Salvador JOSÉ
Oír tus certeros análisis, es una luz a la esperanza.
En un país que a diario
parece sucumbir ante la corrupción y el cinismo.
Fue en una fresca mañana, en esta ciudad de verde cantera ,
ibas acompañado de tu esposa y nietos.
El estrado donde una noche anterior te aplaudimos, yacía dormido,
mientras la catedral observaba , revivía la estatua, y con ella parte de la historia.
Historia reciente que charlaba frente a mí.
Nos queda tu “Plaza Pública” columna vertebral de periodismo congruente,
celosamente guardada por
radio UNAM, en nuestra Alma Mater.
Te vas en tiempo de caos y confusión,
dejándonos ausentes de la palabra y la pluma comprometida.
Tus seguidores te recordáremos, aunque a muchos no les guste tu ejemplo.
Tus comentarios serán libros leídos con amor, para los que deseen ser periodistas de corazón.
Gracias Maestro, periodista de la verdad.
Oaxaca, a 22 de octubre de 2011.