Bárbara GARCÍA CHÁVEZ
Oaxaca, México.- Al parecer los regímenes que surgieron de la alternancia electoral, nunca transitaron hacia la consolidación de la democracia, más aún, México retrocedió en muchísimos rubros y mantuvo los dos grandes flagelos en el ejercicio del poder: la corrupción y la impunidad.
En materia económica la pobreza aumentó en número y en densidad; el desempleo y la falta de oportunidades redundan en mayor y más sofisticada inseguridad e incerteza jurídica.
Nunca pasamos de la alternancia tan cacaraqueada a la transición democrática tan anhelada. Según se ve el panorama, los gobiernos de la derecha sólo resultaron transitorios y vamos corriendo de regreso al gobierno de los setenta años, el PRI se vuelve a posicionar según todas las encuestas. Dice la vox populi: “el remedio fue peor que la enfermedad” y “vuelve la burra al maíz”.
[caption id="attachment_28586" align="alignright" width="160" caption="Los partidos en su lucha por el poder, olvidaron a la ciudadanía "]
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En todo el país, el clima se enrarece cada vez más en vísperas de las elecciones del 2012. Por un lado, los golpes bajos, las amenazas anunciadas, la cacería de brujas y, en otros vértices, se confabulan y se abrazan con la idea del co-gobierno o, dicho desde las voces aliadas, la coalición para alcanzar la gobernabilidad por lo menos parlamentaria.
Por supuesto, los recientes acontecimientos, tan violentos como turbios, en las campañas locales de Michoacán, presagian elecciones federales conflictivas e inconformidades poselectorales, que la ciudadanía tendrá que sortear.
Por otro lado, estamos frente al poder partidista y el flagrante despojo de los partidos políticos, que siendo un instrumento paralelo de la administración pública en todos los niveles de gobierno y como tal su financiamiento, debe contemplarse en las finanzas públicas, lo que difícilmente sucede en las entidades y menos aún en Oaxaca.
En años electorales, las partidas presupuestales a los institutos políticos llegan a superar el presupuesto anual asignado a alguna Secretaría de Estado, sin haber ninguna información que transparente este financiamiento.
A los tres mil 450 millones de pesos asignados a partidos políticos por la federación, se agregan las sumas que se otorgan desde el nivel estatal y muchas veces también municipal, generando monstruosos emporios políticos sin control, por falta de transparencia formal. Lo que implica convenientemente una relación fáctica de complicidad y chantaje.
Sería cuestión de imaginar fantasiosamente como gobernaría uno u otro partido, considerando que se perfilan tres fuerzas políticas en la competencia electoral, el PRI, el PAN y las izquierdas encabezadas por el PRD.
El PRI con su historia de partido de Estado, añeja y decadente, que dice haber modernizado sus estructuras, con sus aliados eternos del PVEM y ahora con el partido de la temible maestra Gordillo, el PANAL.
El PAN que va sólo con su mal precedente: por un lado, la ineptitud ineficaz y la ocurrente opacidad de Fox y, por otro, la nefasta política de guerra y muerte de Felipe Calderón. Finalmente, la tercera fuerza, la izquierda unida, con los registros del PRD, PT y Convergencia, más el movimiento del águila juarista, MORENA, que se percibe con mucha más fuerza que los partidos que impulsarán a López Obrador, “el legítimo mecías” que en los últimos meses ha variado su discurso, al grado de conciliarse con los empresarios y señores del dinero. Aprendió bien la lección, no volverá a tropezar con la misma piedra.
En Oaxaca las condiciones políticas con referentes nacionales nos pintan un brete mayor, considerando el botín que resulta para las fuerzas políticas coaligadas (PAN, PRD, PT y Convergencia) demostrar el “éxito” del gobierno de la paz y el progreso, frente a la indecisión del gobernador Gabino Cué Monteagudo, que pinta con la derecha y palabrea con la izquierda y viceversa.
Tanto el PAN como la izquierda unida pretenden capitalizar la supuesta benevolencia de la coalición que hablando en plata pura, sólo logró el triunfo electoral, y vender muy barata la idea de la transición que no se alcanza a vislumbrar ni con la lupa de la ilusión, como tampoco por la percepción que sería bastante más fácil. No ha logrado consolidar un gobierno programáticamente sólido que responda ni medianamente a las expectativas ciudadanas.
