Carlos G. Plascencia*
Oaxaca, México.- Jaime, entre otras cualidades, tiene la de la observación. Desde hace muchos años se dio cuenta de que el sonido y la imagen podrían estar al servicio de los pueblos.
Jaime aceptó el reto de sus propias observaciones y exploró con curiosidad casi infantil la palabra escrita, la música, la radio y la televisión. Y le concedió un valor fundamental a la oralidad. Es decir, Jaime Luna, poco a poco, se fue convirtiendo en un gran
comunicador.
Su desarrollada capacidad para observar también lo llevó a ver con ojos poco comunes su propia realidad zapoteca, lo llevó a interpretar de una manera singular la vida de los pueblos originarios. Es así como construye el concepto de la
comunalidad.
La
comunalidad es al mismo tiempo la voluntad, la emoción y la sensación de pertenecer al pueblo, a la colectividad. La comunalidad es reciprocidad y participación. La comunalidad es una manera de describir la sustancia, lo profundo, lo visible y lo invisible de la vida de los pueblos.
Jame Luna nos ha explicado con paciencia y dotes de maestro, que la comunalidad tiene cuatro elementos centrales, que son: el territorio, el poder, la fiesta y el trabajo.
Como comunicador, Jaime desarrolla sus talentos a través de la reflexión y el uso de los medios que están a su alcance.
Desde niño, Jaime Luna se enamoró de la música, la estuvo cortejando y es su íntima amiga hace más de 50 años.
Las canciones de Jaime son carretas con las que podemos recorrer veredas, pueblos, bosques y montañas. En sus canciones habitan niños, niñas, mujeres hermosas, sabias abuelas, valientes parturientas y viudas satisfechas de la vida. Campesinos, mayordomos, profesores, trovadores, panaderas y hierberas, pueblan las historias musicales amorosamente elaboradas por Jaime Luna.
Desde el principio de sus actividades en la comunicación comunitaria, Jaime está totalmente consciente de que las cámaras y las grabadoras serán útiles para atesorar secretos sonoros y visuales, posteriormente devueltos a la comunidad y así, dar testimonio de la identidad zapoteca.
Jaime Luna es un comunicador nato que combina intuición, inteligencia y creatividad.
Con gran
intuición percibe que los sonidos y las imágenes se vuelven memoria, memoria histórica.
Con
inteligencia se apropia de la radio y la televisión para convertirlas en tecnologías al servicio de los pueblos.
Con
creatividad estimula el establecimiento de las radiodifusoras XEGLO y Estero Comunal, así como la propuesta televisiva “Nuestra visión”
Jaime Luna está plenamente convencido de la importancia de la oralidad y la imagen para el libre desarrollo de los pueblos originarios. Se da cuenta que en la oralidad habita nuestra vida cotidiana y que la imagen ensancha nuestra percepción de la comunidad y el mundo en el que vivimos.
Jaime nos dice que en la radio y la televisión comunitarias tenemos espacio más que suficiente para hablar de nosotros mismos, poner ahí nuestros pensamientos y sentimientos, compartir con sonidos e imágenes lo que sabemos y demandar lo que deseamos conocer.
Jaime Luna ve con claridad que con la fuerza de la palabra y con la fuerza de la imagen habrá que fomentar los valores propios, reflexionar en voz alta sobre el modo comunal de vivir y sobre nuestra propia historia. ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Qué queremos seguir siendo? ¿Qué deseamos transformar? Estas preguntas son acicates para dotar de contenidos a los medios de comunicación que creamos y están en nuestras manos.
Con mayores facilidades para llevar a cabo su trabajo, la radio se convierte en el vehículo ideal para compartir historias, tristezas y alegrías, logros y proyectos. La radio nos permite enterarnos de lo que sucede en la comunidad y en lo que sucede más allá de nuestra región. La radio nos ayuda, con la voz y la música, a pensar en voz alta y poner en el aire la vida misma. La radio nos habla al oído y llega al corazón.
Finalmente, Jaime Luna nos dice que la radio y la televisión comunitarias, y ahora el internet, deben servir para organizarnos como comunidades indígenas, elaborar ideas, formular propuestas y realizar actividades gozosas, útiles, disfrutables y que nos hagan felices.
La práctica de la comunicación en Oaxaca se puede ver positivamente transformada a partir del manejo que haga la radio comunitaria haga se sus contenidos.
Las ideas que fue desarrollando a través su práctica comunicativa siguen vigentes. Y creo este merecido homenaje a Jaime Luna, se trata de eso, de la vigencia de sus ideas. De reconocer su amoroso trabajo y la potencialidad que tienen sus pensamientos.
Jaime Luna, felicidades por tus 60 años
Jaime Luna, felicidades por tu valiente familia que te ha acompañado durante décadas. Principalmente Magdalena Andrade y también tus hijos, Luna, Andrés y Julia.
Jaime Luna, gracias por trabajo y entrega.
Jaime Luna, muchas gracias.
Guelatao de Juárez, Oaxaca, a 19 de noviembre de 2011
*Activista social y especialista en medios de comunicación, participante en la mesa Comunicar en comunidad en el homenaje realizado a Jaime Luna en Guelatao.