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Mario CASASÚS/Clarín de Chile
Oaxaca, México.- En entrevista telefónica desde Tegucigalpa, Lucy Argueta (1983), artista visual hondureña, habla de la influencia del golpe de Estado en la comunidad cultural en Resistencia: “La dinámica social generó un cambio en las formas de producir en muchos artistas, algunos incluso dieron un giro en el curso de sus propuestas para dar paso a intereses más cercanos a lo político y la denuncia. También se vio reflejado en el cine, yo participé en el rodaje de la historia
“Borraré todo lo que pudiera matarte” y un elemento fundamental para el desarrollo y desenlace de la película, fue la inclusión de material grabado en medio de las movilizaciones de la Resistencia Popular contra el golpe de Estado”.
Lucy Argueta, conversó con
Clarín.cl a propósito del segundo aniversario del golpe de Estado de Roberto Micheletti, Romeo Vázquez & CIA: “El 28 de junio -como parte del
Encuentro Internacional contra la Militarización ocupación y represión en Honduras-, realizamos una movilización de protesta frente a la Base Militar Norteamericana de Palmerola en la ciudad de Comayagua, y el evento contó con la presencia de artistas que realizaron un programa cultural en el marco de las actividades, para posteriormente partir hacia Tegucigalpa”.
MC.- ¿Cómo influyó el golpe de Estado en las y los jóvenes artistas de Honduras?
LA.- Creo que en el caso de la comunidad cultural y artística el golpe de Estado convocó a una gran cantidad de artistas de diferentes sectores, supongo que la dinámica social generó un cambio en las formas de producir en muchos artistas, algunos incluso dieron un giro en el curso de sus propuestas para dar paso a intereses más cercanos a lo político y la denuncia.
Por otro lado, esto fomentó el activismo y la militancia organizativa de los artistas en diferentes organizaciones y colectivos, denominados:
Colectivos en resistencia, otros se dedicaron a fortalecer la organización
Artistas en Resistencia (
AenR) a la cual pertenezco siendo miembro fundador.
AenR básicamente aglutinó de manera inicial a artistas y posteriormente ha ido sumando a miembros de otras áreas preocupados por lo que ocurre en el sector cultural.
MC.- El año pasado debutaste como actriz de cine, la película incluye tres historias, el hilo conductor son las escenas durante las manifestaciones de la Resistencia contra el golpe de Estado, ¿cómo fue tu primera experiencia frente a las cámaras?
LA.- “
No Amanece Igual Para Todos” es mi primera experiencia en cine, fue un gran reto para mí, porque implicó un fuerte trabajo de preparación durante varios meses, mientras se rodaba el film. La película está conformada por tres capítulos, con una duración de una hora con cuarenta minutos en total; fue codirigida por Manuel Villa, Ramón Hernández y Francisco Andino. “
No Amanece Igual Para Todos” narra tres historias distintas entrelazadas por el contexto social, por las locaciones, y el cruce de los personajes entre sí a lo largo del largometraje. Un elemento fundamental para el desarrollo y desenlace de la película, fue la inclusión de material grabado en medio de las movilizaciones de la Resistencia Popular contra el golpe de Estado.
El personaje principal del capítulo I,
“Borraré todo lo que pudiera matarte”, Alejandra, a quien yo protagonizo, es una poeta que entrelaza una trama personal con los sucesos de represión que se vivían en la calle. Por ejemplo, el 5 de julio, cuando más de cuatrocientas mil personas se movilizaron al aeropuerto para recibir al Presidente Zelaya, que volvía del exterior en un avión venezolano, junto con representantes de la
OEA. Ese día Mel Zelaya no pudo aterrizar, el pueblo se volcó contra las cercas del Aeropuerto
Toncontín bajo fuego de los militares, y de los francotiradores que asesinaron al joven Isis Obed Murillo. Las tomas de ese momento, forman parte de la película acompañadas de los pensamientos del personaje de
Alejandra, que promueven la liberación, señalando y condenando a los asesinos del Estado.
En la segunda historia:
“Vigía”, se exponen otros aspectos relacionado a los militares que han sido instrumentados para mantener el control a favor de la clase dominante. El personaje principal,
Chepe, es un guardia de seguridad armado, exmilitar, que sufre alucinaciones y ataques paranoicos que lo pueden llevar a matar a personas inocentes. Se mira, por otro lado, el sufrimiento de este personaje, haciendo entender que el verdadero problema es sistémico, y que, de cierta forma, este pobre hombre, viviendo en el área marginal de la ciudad, ha sido otra especie de víctima. Y Por último, la tercera historia que conforma la película, muestra relaciones más complejas de esta sociedad, como la confrontación de clase entre el dueño del medio y el trabajador, el uso indebido o corrupto de influencia entre delincuentes de cuello blanco, ricos, y políticos; relaciones de personas sin oportunidades de trabajo, con ladrones comunes y otras personas de dudosa reputación.
