Oaxaca, México.- Por una vida dedicada a la fotografía social, a la experimental y al rescate de imágenes, respectivamente, los especialistas de la lente Enrique Bostelmann (in memoriam), Jesús Sánchez Uribe y Lilia Martínez, recibieron la Medalla al Mérito Fotográfico, en el marco de la inauguración del 12° Encuentro Nacional de Fototecas, que se realiza en Pachuca, Hidalgo.
Es la quinta ocasión en que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) a través de la Fototeca Nacional, hace entrega de este reconocimiento, recibido anteriormente por personalidades como Enrique Bordes Mangel, Rodrigo Moya, Héctor García, Lázaro Blanco y Pedro Meyer; e instancias dedicadas a la preservación de la fotografía mexicana, entre ellas, la Fototeca “Pedro Guerra” de la Universidad Autónoma de Yucatán.
En el foro académico, Yeyette Bostelmann recibió el galardón otorgado a la memoria de su esposo Enrique Bostelmann (1939-2003), “uno de los principales fotógrafos de los años 50 y 70, integrante del Consejo Mexicano de Fotografía, y cuya obra del México rural trascendió más allá de nuestras fronteras, siendo un autor ampliamente reconocido”, expresó Juan Carlos Valdez, director de la Fototeca Nacional.
Asimismo, Valdez Marín expresó que Lilia Martínez —otra de las premiadas— es pionera en el rescate de la fotografía regional, particularmente de su estado natal, Puebla, labor que ha impulsado a través del Centro Integral de Fotografía, del que es directora; “de ahí que estos méritos son considerados por nosotros (la Fototeca Nacional), un aliciente para que otros profesionales e instancias se comprometan en recuperar las historias que hay en las fotografías de cada una de las entidades de la República”.
Respecto a la trayectoria de Jesús Sánchez Uribe (Ciudad de México, 1948), el titular de la Fototeca Nacional dijo que se trata de uno de los profesionales de la lente más reconocidos dentro y fuera de México, cuya obra se ha dado a conocer en más de 150 exhibiciones.
Entre los años 70 y 80, Sánchez Uribe sorprendió con un lenguaje original que apostaba por la experimentación, abriendo nuevos derroteros en la fotografía contemporánea.
Entrevistado en torno a este galardón, el maestro Jesús Sánchez Uribe se dijo contento del mismo, aunque expresó que su objetivo nunca ha sido ir tras de premios o becas que soporten su prestigio. “Esto también se lo debo a mis maestros y a un buen número de amigos que me han alentado, ayudado y creído en mí”.
Con la humildad que lo caracteriza, el fotógrafo reconoció que su camino en esta disciplina se trató más bien de un reencuentro. Luego de dar tumbos en varios oficios, debido a la falta de una vocación, se inscribió a un curso en el Club Fotográfico de México, recordando la fascinación que alguna vez le ocasionó ir al estudio del retratista Roberto Luna, en la avenida Paseo de la Reforma.
“Afortunadamente para mí y para otros amigos, apareció por ahí (en el Club Fotográfico) el actor Alejandro Parodi, sus clases eran una verdadera lección de cultura, sus conversaciones iban de Goethe a Manuel Álvarez Bravo, o de una obra de teatro a disertar sobre los presocráticos. Él me instó a no ir en contra de mi naturaleza.
“En ese sentido, acepté mis imágenes y fui separándome del carácter documental de la fotografía; comprendí que podía dotar a las imágenes con una expresión personal, en las que —en un principio— intenté sobre todo, más que ilustrar, esconder. Lamentablemente, por más que ocultes, siempre se muestra algo”, puntualizó Sánchez Uribe.
Acerca de la reciente retrospectiva de su obra, intitulada
Con ojos propios, que seguirá en exhibición hasta el 13 de noviembre en el Centro de las Artes de San Luis Potosí, comentó que en ésta se propuso plantear, visualmente, cómo fue esta búsqueda de un lenguaje diferente y el camino que siguió para desarrollar distintas maneras de relacionarse con la materia.
“Al principio procuraba esconder, con base en una fracción donde pretendía que todo fuese oscuro, era lo primero que podía abstraer, la tonalidad. Después me di cuenta que esta relación con la materia podía llegar a transformarse, a trastocarse, es decir, esta factibilidad de alterar la materia conlleva en sí misma una susceptibilidad de convertirse en imágenes”.
Jesús Sánchez Uribe comentó que desde hace algunos años “abandonó” las cámaras e hizo del scanner su principal herramienta de trabajo, aparato que le permite justamente el juego con la materia, misma que ha sido una inquietud constante dentro de su labor. “En el scanner puedes poner una serie de objetos, basura si quieres, pero surge una imagen que realmente no controlaste, partes de un proceso en el que crees que vas a hacer algo y siempre surgen cosas diferentes, ellas son las que te controlan e indican el camino”.
Actualmente, Jesús Sánchez Uribe trabaja con este dispositivo informático en una serie “larga y sustanciosa” dedicada al mundo vegetal, un universo “con una infinita variedad y posibilidad visual que, al trastocarla, al modificarla, se enriquece aún más”.
La entrega de la Medalla al Mérito Fotográfico abrió las jornadas académicas del 12° Encuentro Nacional de Fototecas, en el que se dictarán 10 ponencias divididas en tres mesas:
Nuevas miradas en la investigación histórica; La formación técnico-profesional y las colecciones fotográficas; y Programas de formación en fotografía.
También serán inauguradas las exposiciones:
Joaquín Santamaría: Mirada con vaivén de hamaca (en el Cuartel del Arte);
Adicromos, de Carlos Jurado (en la Galería “Leo Acosta”); y
El Baño. La fotografía contemporánea entre lo público y lo privado (en la Sala “Nacho López”, de la Fototeca Nacional). Complementan el programa dos talleres dedicados a la catalogación de acervos e identificación de procesos fotográficos.
Las sesiones del 12° Encuentro Nacional de Fototecas se desarrollan los días 27 y 28 de octubre en el Salón Esmeralda, del Hotel La Joya, en Pachuca, Hgo.