Oaxaca. México. El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso del Estado, Pavel Renato López Gómez, de la bancada del PT, se reunió este miércoles en la sede del Poder Legislativo con el encargado del albergue “Hermanos del Camino”, el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, quien manifestó su beneplácito por la creación del Instituto de la Defensoría Pública del Estado de Oaxaca.
Sin embargo, el también coordinador de la Pastoral de la Movilidad Humana del Episcopado Mexicano, destacó que para que este Instituto opere, una vez que la LXI Legislatura apruebe su creación, deberá haber un proceso de educación en el que todos tendremos que estar involucrados.
El Instituto es un órgano en el que se integra la Defensoría de Oficio para la Asistencia Jurídica de personas que lo requieran en los procesos penales, según establece la iniciativa de ley enviada por el gobernador Gabino Cué Monteagudo.
El diputado López Gómez y el sacerdote Solalinde Guerra dialogaron ampliamente sobre el tema, especialmente sobre los beneficios que traerá consigo la creación del referido Instituto.
Posteriormente, en entrevista, Solalinde Guerra expresó su inquietud por la poca operatividad y viabilidad de la Fiscalía para la Atención de los migrantes en Ciudad Ixtepec.
Afirmó que es nefasto para los migrantes que no haya podido operar la Fiscalía, porque no obstante que no tiene los recursos adecuados, preocupa la actitud del titular de la misma.
“Aunque es una persona íntegra, desconoce el asunto de los migrantes, no tiene experiencia y tampoco acepta apoyarse en nosotros”, dijo.
Señaló que, por el contrario, ha habido un distanciamiento y ya hubo un incidente, lo cual augura una separación en el trabajo, y no es posible que quienes buscan la defensoría de derechos humanos de los migrantes se vuelvan nuestros enemigos, indicó.
En este sentido, mencionó que pedirá la intervención del Poder Legislativo para coadyuven a encontrar una alternativa de solución en ese asunto.
Por otra parte, consideró que la alternancia no es una competencia de colores, sino un reto para todos, en el cual los partidos políticos deben de participar y superar el error de considerar que es tiempo de uno solo, por el contrario, es tiempo de Oaxaca y de México.
El defensor de los derechos humanos de los migrantes, afirmó que la alternancia constituye una oportunidad de cambio y un desafío, pero tampoco se puede decir que aunque cambie un color todo va a ser maravilloso.
Dijo que, aunque su responsabilidad principal es la de ser defensor de derechos humanos de los migrantes, “si puedo hacer algo por los oaxaqueños lo haría con mucho porque amo este estado y a su gente”.
“Pero especialmente los pueblos mixtecos tienen un lugar muy especial en mi corazón, porque han sufrido la embestida de la destrucción cultural y también de su hábitat”, aseguró.
Solalinde Guerra dijo que preocupa que el Estado Mexicano en el contexto de las medidas cautelares esté conminado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a reconocer la labor de la Pastoral de la Movilidad Humana,
“Pero por otro lado pone en duda y acusa de un trato inhumano la labor de defensoría de los migrantes que hago y me acusa de abandono de personas, cuando sólo somos una ayuda humanitaria”, indicó.
Destacó que tiene la conciencia clara de que en la medida que cuestione a los sectores donde se dañan derechos humanos de cualquier persona, va a crecer la hostilidad hacia su trabajo.
Afirmó que nada lo cambiará ni lo intimidará; por el contrario, va a seguir adelante en su labor.
Añadió que no acusa a nadie ni siente rencor hacia nadie, porque tampoco lo mueve el odio.
“Tengo fuego y pasión suficiente y no necesito fuero como los diputados”, puntualizó.