MC.- Fuiste la única mujer que expuso en la tercera edición de la Bienal de Honduras; entre sociedades machistas como las centroamericanas, ¿con cuántos espacios cuentan las artistas para exponer sus instalaciones, pinturas y fotografías?
LA.- Yo diría que mi participación en la
Bienal de Honduras como única mujer, fue atípica puesto que también hay otras artistas que tienen un trabajo muy interesante. Con lo que se refiere a los espacios, creo que es una situación que no sólo limita la producción de las artistas, sino al sector en general de las artes visuales, puesto que son pocos y las políticas institucionales de algunos lugares son bastante burocráticas y poco interesadas en promover la producción experimental, sin embargo, existen otros centros culturales como:
Mujeres en las Artes (MUA), el Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET) y eventos como la
Bienal de Honduras, que permiten el desarrollo de propuestas que se presentan bajo una perspectiva diferente sobre el arte y su modo de producción.
MC.- Recuerdo dos obras de vos en la Bienal, un par de vestidos extendidos en la pared y dos zapatos de tacón con documentos fechados en momentos claves de la historia hondureña, ¿qué representaban ambas instalaciones?
LA.- Sí, para la
Bienal de Honduras participé con dos obras, la primera:
“Post curtición” dos vestidos encerados con resina poliéster con un proceso de tratamiento de la tela como curtido, pues me interesaba dejar expuesta una especie de segunda piel. Esa que parte cómo cobertura de lo interno, piel (Vestido) es un registro de la corporalidad ausente qué cuenta una historia a través de la prenda.
La segunda pieza:
“1948-1972” fue básicamente una bandeja de cocina, unas botas de caucho, y unas escrituras de propiedad de dos mujeres de la época. Con esta pieza intento establecer una serie de símbolos que aluden al sentido de pertenecía de dicho espacio familiar a través del uso de elementos como las dos escrituras de propiedad una de 1948 y la otra de 1972, interesándome de manera particular por el proceso documental por medio de este tipo de registro legal que se conecta con la estructura del matriarcado en una sociedad eminentemente patriarcal. Me interesa develar como estas construcciones sociales se establecen en el ámbito familiar; Quiero profundizar en un proceso de documentación antropológica por medio de estos documentos, objetos viejos o de colección cómo persistencia de una ausencia -presencia de quienes en algún momento fueron sus dueñas.
MC.- ¿Volverás a la memoria de las personas y de los objetos en tu primera exposición individual de octubre?
LA.- Sí, me interesa seguir realizando ejercicios alrededor de la memoria como discurso de lo corporal,
creando situaciones que generan reflexiones a partir de la poética del recuerdo, no sólo a través de los vestidos sino también incorporando otro tipo materiales que abren las posibilidades de explorar algunos aspectos conceptuales que particularmente me interesan plantear en mi trabajo y a su vez generar formas de diálogo sobre la idea de contradicción “la presencia ausente”. Digamos que es un ejercicio que propone en alguna medida, la humanización del objeto.
MC.- ¿Qué proyectos proponen desde la Escuela Experimental de Arte y Capacitación Técnica?
LA.- La Escuela Experimental de Arte y Capacitación Técnica (EAT), es una entidad reciente que nace en el 2010 como un aporte y esfuerzo de artistas visuales como Léster Rodríguez y yo. Con este proyecto nos interesa proponer alternativas educativas referentes a la formación en arte, y como principal objetivo queremos desarrollar a futuro una plataforma pedagógica que contribuya al fortalecimiento de la educación artística no formal para jóvenes creadores y así mismo promover por medio de la cultura y a través de la capacitación técnica, el desarrollo de proyectos sociales que contribuyan a la formación de las y los individuos, y comunidades donde se trabaja.
MC.- ¿De qué forma afectó el golpe de Estado a los artistas en la exportación, intercambios, invitaciones o financiamientos ante los organismos de cooperación internacional?
