Oaxaca, Mèxico.- Con un repertorio que abarca de lo gótico a lo contemporáneo, músicos nacionales y extranjeros participarán en la versión XIX del Festival Internacional del Órgano Barroco, que iniciará sus conciertos en la Basílica de La Soledad, Oaxaca el martes 1 de noviembre y concluirá hasta el 4 de diciembre.
Para este año se van a realizar 23 conciertos que se ejecutarán en los estados de Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Ciudad de México, Jalisco y Michoacán.
Para esta edición del Festival los organistas invitados son: Pedro Alberto Sánchez (España), David Timm y Christian Schmitt (Alemania), Silvio Celeghin y Luca Scandali (Italia), y Dariusz Bakowski y el dúo de voz y guitarra Jagielska-Pindakiwicz (Polonia).
Durante conferencia de prensa, el director del festival Gustavo Delgado Parra, resaltó la importancia de la realización de dicho festival, el cual consiste en la recuperación del órgano histórico de México, que sin duda, dijo, son el patrimonio más importante en todo el continente americano.
Explicó que son instrumentos que forman parte central en nuestro país, y por tratarse de un instrumento tan sensible, se consideran como un barómetro cultural que registra con todo detalle el devenir de la historia de un pueblo.
En este sentido y a decir del propio Gustavo Delgado, el Festival Internacional del Órgano Barroco se ha convertido en un foro fundamental para crear mayor conciencia de la importancia de la conservación de estos instrumentos.
Señaló que uno de los problemas serios a los que se enfrenta México en cuanto a la restauración y preservación, es justamente la falta de mano de obra capaz de restaurar un instrumento de esta naturaleza, que por falta de recursos no se puede solventar el problema y por ello se tiene que recurrir a expertos extranjeros.
“Ojalá que en corto plazo podamos pensar que en México contemos con expertos nacionales, de hecho en la actualidad están iniciando ya, algunos trabajos de restauración.”
En este orden de ideas, Delgado Parra destacó que precisamente éste no es un festival aislado, sino que trata de coadyuvar, en la medida de las posibilidades, a la recuperación y la cultura del órgano que implica muchas tareas, más allá de restaurar un instrumento y más allá de la investigación de campo.
A lo largo del año se están llevando a cabo programas piloto de formación de organistas locales. Se trata de jóvenes estudiantes de la Escuela Nacional de Música y de la Escuela Superior de Música que se integran a la programación del festival, quienes mostrarán la versatilidad que puede tener un instrumento histórico.
En este foro, que se ha convertido en un escaparate para jóvenes músicos, también participan artistas, investigadores e intérpretes mexicanos, como Ofelia Gómez Castellanos, Raúl Reyes, David Soteno, Álvaro Hernán Pérez, Gustavo Delgado, Erick Omar Martínez, entre otros.
Anualmente se desarrolla, de manera paralela al Festival, la Academia Internacional de Música Antigua para Órgano, consistente en una serie de clases magistrales en torno a la interpretación organística y la musicología.
En el marco de la 19 Academia Internacional de Música Antigua para Órgano 2011, destacan las clases magistrales de David Timm y Christian Schmitt, acerca de la interpretación de la música organística de Johann Sebastian Bach; los conciertos de A. Vivaldi-J.S. Bach (transcripciones para teclado) por Silvio Coleghin; Música italiana para órgano del S. XVI al XVIII por Luca Scandali; Música organística del S. XVI al XVIII por Dariusz Bakowski; Música Ibero-mexicana para órgano del S. XVI al XVIII por Ofelia G. Castellanos, y La música de órgano de Joseph de Torres y Martínez Bravo, por Gustavo Delgado Parra. Además, la conferencia: “La Escolania del Monasterio del Escorial”, por Pedro Alberto Sánchez (España).
Este año se escucharán como primicia el órgano Nassarre (1975) de la Catedral de México. Aparte del Órgano histórico del exconvento de Santo Domingo Yanhuitlán, Oaxaca (c. 1690); el de Santa María de la Asunción, Tlaxiaco, Oaxaca. (c. 1750); Basílica de La Soledad, Oaxaca. (1686); el Órgano Castro del Santuario de Los Remedios de Cholula, Puebla. (c. 1850), y el de San Pablo Zitlaltepec, Tlaxcala (1947).