidad de la experiencia estética a la población, así, la subordinación de uso y cambio se antepone al valor simbólico y las personas pueden estar dentro de la práctica de las expresiones culturales sin estar conscientes de encontrarse haciendo cultura, de ahí los resultados de la encuesta.
Estableció la necesidad de un observatorio ciudadano para el análisis del ámbito cultural del país, la construcción de indicadores y criterios acordes con los nuevos tiempos, el desarrollo de investigación sobre consumos culturales y la participación ciudadana en la definición de las políticas públicas para este sector.
Para el economista Ernesto Piedras la política cultural no puede ser inspiracional, sino profesional, por ello exhortó a los participantes a trabajar sobre la conceptualización de cultura y la generación de indicadores y criterios que moldeen y perfeccionen esta herramienta, que definió de primaria, pero robusta y replicable en el tiempo para lograr análisis comparativos.
Señaló las posibilidades de retomar la encuesta como un inicio para hacer una política cultural de nueva generación “debemos continuar con este análisis, responder con un trabajo interdisciplinario lo que es la cultura y consumo cultural, y empeñarnos en que las autoridades retomen las propuestas surgidas de este tipo de encuentros”.
El foro fue organizado por la Coordinación de Extensión Universitaria de la Unidad Xochimilco y el Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura; la convocatoria reunió a importantes miembros del ámbito cultural, funcionarios, diputados y académicos interesados en el ámbito cultural del país.