Ciudadania Express
Domingo 26 de junio, 2011. 12:45 pm

Centro de Experimentación teatral, cuna de la vanguardia escénica

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Javier RODRÍGUEZ A/Conaculta Oaxaca, México.- Reunidos en la Sala del Centro Cultural del Bosque, los actores Damián Alcázar, Juan Carlos Colombo, Luis Rábago y Arturo Ríos, participaron en la mesa redonda titulada Memorias del Centro de Experimentación Teatral. Organizada por Conaculta, a través del INBA, la sesión forma parte de los festejos por el aniversario 49 del Centro Cultural del Bosque, que fue sede de dicha escuela, de la cual surgieron algunas de las figuras más importantes figuras de la escena teatral nacional. Cabe recordar que el Centro de Experimentación Teatral fue fundado en 1985 por Julio Castillo y Luis de Tavira, como un recurso para formar a las nuevas generaciones de actores mexicanos, a partir de las ideas innovadoras de ambos creadores escénicos.  La charla fue moderada por Alegría Martínez, periodista especializada en teatro; en la sesión, Luis Rábago se congratuló de que los ahí presentes recordarán los aportes al medio escénico nacional, pero también propuso generar una memoria escrita.      “Porque de esa manera los comentarios y evocaciones que hacemos ahora, respecto a interesantes e innovadoras puestas escénicas, quedará plasmada para siempre, para servir como referencia para las nuevas generaciones de actores.      “Desde luego que este tipo de ejercicios, son parte de la esencia del teatro, que es efímero por naturaleza, pero existe muchas opiniones y discursos particulares que considero sería muy importante conservar por siempre, hay mucha memoria en el olvido”.      La propuesta fue recibida con entusiasmo por los participantes, y entonces los comentarios abordaron la cualidad efímera del teatro, que es considerada también como un elemento fundamental de la mística que le rodea.      En la mesa, aparecieron las memorias de obras como El balcón, de Jean Ganet, María Santísima, de Armando García, Querida Lulú, de Frank Wedekind y Nadie sabe nada, de Vicente Leñero.      Una de las participantes, Martha Navarro, comentó que a través de las obras que montó el Centro de Experimentación Teatral, se enfrentó a la esencia fundamental de la creación escénica: las emociones.      “La mística del teatro radica en lo que provoca en el espectador, sin importar cuál sea su ocupación profesional, me refiero a que no se tiene que ser algo en específico para disfrutar de una buena función, esa es para mí la santidad del teatro.      “Recuerdo que como público, fue una presentación a la que asistí la que me impactó de tal forma que decidí dedicar mi vida al estudio y trabajo en el teatro, así de profundo puede ser su impacto; esa es para mí la mística del teatro”.      Juan Carlos Colombo se unió a la propuesta de Rábago, de crear una memoria impresa del trabajo que se realizó en el Centro de Experimentación Teatral, “pues uno de sus mayores logros fue crear una compañía estable, algo que no ocurría en esos años.      “Recuerdo que fueron años de mucha calidad escénica, de auge en ese sentido, pues había éxitos prácticamente en cada obra que montaban, fue una experiencia que nos marcó a todos. Su desaparición se dio por la falta de difusión, por eso creo que es acertada esta idea
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