Fortino TORRENTERA O.
Oaxaca. México. En la BS Biblioteca Infantil de Oaxaca se exhibirá este viernes 23 y sábado 24 de septiembre la cinta “El señor de las moscas”, basada en la novela de William Golding.
Las funciones de esta película norteamericana dirigida por Harry Hook, son gratuitas y tendrán lugar a las 17:00 horas, en José López Alavez 1342 en el Barrio de Xochimilco.
Recomendada para adolescentes en adelante, en sus novelas más reconocidas, William Golding cultiva un estilo de ficción alegórica en el que alude frecuentemente a la literatura clásica, la mitología y el simbolismo cristiano. Sus obras no siguen una línea argumental única y la técnica de composición varía, pero en todas destaca la violencia inherente al ser humano y la respuesta sensata y cívica contra la barbarie y la guerra, mostrando las ambigüedades y fragilidades de la civilización occidental.
Sus textos, en gran parte, exploran los dilemas morales y las reacciones de las personas cuando son sometidas a situaciones extremas, así como sobre la crueldad innata en el ser humano. Si en Lord of the Flies (El señor de las moscas, 1954) los protagonistas son un grupo de niños perdidos en una isla desierta, en The Inheritors (Los herederos, 1955) es una tribu de Neanderthales enfrentados a los violentos Homo sapiens y en Pincher Martin (Martín el náufrago, 1956) es un solo hombre el que representa la lucha de la inteligencia contra los enemigos naturales del hombre.
Con gran originalidad de novelista, Golding se atreve a experimentar, con sus personajes, temas polémicos y fundamentales de una forma indirecta, con símbolos del bien, del mal, de la moral, del orden y de la destrucción evidentes pero raramente clarificados. En este sentido se aparta de la literatura contemporánea al enfrentar al lector a sus propias debilidades y miedos, al salvaje que subyace bajo la fachada del comportamiento civilizado y que se destapa con violencia cuando se enfrenta a circunstancias extremas.
Los cinco años que pasó en la Royal Navy, durante la Segunda Guerra Mundial, le causaron un enorme impacto, exponiéndole a la increíble barbaridad y crueldad de la que es capaz la humanidad. Rechazando el optimismo racionalista de su padre acerca del desarrollo humano, se convenció a sí mismo de la maldad intrínseca al ser humano.
“Cualquiera de mis contemporáneos que no entienda que el hombre produce maldad, como una abeja produce miel, debe de estar ciego o mal de la cabeza”
Los argumentos de sus novelas son esquemáticos pero sazonados como relatos de aventuras, pero en el sustrato de su obra se oculta el patrón universal del mito del mal. En sus obras se desmarca de la utopía racional de H.G. Wells y de los que piensan que el origen del mal se encuentra en las estructuras y sistemas políticos.
La violencia brota de las profundidades del hombre y es siempre la creadora de los modelos sociales destructores, como el nazismo. El ansia de poder y de autoafirmación es el que causa en los personajes de Golding la caída al estado de barbarie.
Por eso la fuente de la violencia social es, para el autor, la propia naturaleza humana y las elecciones que hagan los hombres con su libertad.
La maldad suele buscar en sus novelas un chivo expiatorio sobre el cual hacer recaer las culpas de la humanidad. Puede ser imaginario, como el monstruo de El señor de las moscas, pero finalmente se encarna el papel de chivo expiatorio en una persona, bien sea un niño, como Simon de El señor de las moscas o el reverendo que muere de vergüenza en Rites of passage (Ritos de paso, 1980).
Frente a esta barbarie, destaca la figura de sensatez, que intenta mantener la racionalidad, aunque frecuentemente sea débil en su defensa, como Piggy en El señor de las moscas.
A pesar de su reputación de pesimista acerca de la naturaleza humana, tiene fe en la victoria final del bien en la historia:
“Creo que el bien vencerá finalmente al mal. No sé cómo, pero tengo fe en su victoria. (…) No soy un teólogo, ni un filósofo, sólo un narrador de historias. (…) Básicamente soy un optimista. Intelectualmente puedo ver que el equilibrio del hombre se encuentra 50% - 50%, y sus posibilidades de estallar son de una a una.
No puedo contemplar esto más que intelectualmente. Simplemente soy incapaz de creer que esto pase. Esto significa que soy por naturaleza un optimista y por convicción intelectual un pesimista, supongo”.
En 1983 es galardonado con el Premio Nobel de Literatura. En el anuncio de la elección, el jurado del premio compara a Golding con Herman Melville en estos términos:
“Las novelas e historias de William Golding no son sólo sombrías enseñanzas morales u oscuros mitos sobre el mal y las fuerzas de traición y destrucción.
También son relatos llenos de aventuras y color que pueden ser disfrutados como tales, por su alegre narrativa, inventiva y emoción.
Sus obras, con la perspicacia de la narrativa realista, y la diversidad y universalidad del mito, iluminan la condición humana del mundo actual”.