LA.- Creo que ha sido fuerte, puesto que si bien es cierto hay algunos organismos que están interesados en cooperar con el desarrollo de proyectos desde la plataforma cultural, el problema de la crisis post golpe, a afectado profundamente a sectores vulnerables como el de los trabajadores de la cultura. Por otro lado hay que recordar que en Honduras no existe un mercado del arte que permita hacer esta labor auto sostenible, por lo que muchos artistas optamos por trabajar en otras áreas para poder financiar nuestros proyectos, pero esto no es algo que ocurre desde del golpe, ha sido una situación permanente, sin embargo con la crisis política, se ha agudizado un poco más, lo que también ha generado un problema en cuanto a la gestión de fondos destinados exclusivamente para cultura, pues existen en la agenda de muchos cooperantes, intereses al parecer, más relevantes que promover arte y cultura.
MC.- Junto a la poeta Mayra Oyuela, hicieron la curaduría de las fotografías de: “Tierras del Nunca más”, ¿cuándo imprimirán la segunda edición corregida?, ¿qué balance hacés de la expo, sus tarjetas postales y del libro?
LA.- El proyecto nació como una iniciativa de
AenR y la necesidad de organizar una documentación de la represión golpista y del heroísmo de la Resistencia a partir de una gran cantidad de registros fotográficos que estaban circulando en ese momento. La mayor parte de ese material era producto del trabajo realizado por varios fotoperiodistas hondureños, sin embargo se realizó una convocatoria abierta para quienes estuvieran interesados en participar con material gráfico para integrar la muestra, finalmente se seleccionaron las imágenes de cinco fotógrafos, con las que trabajé en la parte de la edición y producción de las 50 imágenes que conformaron el proyecto. Desarrollar el montaje de la muestra fue un trabajo complejo, quisiera mencionar que esta etapa se realizó con la colaboración de la poeta Mayra Oyuela y de Samuel Trigueros, los tres trabajamos en la exhibición itinerante que se presentó en diferentes lugares del país, lo que también tenía algo de complejidad debido al contenido de las imágenes, las circunstancias políticas del momento, y el hecho de tener que evadir en ocasiones los retenes militares mientras nos trasladábamos de una ciudad a otra.
Del resultado de la exposición nació el libro con el mismo nombre:
Tierras del Nunca Más (
AenR, 2010) que fue distribuido en librerías y vendido dentro y fuera del país, así como las imágenes postales de las mejores fotografías de la muestra. Nos interesaba que el proyecto pudiera ser auto sostenible a partir de la venta del libro, sin embargo, las limitantes económicas han retrasado la producción de la segunda edición de
Tierras del Nunca Más.
MC.- ¿Qué harán los Artistas en Resistencia y los colectivos de músicos para no olvidar el segundo aniversario del golpe de Estado?
LA.- Para el segundo aniversario del golpe están programando varias actividades que se estarán desarrollando por parte de diferentes colectivos,
Artistas en Resistencia,
y otras organizaciones estaremos participando del foro
“Encuentro Internacional contra la Militarización ocupación y represión en Honduras” Jornada continental de solidaridad con Honduras: fuera bases militares extranjeras- basta de criminalización a los movimientos sociales.
Días previos se invitó a diferentes colectivos, partidos de izquierda organizaciones nacionales e internacionales a que se unieran a la convocatoria para participar en el encuentro en
la ciudad de la
Esperanza Intibucá -el lunes 27 de junio- con actividades artísticas y discusiones en torno a diversos temas de tipo político. Y el 28 de junio -como parte del encuentro-, se realizará una movilización de protesta frente a la Base Militar Norteamericana de Palmerola en la ciudad de Comayagua, y el evento contará con la presencia de artistas que estarán desarrollando un programa cultural en el marco de las actividades, para posteriormente partir hacia Tegucigalpa.
MC.- Finalmente, ¿qué país se respira después del incumplimiento del Acuerdo de Cartagena por parte del régimen del Lobo?
LA.- La incertidumbre y la impunidad campean hoy más que nunca en este país. Los acuerdos realizados en Cartagena fueron una “alegría” para muchos por la llegada de Manuel Zelaya, lo cierto es que los mismos acuerdos son -a mi criterio- un pacto de impunidad del golpe, porque finalmente se logró blanquear, aunque algunos triunfalistas lo miren como la posibilidad de ir a elecciones por vía del Frente Nacional de Resistencia Popular (
FNRP), el cual después de la asamblea del 26 de junio a decidido constituirse como un Frente Amplio electoral, más preocupado por lanzar candidaturas que por la reivindicación de las luchas sociales. Sin embargo, existen sectores que consideramos que el proceso de refundación del país también debe darse en la movilización y profundización de la conciencia colectiva de los desplazados por el sistema, y no solamente considerar que lo electoral es la única vía para la transformación social.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=131251