Mario CCASASPUS/El Clarin de Chile
Oaxaca, México.- En entrevista exclusiva con
Clarín.cl , Manuel Araya (1948), desmiente las declaraciones de la Fundación Neruda plasmadas en el expediente judicial (ROL 1038-2011) para esclarecer el presunto asesinato del Nobel chileno: “Nunca he salido de mi país, Charo Cofré y Hugo Arévalo mienten; la persona que me rescató del campo de concentración en el Estadio Nacional fue el Cardenal Raúl Silva Henríquez, él me salvó la vida, yo pesaba 37 kilos al salir del Estadio Nacional, me torturaron, tengo un balazo en la pierna, quedé muy mal de salud, y los milicos me dieron una orden de arraigo por dos años, nunca salí de Chile… Todos los que fuimos colaboradores cercanos de Neruda hemos tenido problemas; ¿por qué la dictadura asesinó a Homero Arce?, lo golpearon tanto que murió a consecuencias de la tortura. ¿Por qué fuimos detenidos los colaboradores de Neruda?, ¿por qué desaparecieron a mi hermano?, ¿lo confundieron conmigo, o era un mensaje para que yo me quedara callado?”
MC.- Don Manuel, ¿recuerda la fecha exacta de su detención al salir de la Clínica Santa María?
MA.- Sí, el 23 de septiembre de 1973, lo recuerdo porque al día siguiente Pablo Neruda saldría a México junto con el Embajador Gonzalo Martínez Corbalá y con la señora Matilde Urrutia; el 23 de septiembre acompañé a la señora Urrutia a isla Negra por las pertenencias y libros inéditos que llevarían al exilio, sin embargo interrumpimos la dirigencia porque a las 4 pm habló Pablito desde el teléfono de su habitación en la Clínica Santa María, nos dijo que entraron a inyectarlo sin darle explicaciones. Al regresar a la Clínica Santa María me mandaron a comprar un medicamento, me detuvieron en la dirección de la farmacia, de ahí me llevaron a la comisaría y después al Estadio Nacional.
MC.- En las memorias de Matilde Urrutia se refiere al chofer de Neruda: “era la única persona que tenía cerca para ayudarme… él había desaparecido con nuestro coche y con él yo perdía la única persona que me acompañaba en todas las horas del día” (Seix Barral, 1986); sin embargo Charo Cofré y Hugo Arévalo aseguran que acompañaron a Neruda y Matilde el 18 de septiembre de 1973…
MA.- Desmiento a Charo Cofré, nadie podía llegar a Isla Negra después del golpe de Estado, los militares tenían bajo vigilancia la casa de Pablito; en las memorias de la señora Matilde Urrutia no escribió nada al respecto de la supuesta visita del 18 de septiembre de 1973. Es ridículo pensar que Pablito, Matilde, Charo y Hugo festejaron el 18 con vino tinto y empanadas, Charo y Hugo mienten al afirmar que durmieron en Isla Negra el 18 de septiembre y que nos acompañaron en su auto detrás de la ambulancia, camino a la Clínica Santa María el 19 de septiembre.
MC.- En las declaraciones de Charo Cofré durante el juicio, le restó importancia al “chofer de Neruda”; y junto a Hugo Arévalo cometieron perjurio, porque en entrevista con Faride Zerán (Rocinante, 05/2003) reivindicaron “al chofer Manuel Araya”, inventando que Matilde Urrutia lo rescató del Estadio Nacional y lo ayudó a tramitar su exilio en México (sic)…
MA.- Nunca he salido de mi país, Charo Cofré y Hugo Arévalo mienten; la persona que me rescató del campo de concentración en el Estadio Nacional fue el Cardenal Raúl Silva Henríquez –lo conocí en Isla Negra, era muy amigo de Pablito, después de almorzar lo llevaba de regreso a Santiago y conversábamos-, el Cardenal me salvó la vida, yo pesaba 37 kilos al salir del Estadio Nacional, me torturaron, tengo un balazo en la pierna, quedé muy mal de salud, y los milicos me dieron una orden de arraigo por dos años, nunca salí de Chile, la única persona que me ayudó fue el Cardenal, me cuidó en la Vicaría de la Solidaridad, me ayudaba con plata para almorzar y en la búsqueda de mi hermano Patricio Araya, detenido desaparecido desde 1976. Cómo podría irme a México sin tener noticias de mi hermano; Charo y Hugo mienten.
MC.-La Fundación Neruda presentó como testigo en el juicio a Luis Vera Cano, ¿conoció al supuesto chofer de Neruda?
MA.- Falso, el Partido Comunista recibió a Neruda en el aeropuerto y el PC le designó a Silvio González como chofer por 7 días –a partir del 21 de noviembre de 1972-; Neruda no llegó a su casa de Isla Negra, sino al Hotel Miramar de Viña del Mar, me tocó irlo a buscar al hotel, desde entonces fui el chofer y guardaespaldas de Pablito hasta el 23 de septiembre de 1973.
