Revisan la investigación en el periodismo cultural

Oaxaca, México.- ¿Qué es una investigación periodística en el campo de la cultura? ¿Cómo se recorre ese camino? y ¿Cómo se utilizan los sentidos para recorrerlo? fueron las tres  preguntas con las que el escritor y maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), Héctor Feliciano, inició su intervención en la conferencia “El cuento de nunca acabar” que se realizó este martes en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes, durante el segundo día de actividades del Seminario Nuevas Rutas para el Periodismo Cultural. La mesa fue moderada por María Scherer, actual subdirectora comercial de la revista Proceso, y en ella participaron como ponente Héctor Feliciano y como comentarista la artista visual Aurora Noreña. Feliciano comentó que la investigación y la cultura siempre se han visto como hermanas o primas cercanas de la sección viajes u hogar, es decir, como secciones simpáticas pero sin consecuencias, y que en la actualidad hay una tendencia en los medios de comunicación en donde se presenta cualquier reportaje elemental como una investigación. Detalló que para contrarrestar con esa imagen, los periodistas culturales hoy día deben de realizar investigaciones profundas apoyadas en ciertas facultades y emociones como la curiosidad, la modestia, la ingenuidad, el optimismo, la tenacidad y el sentimiento de paranoia. “La primera que llega es la curiosidad, ya que sin ella no saldrán a la luz en nuestra mente las primeras intuiciones, ni nos permitiremos entenderlas. Además sin la curiosidad empujándonos a esa vertiente de arqueólogo omnisciente seremos incapaces de reconstruir ciudades desaparecidas a partir de unos poquísimos elementos”. Señaló que esa curiosidad debe de venir empapada de modestia, una de las cualidades que ha ido desapareciendo velozmente de los periodistas en esta sociedad del espectáculo. “Esta modestia suprime los excesos del protagonismo y eso hace bien, ya que nos permite saber que dice el mundo y no que digo yo. Además reduce el ego del periodista para que ni él ni sus motivos interiores se entremetan y se confundan en la investigación”. Agregó que estas características deben de estar acompañarlas por la ingenuidad “ya que sin la ingenuidad uno no logra nunca hacerse las preguntas que nadie se había hecho antes. En este sentido, el periodista de investigación debe intentar ser un niño que se haga preguntas bobas que lo lleven a nuevas sospechas, a nuevas pistas y seguimientos de rastros abundantes”. Explicó que la ingenuidad debe ir de la mano del optimismo “que nos hará creer que llegará algo, en algún día no muy lejano, que nos permitirá entender las cosas que no encajaban desde un principio”. Dijo que al binomio curiosidad-ingenuidad deberá entrelazársele la tenacidad “o la terquedad, que es un sentimiento todavía más útil porque es más rustico, más primitivo. La terquedad vendrá a reducir toda impaciencia, toda idea de distracción y empujará tercamente a la curiosidad e ingenuidad a no abandonar nuestro objetivo y a seguir adelante”. A estos se debe de añadir el sentimiento de la paranoia, “hecha a la medida y la ocasión. Pequeñita, controlable y temporal. Ya que se trata de utilizarla para bien. Es un sentimiento muy necesario e indispensable para el periodista, porque le permite observar que si existe el complot y la conjura, las maquinaciones e intrigas, pero sobre todo, el hecho de imaginarse que existe un desconocido que intenta esconderle todo lo que debe revelar”. Feliciano estableció que los sentimientos o facultades descritos anteriormente están íntimamente vinculados a dos componentes esenciales de la vida: el tiempo y el espacio, “sin los cuales no existe la investigación, ni la narración, ni el leguaje y mucho menos la tensión y la respiración que hacen vivir una investigación”. Expuso que para atraer nuevos públicos al campo del periodismo cultural, los periodistas deben de interesarse por todo lo nuevo que se genera a nivel de cultura y no sólo limitarse a lo clásico que es cubrir los eventos o retomar los comunicados de prensa. “El periodista debe levantarse de la silla y salir a buscar la noticia e  inventarse un lector. Ese lector tiene que ser muy exigente pero a la vez no debe ser totalmente un erudito. También es muy importante recurrir a la simplicidad en el idioma, porque no vas a dar cátedra, sino vas a hablar de tú a tú”. Durante su participación, Aurora Noreña consideró que se le ha otorgado un papel secundario a la cultura y al periodismo cultural, y destacó que por este motivo se debe de promover un  periodismo productivo que se dirija a un público más extenso. Es decir, no sólo a los aficionados o conocedores del tema sino al lector común, más aún, en el territorio de la cultura en donde se debe buscar revertir la baja de interés de los lectores y de los espacios en los medios. “Una de las causas del descenso es el incremento de los espacios dedicados a los espectáculos. Esto se debe a la primacía de la diversión sobre la reflexión que ha llevado no sólo ampliar la base de lectores de espectáculos, sino que desarrolla todo un género seudo periodístico que busca prioritariamente el escándalo y la diversión en contrapartida de la prensa y las manifestaciones culturales críticas que buscan como fin último, la reflexión”, finalizó. El Seminario Nuevas Rutas para el Periodismo Cultural continúa este miércoles 21 de septiembre con la conferencia “El periodismo cultural no existe, o los calcetines del pianista”, en donde participará  como ponente Leila Guerriero (Argentina), Rafael Pérez Gay (México) como comentarista y Guillermo Osorno (México) de moderador. Nuevas Rutas para el Periodismo Cultural se realizará durante esta semana, hasta el 23 septiembre a las 17:00 horas en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes que se ubica en Río Churubusco 79, esq. Calzada de Tlalpan, Col. Country Club. Entrada gratuita. Cupo limitado. Las conferencias se transmiten en vivo en las páginas: www.fnpi.org y www.conaculta.gob.mx