Oaxaca, México.- Como ciudadanos que hacen poesía cotidiana al acercar a los lectores con la riqueza de los libros, calificó Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta, la labor de los promotores de lectura de todo el país, durante la entrega del Premio México Lee 2011, realizada la noche de este miércoles 16 de noviembre en el Palacio de Bellas Artes.
“Ustedes hacen posible con su labor que nuestro país sea una de las plataformas intelectuales de nuestro idioma”, dijo la titular del Conaculta, en la Sala Manuel M. Ponce, a los galardonados Alfredo Pérez Díaz, de Chiapas; Pedro Otero Otero, de Guanajuato; Laura Martínez Zaragoza, de Michoacán; así como Enrique Aranda Ochoa y María Teresa Pérez Cruz, del Distrito Federal.
Consuelo Sáizar afirmó que en la tarea de promover la lectura las instituciones no pueden estar desvinculadas de la sociedad civil y su capacidad de autogestión.
“Estoy convencida de que el Proyecto Cultural del Siglo XXI Mexicano tiene que estar basado en el enorme talento de los creadores, en la fortaleza de las instituciones y la aportación de la sociedad civil”.
En la ceremonia estuvieron presentes Laura Emilia Pacheco, directora general de Publicaciones del Conaculta; Álvaro Marchesi, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura; Carlos Ramírez Vilela, representante de Santillana Editores; Fernando Álvarez del Castillo, director general de Bibliotecas del Conaculta, y María Edith Bernáldez, responsable de Materiales Educativos de la SEP.
La presidenta del Conaculta dijo que, a través de la Dirección General de Publicaciones, se convocó a un grupo de investigadores para realizar un análisis constructivo de los testimonios que concursan por el premio en sus cinco distintas categorías. Esos resultados se conocerán en febrero de 2012 y podrán consultarse en la página web del Programa Nacional de Salas de Lectura.
También en ese tiempo, añadió, se conocerán algunas necesidades de formación de los mediadores de lectura y se abrirá una plataforma de capacitación a distancia, diseñada junto con la Universidad del Claustro de Sor Juana, que incluirá cursos de redacción y escritura creativa totalmente gratuitos.
“Como una bisagra, el promotor de lectura une dos mundos: el de los libros y el de una comunidad formada por personas de todas las edades con memoria y con saberes distintos. Ahí, entre libros y lectores está para habilitar, tender puentes y proporcionar felicidad a través de los libros”.
Y agregó: “En una de sus últimas salidas, Carlos Monsiváis estaba muy emocionado por haber visitado la sala de lectura que lleva su nombre, recuerdo que me dijo: si existen estos mexicanos que dan su tiempo y su amor para que se divulgue la lectura, este país tiene futuro”.
Álvaro Marchesi expresó que para la Organización de Estados Iberoamericanos la lectura es una de las actividades de mayor trascendencia y un bastión para el desarrollo de las naciones.
“Hemos puesto en marcha proyectos donde educación y cultura forman parte de una estrategia para favorecer a las nuevas generaciones que encuentran en la lectura sus señas de identidad, esta premiación reconoce a quienes han ayudado a otros a encontrar en los libros una experiencia de vida”.
“Formar lectores y contagiar emociones” fue la definición con la que María Teresa Pérez Cruz definió su labor en la sala de lectura, ubicada en el Faro de Oriente, donde, dijo, el esfuerzo se centra en contagiar de sueños a todos los que deseen acercarse al mundo de los libros.
Por su parte, Laura Martínez Zaragoza narró los pasajes de su texto
Yo también tuve sueños, que describe el trabajo de la asociación civil Detrás del espejo, de Michoacán, que se ha consolidado, además de como una plataforma de fomento de la lectura, como un centro de difusión de actividades culturales para su comunidad.
Pedro Otero Otero agradeció a su familia por su apoyo y dijo que su trabajo premiado
El que con libros se junta a leer se enseña, muestra el esfuerzo de quienes a lo largo de los años se han dedicado a fortalecer el sistema educativo, mencionando que la lectura no solo se difunde en la escuela, sino también en el núcleo familiar, donde se genera el gusto estético por la palabra.
A su vez, José Luis Esparza narró en representación de Enrique Aranda Ochoa, interno del Reclusorio Sur, la experiencia del galardonado para fundar el Libro Club José Revueltas en el interior de la prisión, donde difunde joyas de la literatura universal entre más de 10 mil reclusos, fomentando la esperanza e incluso propiciando que ellos mismos los lean a sus hijos en los días de visita.
Finalmente, Alfredo Pérez Díaz dijo que el texto
La lectura y yo surgió de su experiencia en el fomento de los libros en su natal Chiapas, donde comenzó a promocionar diversos libros de autores universales a través de la Sala de Lectura Mitocondria.
“Éstas son las actividades que hacemos en nuestro lejano pueblo chol. Los indígenas también necesitamos participar en la cultura y hacer cultura, el Programa Nacional de Salas de Lectura une esfuerzos y promueve que los libros nos devuelvan la memoria”.