Ciudadania Express
Viernes 14 de octubre, 2011. 05:30 pm

15 de octubre, Día de las Mujeres Rurales

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Norma NOLASCO* Oaxaca, México.- En días pasados fui invitada por la agencia Cimacnoticias a escribir de forma quincenal un artículo, columna o entrevista para dar a conocer los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Y a propósito del Día Mundial de las Mujeres Rurales, quiero hacer visible lo siguiente: La recopilación de estadísticas específicas sobre género de los últimos años ha confirmado dos cosas: la mayoría de las personas pobres del mundo son mujeres, y ellas tienen la abrumadora responsabilidad de alimentar a hombres y niños hambrientos, y a sí mismas. Cultivan, cosechan y cazan o pescan los alimentos para la familia, llevan agua y leña a la casa, y preparan y cocinan los alimentos. Donde las personas rurales pobres tienen para comer, es en gran medida muy a menudo gracias al esfuerzo, aptitudes y conocimientos de las madres, esposas, hermanas e hijas. Pese a esto, estas mujeres son las últimas que tienen acceso a los recursos, a la capacitación y a los préstamos financieros. [caption id="attachment_132131" align="alignright" width="300" caption="Foto:Binnigula-Alpin"][/caption] En muchos países las dificultades de las mujeres rurales están empeorando conforme los hombres jóvenes y en buenas condiciones físicas parten hacia las ciudades a buscar trabajo. Las mujeres que quedan en sus localidades luchan por criar a sus hijos y hacerse cargo ellas solas de sus fincas. Hoy en día en algunas comunidades de León, Guanajuato, el 60 por ciento de las familias está a cargo de las mujeres (Duarte, Loza de los Padres, El Potrero, San Judas, Encina, Barretos), mientras que los hombres emigran hacia Estados Unidos bajo el sueño americano. Es importante que las mujeres estén bien informadas y sea su propia decisión el ser madres y la distancia entre un hijo y otro. La idea de celebrar un Día de la Mujer Rural surgió durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, organizada por la ONU y celebrada en Beijing en 1995. En un boletín informativo emitido por CIMAC en 1998 nos narran que en Tlacolula, Oaxaca, ya existe un grupo de parteras con el propósito de sensibilizar a los varones en torno a la necesidad de que el embarazo y el parto sean concebidos como un asunto familiar y de pareja, y no algo que sólo concierne a las mujeres. Esas parteras, conocedoras de las condiciones de vida de las mujeres rurales, fueron descubriendo que muchos de los problemas que se presentan en el embarazo, el parto y el puerperio tienen que ver con las condiciones de trabajo y de vida de las mujeres; con problemas de violencia; con que tienen un montón de hijos y sin apoyo; con que tienen la creencia de que si no trabajan mucho son flojas y no son buenas mujeres. En las regiones rurales e indígenas de Oaxaca, las parteras tradicionales constituyen el recurso más importante en la atención de la salud materna: 54.9 por ciento de los partos son atendidos por parteras, y de éstos, más del 90 por ciento corresponde a la atención en el medio rural. Guanajuato es la cuarta entidad federativa con menor porcentaje de población que habla alguna lengua indígena. La población indígena existente es de apenas 10 mil 682 personas, es decir, el 0.26 por ciento de la población mayor de cinco años; también existen tres mil 29 niños menores de cinco años que sus padres hablan alguna lengua indígena. Las lenguas indígenas más habladas son chichimeca jonaz con un 13.4 por ciento; otomí, 9.5 por ciento, y náhuatl, 8.6 por ciento. Según el XII Censo General de Población y Vivienda, la población total del estado de Guanajuato es de 4 millones 663 mil 32 habitantes, cifra que representa el 5.64 por ciento de la población total del país. De la población total de la entidad, el 47.8 por ciento son hombres y el restante 52.2 por ciento son mujeres. En el estado de Guanajuato hay más mujeres que hombres, lo que representa un índice de masculinidad de 91.92 hombres por 100 mujeres. Por otro lado en el año 2000 la población urbana representó el 67.20 por ciento y el resto vive en zonas rurales, es decir, el 32.8 por ciento. Las jóvenes de áreas rurales carecen de información y de recursos. Las y los jóvenes de áreas rurales se casan o se unen con una pareja a temprana edad, siguiendo sus prácticas culturales, pero carecen de los recursos y la información necesaria para evitar embarazos no deseados dentro del matrimonio o la unión. Entre las mujeres jóvenes de áreas rurales, 86 por ciento conoce al menos un método anticonceptivo, en comparación con 98 por ciento de las jóvenes de áreas urbanas. Chiapas y Oaxaca son los estados con el porcentaje más alto (13 y 14 por ciento, respectivamente) de mujeres en edad fértil (15 a 49 años) que no conocen ningún método anticonceptivo; menos de la mitad de las mujeres jóvenes que viven en áreas rurales usan métodos anticonceptivos, en comparación con 61 por ciento de quienes sí los utilizan en zonas urbanas. Más de un tercio de las mujeres entre 15 y 24 años de áreas rurales sienten que su demanda por la planificación familiar no está satisfecha. Esta cifra se compara con 18 por ciento de las mujeres de edad similar de áreas urbanas que tienen esa misma percepción. Las y los jóvenes de las zonas rurales de Chiapas, Guanajuato y Michoacán viven en los estados que tienen el nivel de escolaridad más bajo de todo el país; además en ésas y en otras zonas las mujeres tienen niveles de educación más bajos que los hombres. Diversos estudios han mostrado que la falta de educación está directamente ligada a un menor conocimiento de métodos anticonceptivos. Por la falta de métodos anticonceptivos y los embarazos no deseados que resultan de ello, las mexicanas jóvenes enfrentan un mayor riesgo de salud que las mujeres de más edad. Las jóvenes tienen derecho a estos recursos, los cuales son garantizados por varios acuerdos nacionales e internacionales y por la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. “...El personal de los servicios de salud pública no debe, bajo ninguna condición, negarme información o atención y éstas no deben estar sometidas a ningún prejuicio”, señala la Cartilla de los Derechos Sexuales de los y las Jóvenes, desarrollada durante la Campaña Nacional por los Derechos Sexuales de las y los Jóvenes: Hagamos un Hecho Nuestros Derechos en el 2003. “...Como parte del esfuerzo encaminado a satisfacer las necesidades no atendidas se pide a todos los países que determinen y eliminen todas las barreras importantes que todavía existen para la utilización de los servicios de planificación de la familia”, estipula por su parte el Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de El Cairo, realizada en 1994 (del cual México es un signatario). El embarazo adolescente e infantil está relacionado con la pobreza y la falta de educación. OBJETIVOS DEL DESARROLLO DEL MILENIO Entre los ODM encontramos que el tercero es “Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer. Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza antes de finales de 2015”. Tal situación es difícil de alcanzar, y más cuando nos encontramos ante un retroceso. Nos damos cuenta que las mujeres no podemos decir hoy que tenemos una maternidad libre, voluntaria, gozosa y segura, ya que no existen los medios informativos, de atención y cuidados de la salud para las mujeres, antes, durante y después de un embarazo; además poco se conoce sobre los derechos sexuales y reproductivos (tema que me comprometo en una próxima columna a ampliarlo). La tarea aún no está terminada, falta mucho por hacer; por tal motivo es importante que los gobiernos nacionales, estatales y locales atiendan de forma oportuna, eficiente y con perspectiva de género la situación que hoy agobia a las mujeres, especialmente a las de zonas rurales y étnicas. normanolasco1@hotmail.com *Representante legal del Grupo Unido de Madres Solteras A.C.
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