MC.- El único argumento de la Fundación Neruda durante el juicio es la descalificación del chofer, según Aída Figueroa: “al ser un empleado no podía acceder a la amistad de Neruda y mucho menos llamarlo ‘Pablito’” (sic), ¿qué piensa al leer la postura clasista y déspota de la Fundación Neruda?, ¿tienen facultad para regular las amistades del poeta?
MA.- Conocí a Neruda a los 14 años, yo militaba en las Juventudes Comunistas; cuando el Presidente Salvador Allende o Volodia Teitelboim le preguntaban a Pablito: “cómo se porta Manuel”, Neruda les respondía “es como mi hijo, es el mejor chofer que he tenido en toda mi vida”. El Partido Comunista estaba muy contento del trabajo que yo realizaba, en la seguridad que le brindaba a Neruda y en la discreción de sus asuntos políticos y privados.
MC.- María Eugenia Zamudio (ex directora de Isla Negra), lo insultó, incluso dijo que el Partido Comunista expulsó al “chalado” Manuel Araya, ¿cómo podría desmentirla?
MA.- Nunca me expulsaron del Partido Comunista; tengo una carta fechada en 2004 donde reconocen mi trayectoria, está firmada por un funcionario del Comité Central –Jorge Insunza-, con la carta del PC le tapo la boca a la Zamudio y a la Fundación Neruda. Si yo hubiera perdido la credibilidad frente al Partido Comunista, ¿por qué el abogado Eduardo Contreras presentó la querella para esclarecer la muerte de Neruda?, el PC está en deuda con Pablito, él donó parte de la plata del Premio Nobel –el 70%- para la compra de una nueva imprenta en
El Siglo.
MC.- Jaime Maturana -carpintero y chofer de Neruda desde 1969 a 1971- fue torturado y su hermano desaparecido; Homero Arce –secretario personal- fue asesinado por agentes de la dictadura; y usted fue torturado y su hermano continúa desaparecido, ¿ve un patrón represivo en contra de los colaboradores de Neruda?
MA.- Todos los que fuimos colaboradores cercanos de Neruda hemos tenido problemas; ¿por qué la dictadura asesinó a Homero Arce?, lo golpearon tanto que murió a consecuencias de la tortura. ¿Por qué fuimos detenidos los colaboradores de Neruda?, ¿por qué desaparecieron a mi hermano?, ¿lo confundieron conmigo, o era un mensaje para que yo me quedara callado?
MC.- Durante el juicio, ¿la Fundación Neruda intentó cooptarlo o reconciliarse con usted?
MA.- Después de que inició el juicio, me llegaron 500 invitaciones de la Fundación Neruda; incluso, el viernes 11 de noviembre, solicitaron mi participación en la Feria del Libro junto a la cúpula; ¿por qué hasta ahora me toman en cuenta?, los de la Fundación Neruda son unos cínicos y mentirosos.
MC.- La única imprecisión que hizo el Embajador Gonzalo Martínez Corbalá al reportaje de Francisco Marín: “Neruda fue asesinado” (Proceso, 1801), fue deslindarse de la gestión para hospitalizar a Neruda; ¿acepta la equivocación o reitera que el Embajador consiguió la habitación en la Clínica Santa María?
MA.- Los días después del 19 de septiembre fueron tan caóticos que tal vez me confundí; recuerdo al Embajador Gonzalo Martínez Corbalá por su amabilidad, pensé que era un secretario por su humildad. Neruda viajaría a México para encabezar la oposición contra Pinochet, decía que lo trataría peor que a Francisco Franco. Yo vi cuando la señora Matilde Urrutia le entregó las pertenencias y memorias de Neruda al Embajador de México; don Gonzalo Martínez Corbalá envió su declaración para el juicio, en cierta medida es un respaldo para mi denuncia.
MC.- De los colaboradores de Neruda en Isla Negra, ¿con quién le gustaría conversar?
MA.- Me gustaría conversar con Rosita Núñez –la enfermera de Pablito desde 1960 a 1973-, ahora leí que ella declaró: “Dos años después de la muerte de don Pablo, un verano la señora (Matilde Urrutia) me vino a visitar. Me dijo que sospechaba que a su marido lo habían matado en la clínica, posiblemente con alguna inyección. Fue la última vez que la vi” (La Nación 18/09/2005), es muy valioso su testimonio, creo que el juez Mario Carroza ya la invitó a declarar.
MC.- ¿Buscará al último carpintero de Neruda, don Rafael Plaza Hernández?
MA.- No, porque Rafita trabaja con la Fundación Neruda; Rafita no fue a trabajar con Pablito el 11 de septiembre de 1973. Lo he visto en Isla Negra, tengo fotografías junto a Rafita, pero la Fundación Neruda no lo deja que se junte conmigo.
MC.-Finalmente, ¿estaría interesado en dejar su testimonio en un libro?
MA.- Sí, ya estoy trabajando en un proyecto, pero no daré los detalles.