Miércoles 30 de noviembre, 2011. 12:10 pm
Cristina Pacheco, vestida de “olvido y de tiempo”
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Oaxaca, México.- Los escritores que conviven en la realidad con sus personajes no necesitan presentación. Cristina Pacheco, la periodista, la cronista, la narradora mexicana fue homenajeada en el marco de la 25 Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Con la escritora Almudena Grandes, el poeta Juan Gelman y el periodista Diego Petersen Farah a su lado, esta celebración tocó los finos nervios de esta Feria.
Almudena Grandes, quien se dijo gran amiga de Cristina Pacheco, arrancó las carcajadas del público al decir que lo primero que compartieron fue la experiencia de ser “mujeres de poetas”. Eso las hermanaba, afirmó. Recordó aquella primera conversación en la que hablaron de las lectoras enloquecidas por sus maridos, llamando a su puerta y pensando: “Oh, tú, quita de ahí, prosaica miserable”.
Grandes describió a la homenajeada como una precursora de peculiar registro de escritura: “Un formato de narración breve entre la literatura y el periodismo, que ahora se considera todo un género. Cristina es una precursora radical de las crónicas”. Finalizó al decir que el español le ha dado muchas cosas como suerte, privilegios, una “literatura milagrosa” pero, sobre todo, la oportunidad de tener amigos como Cristina y su esposo, José Emilio Pacheco.
Tras la oleada de aplausos, la voz apacible de Juan Gelman afirmó que Cristina Pacheco, a diferencia de otros artistas, “no crea en soledad, ella crea con otro en frente”. Explicó que en su extraordinario ejercicio como periodista “su humanidad acepta al otro sin reparos, le formula las preguntas justas, las que ni él mismo se habrá hecho alguna vez, lleva a otro a internarse en sí, a descubrirse. En este sentido lo va ayudando a crearse a lo largo de la entrevista, y esto lo sé por experiencia propia.
Gelman afirmó: “Con timidez me interno en otra calidad de Cristina, su escritura, encuentro en ella una suerte de oleaje o ritmo nacido de un asombro de niño, ese que nunca termina”. Y dijo que “sus historias despiertan la emoción aplastada por desastres y dolores, algo que la narrativa actual olvida a veces”.
La homenajeada se definió como una “contadora de historias” que parte de su “incapacidad para soportar la pérdida, la separación, la muerte, la vejez andonada”. “Quizá escribo por cobardía, pero también por entusiasmo de jugar con las palabras, a ver qué pasa con una y otras”. Sobre todo, agradeció la oportunidad que esta Feria le dio de “encontrarse con sus personajes”. Invitó al público a que la acompañen cuando cumpla sus próximos 70 años, y advirtió que vendrá vestida con la gala “de olvido y de tiempo”.
Almudena Grandes, quien se dijo gran amiga de Cristina Pacheco, arrancó las carcajadas del público al decir que lo primero que compartieron fue la experiencia de ser “mujeres de poetas”. Eso las hermanaba, afirmó. Recordó aquella primera conversación en la que hablaron de las lectoras enloquecidas por sus maridos, llamando a su puerta y pensando: “Oh, tú, quita de ahí, prosaica miserable”.
Grandes describió a la homenajeada como una precursora de peculiar registro de escritura: “Un formato de narración breve entre la literatura y el periodismo, que ahora se considera todo un género. Cristina es una precursora radical de las crónicas”. Finalizó al decir que el español le ha dado muchas cosas como suerte, privilegios, una “literatura milagrosa” pero, sobre todo, la oportunidad de tener amigos como Cristina y su esposo, José Emilio Pacheco.
Tras la oleada de aplausos, la voz apacible de Juan Gelman afirmó que Cristina Pacheco, a diferencia de otros artistas, “no crea en soledad, ella crea con otro en frente”. Explicó que en su extraordinario ejercicio como periodista “su humanidad acepta al otro sin reparos, le formula las preguntas justas, las que ni él mismo se habrá hecho alguna vez, lleva a otro a internarse en sí, a descubrirse. En este sentido lo va ayudando a crearse a lo largo de la entrevista, y esto lo sé por experiencia propia.
Gelman afirmó: “Con timidez me interno en otra calidad de Cristina, su escritura, encuentro en ella una suerte de oleaje o ritmo nacido de un asombro de niño, ese que nunca termina”. Y dijo que “sus historias despiertan la emoción aplastada por desastres y dolores, algo que la narrativa actual olvida a veces”.
La homenajeada se definió como una “contadora de historias” que parte de su “incapacidad para soportar la pérdida, la separación, la muerte, la vejez andonada”. “Quizá escribo por cobardía, pero también por entusiasmo de jugar con las palabras, a ver qué pasa con una y otras”. Sobre todo, agradeció la oportunidad que esta Feria le dio de “encontrarse con sus personajes”. Invitó al público a que la acompañen cuando cumpla sus próximos 70 años, y advirtió que vendrá vestida con la gala “de olvido y de tiempo”.
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