Los partidos en Oaxaca rumbo al 2011
El PRI local, después de dimes y diretes, traiciones y reacomodos ha logrado un mínimo acuerdo a partir del reconocimiento de su “líder” estatal Pérez Magaña, que se encuentra muy ocupado nombrando nuevos comités municipales, haciendo lo suyo y acompañándose de las y de quienes desde ahora apartan su lugar para las candidaturas federales, claro incluyéndose el mismo.
Ahí está el problema, la rebatinga entre quienes alegan derecho de tanto, por estar cerca del líder y quienes se cortaron el cordón umbilical y recorren el estado haciendo su propia lucha. La estratagema de elección interna resolverá la batalla, esperando que la natural disciplina priista se superponga a las ambiciones personales, o bien, vengan las deserciones de último minuto.
Recordemos que de esas deserciones surgió un nuevo panista, Raúl Bolaños Cacho, quien a pesar de su preparación como jurista, se ha mantenido casi invisible como legislador, cargo al que accedió sin ningún esfuerzo, sólo por su dimisión al PRI; su ostracismo se debe a la indignación que le causó no haber sido nombrado coordinador parlamentario del PAN.
Pues ahora de panista se convierte en radical de “izquierda”, ya lo veremos el próximo martes con Andrés Manuel López Obrador, quien hará oficial su nombramiento como representante de MORENA en Oaxaca, además de perfilarlo como su preferido hacia el Senado de la República. Por supuesto, tendrá que imponerse como él sabe hacerlo a los intereses del PRD y Convergencia, donde ya se había convenido que sería Alberto Esteva, empleado del ya perdedor Marcelo Ebrard.
Esta sorpresa moverá a grupos y personajes de poder en este gobierno tan plural, pues en Convergencia, el partido del gobernador “ciudadano” se desataron los demonios y los grupitos pelean sus fueros.
La diputada Margarita García y Mario Mendoza, ya reconciliados con Emilio Santiago y
sus bases, que responden a los mandatos de Esteva, saben manotear y gritar fuerte, más cuando de defender su lugar en el congreso federal se trata.
¿Qué decir de Benjamín Robles? esbirro del gobernador, que en sus giras permanentes con las unidades móviles, ya tiene gente adiestrada, para que al llegar le levanten los brazos al grito de ¡senador, senador!
El PT, es el registro a priori de candidaturas impuestas por AMLO, es el tributo que le pagan por mantener vivo el registro y claro el presupuesto, que permite la gran vida de sus dirigentes.
El PRD se cuece aparte, las tribus se encuentran muy ocupadas por ahora arrebatándose la dirigencia, prestando padrones de su militancia a SEDESOL y a la Secretaría estatal de Desarrollo Social, para justificar los recursos de los programas sociales, a cambio de algunos apoyos que les atraigan votos para fortalecer a sus grupos por si se requiere llamarlos a votar. Habrá que ver el pleito que se avecina ante la andanada de MORENA; los lugares son pocos y los espacios de candidaturas únicas las determinará el candidato presidencial.
Totalmente gris, pinta el PAN, que está aguardando para saltar al compás de quien resulte ser la o él candidato oficial y presentar sus credenciales para las curules federales, se prevé a Eufrosina Cruz impulsada por su madrina Margarita Zavala hacia el senado, lo cual podría resultar sólo una cortina de humo, porque todo pinta para que será el ex gobernador priista Diódoro Carrasco quien sí llegue a ser el candidato al Senado, de ahí que también ande en adelantada campaña política en los informes de los diputados y diputadas del PAN. Curioso pero a estos jóvenes legisladores nadie les contó cómo fueron perseguidos los panistas cuando él era gobernador del Estado. De ese tamaño la incongruencia.
La otra opción para Eufrosina Cruz es que podría ser la compañera de fórmula, claro ella en la suplencia, y muy decorosamente mandarla a la diputación federal. Todo lo cual sucederá después de pasar sobre varias vidas, políticamente hablando.
O sea, por todos los lados de la partidocracia irán los tricolores arrepentidos y acomodaticios, vaya realidad.
En fin, nos dejan pocas opciones, 2012 no es de Oaxaca no es de México, se lo apropió desde ahora la partidocracia, todos parecen lo mismo, en su mayoría el rebaño es de origen tricolor y el azul es muy pálido y se confunde. Como reza otro sabio refrán, “quién anda con un cojo, si al año no cojea, renquea” o el que dice “en la noche todos los gatos son pardos”.
En Oaxaca la batalla electoral define no sólo curules y escaños, también solventará la viabilidad de este gobierno, que no define aún su lugar ni su color. Aunque en el fondo, como se ve, es más de lo mismo.
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