Ciudadania Express
Lunes 31 de enero, 2011. 03:34 pm

Con llovizna, Rodolfo Morales se hizo presente en cálido concierto de Horacio Franco

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Fortino TORRENTERA O.   Oaxaca. México. “Esta es una de las bromas del maestro Rodolfo Morales que nos hace ahora estar más juntos”, dijo el virtuoso flautista mexicano, Horacio Franco, quien la noche de este domingo ofreció un cálido concierto al cumplirse una década del fallecimiento del “Señor de los sueños”. Durante la tarde, por las calles de Ocotlán, cuna del reconocido pintor Rodolfo Morales, un carro de sonido invitaba al concierto para recordarlo, mientras un nubarrón avanzaba sobre el ex convento de Santo Domingo de Guzmán, histórico inmueble que el mismo artista rescató en vida. [caption id="attachment_89710" align="alignleft" width="300" caption="Un nubarrón avanzaba sobre el ex convento de Santo Domingo de Guzmán."][/caption] Se escuchaba al fondo a Horacio Franco, acompañado del clavecinista, Santiago Álvarez que probaban desde las 17:00 horas el sonido local, poco a poco invitados, público de la capital y sobre todo el pueblo ocoteco iba llenando las más de trescientas sillas colocadas frente al escenario. Personalidades del arte y la cultura llegaban al lugar. Los pintores amigos de Morales como Ariel Mendoza, Alejandro Santiago, Sabino López y Luis Valencia –éste último coadyuvante para la realización de ese concierto-, promotores, fotógrafos, músicos, se hicieron presentes. [caption id="attachment_89711" align="alignright" width="300" caption="Sin temor a la lluvia, inició el concierto."][/caption] En punto de las 19:00 horas, como se había anunciado, se daba inicio al concierto, mientras los asistentes sentían caer las primeras gotas de una cargada nube que presagiaba un aguacero. Tras ser presentado, el excelso flautista, dedicó su actuación al desaparecido maestro conocido como “El señor de los sueños” no sólo por su imaginario pictórico, sino además por concretar importantes proyectos de rescate patrimonial que pueblos del Valle Ocoteco habían soñado. Abrió el concierto con la Chacona de la Suite en RE Mayor para flauta y continua de Louis Antonie Dornell, mientras llegaban algunos funcionarios como el secretario de Cultura, Andrés Webster o el rector de la UABJO, Rafael Torres Valdez. Cuando apenas iniciaba el primer movimiento de la Sonata en MI Menor Opus II No. 8 de Antonio Vivaldi, cuando se soltó la lluvia, lo que hizo resguardarnos a todos los asistentes. Apenas un par de minutos, la lluvia se había disipado, pero para entonces los integrantes de la Fundación Cultural Rodolfo Morales decidieron realizarlo en el interior del Claustro, hasta donde se transportó el clavecín y las personas ingresaban con silla en mano. “Con esta pasadita de agua, el maestro se hizo sentir para que estuviéramos más juntos”, comentó Adán Esperanza de la Fundación Cultural Rodolfo Morales, mientras los asistentes pegaban sus asientos para dar más espacio. [caption id="attachment_89713" align="alignleft" width="300" caption="Como los grandes, Franco y Álvarez compartieron su arte en cálido concierto."][/caption] Al continuar con el programa, el maestro Horacio Franco, con la sencillez que sólo tienen los grandes, agradecía al público permanecer en ese sitio y se refirió a la lluvia como “una broma del maestro” para hacerse presente.   Por ello retomó la Sonata en MI Menor Opus II No. 8 de Antonio Vivaldi, como parte del programa que integra piezas de su producción discográfica “Mestizaje Novohispano”. Interpretaron luego las Variaciones sobre “La Folia” opus 5 No. 12 de Arcangelo Corelli, seguido de la Chacona de la Suite en SOL Mayor Opus 2 No. 4 para flauta y continuo de Antonio Vivaldi; al fondo iniciaba la misa en el templo anexo, lo cual no impidió al virtuoso compartir su excelsitud. Aquí hizo mención que lamentablemente el desarrollo de la música sacra en la Nueva España no pudo desarrollarse por la influencia de la iglesia, especialmente de la Santa Inquisición, aunque se crearon subgéneros como la Chacona o la sarabanda, que más tarde, de manera clandestina dieran vida a estructuras musicales populares como es el son jarocho y huasteco. Mencionó a maestro de capilla como Manuel de Sumaya –mixteco poblano- o Gaspar de Fernández, de quienes se sabe tuvieron desarrollos sobre la base de la música sacra, pero que no se conocen en la actualidad. Interpretaron luego la Sonata en FA Mayor opus II No. 4, así como la Sonata en SI Menor, opus II No. 5, ambas de Vivaldi y transcritas para flauta y clavecín por Juan Sebastián Bach, para cerrar con “La Folia” de un autor italiano anónimo. Con una cerrada ovación el público se puso de pie para reconocer la perfección en la ejecución que incluso entre quienes conocen de música se hacía patente en la continua exigencia métrica del flautista a su acompañante. Antes del hancore que ofreció con el pressto de la Sonata en LA Menor de Vivaldi, el maestro Horacio Franco, lleno de emoción se dirigió a los asistentes: “Realmente me siento muy contento que hayan permanecido a pesar en este concierto… la música nos une en actos de reflexión como pueblo mexicano, pero en Oaxaca es un orgullo que su pueblo siga apreciando el arte y la cultura, pues es un país con siete regiones maravillosas”. Ello, provocó un fuerte aplauso y remató: “Oaxaca es el estado más entrañable de la República Mexicana. Vino el hancore y el reconocimiento de los organizadores al amor, profesionalismo y virtuosismo de Horacio Franco y Santiago Álvarez, en lo que fue un inolvidable y cálido concierto en memoria del maestro Rodolfo Morales.
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