Alicia RUBALCAVA/INAH
Oaxaca, México.- Un conjunto de 14 óleos en forma de medallones, que fueron creados en el siglo XVIII e ilustran de manera cronológica diversos episodios de la vida de la Virgen María, conforman la exposición
Miguel Cabrera, un ideal novohispano, que se presenta en el Museo Regional de Puebla.
Los cuadros, que posiblemente formaron parte de un retablo barroco, proceden del Museo de Guadalupe, Zacatecas, y llegan ahora al museo de la Angelópolis, donde permanecerán en exhibición hasta enero de 2012.
La muestra, organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), exhibe esta serie de medallones pintados por Cabrera —uno de los más célebres artistas novohispanos—, que narran diversos pasajes de la vida de la Virgen María, entre los que destacan:
La Anunciación, El Casamiento con José, El Nacimiento de Jesús, La Circuncisión, La Adoración de los Reyes Magos, La Muerte de Cristo y
La Asunción.
Las obras pictóricas tienen el mismo formato, por lo cual se piensa que originalmente formaron parte de un retablo mariano de algún templo de Zacatecas. Sin embargo, Violeta Tavizón Mondragón, subdirectora del Museo de Guadalupe y curadora de la muestra, señala que no se ha encontrado ninguna documentación del altar original.
“Los medallones —llamados así porque son óleos de forma oval— posiblemente formaron parte de un retablo mayor, pero en el siglo XIX se les colocó el marco que ahora tienen, que es una moldura de yeso con hoja de oro”.
Los 14 óvalos de la serie exponen en forma cronológica, de acuerdo con la descripción de la Biblia, episodios clave de la vida de la Virgen; de éstos sólo el que representa
La Anunciación de la Virgen María, está firmado por Miguel Cabrera, “esto debido a que en esa época era costumbre de los artistas únicamente firmar la primera obra del conjunto”, explicó Tavizón Mondragón.
Al hablar del valor estético e histórico de las obras de Miguel Cabrera, la curadora comentó que fue uno de los pintores más connotados del siglo XVIII, quien elabora estos cuadros a partir de un tratado denominado
El arte de la pintura, del español Francisco Pacheco, en el cual se narra la vida de la Virgen y de Jesús, y se establece la forma en que deben pintarse los personajes, lo que estaba permitido y lo que no.
“Cabrera pintó las escenas tal cual lo estableció Pacheco en su tratado, con los rostros muy dulces, la piel sonrosada y el uso de colores cálidos, que representaban parte del ideal para las mujeres novohispanas, de tomar como ejemplo la vida de la Virgen María. Es un conjunto característico de la última etapa del barroco del siglo XVIII”.
Nacido en Oaxaca, Cabrera fundó en la Ciudad de México un taller de pintura, en el que se formaron pintores célebres como José de Ibarra. “Marcó un estilo estético en el arte plástico, en particular en la pintura barroca, la cual era muy contrastante entre luces y sombras, y la volvió una pintura más dulce, con colores cálidos; además, en muy poco tiempo logró una extensa producción artística, con lienzos de grandes dimensiones, como los que lucen en la Escalera Regia del Museo de Guadalupe, en Zacatecas”.
Violeta Tavizón comentó que México resguarda un acervo importante de Miguel Cabrera, en museos como los nacionales de Historia “Castillo de Chapultepec” y del Virreinato, las catedrales de México y Puebla, y el Museo de Guadalupe, en Zacatecas, al cual pertenece esta serie de 14 óleos, junto con un lienzo titulado
La adoración de los pastores y otros dos cuadros de gran formato.
La curadora abundó que si bien, la mayor parte de la producción de Cabrera fue la pintura religiosa, también destacan los retratos que hizo de la sociedad novohispana del siglo XVIII, al igual que la serie de pinturas de castas. “Plasmó cada una de las clases sociales, que eran 22, y retrató a personajes connotados de la época, como Sor Juana Inés de la Cruz; cuadros que están bajo resguardo del Museo Nacional de Historia”.
Tavizón refirió que Miguel Cabrera fue el primer pintor que revisó la tilma de Juan Diego en 1751, y cinco años después publicó un estudio titulado
Maravilla americana y conjunto de raras maravillas, en el que describe el cuadro y concluye que se trata de una “obra divina”.
“Cabrera era un excelente pintor y uno de los más prolíficos, ya que se conocen alrededor de 600 obras suyas esparcidas en el país y en el extranjero. Para 1756, cuando ocurre el deceso de José de Ibarra (quien fuera uno de sus más destacados aprendices), ya era considerado el pintor más importante de la Nueva España”, concluyó la especialista.
Finalmente, Delia Domínguez, directora del recinto poblano, comentó que la exposición
Miguel Cabrera, un ideal novohispano, se complementa con el óleo
José con Niño Jesús en brazos, pieza que se atribuye al mismo autor y que forma parte del acervo del Museo Regional de Puebla.
El Museo Regional de Puebla se ubica en avenida Ejército de Oriente s/n, Centro Cívico Cinco de Mayo, zona de los Fuertes de Loreto y Guadalupe. Horario: martes a domingo de 9:00 a 17:30 horas. Costo de acceso: 41 pesos, entrada gratuita a menores de 12 años, estudiantes y maestros con credencial vigente, y personas de la tercera edad; domingos la entrada es libre para el público mexicano