Heriberto BLANCARTE  L/Conaculta Oaxaca, México.- En opinión de Paula Markovitch, una de las principales premisas de su película El premio, seleccionada recientemente para participar en el 61 Festival Internacional de Cine de Berlín, es retratar a una sociedad donde la verdad puede llegar a ser el mayor crimen de todos.  “Qué pasa cuando mentimos, cuando por razones políticas se dice incluso a los niños que no digan la verdad, esa es una de las cuestiones más desconcertantes de la sociedad contemporánea y es precisamente el eje de esta cinta un tanto autobiográfica”, expresó la directora Paula Markovitch. Producida con el apoyo de Conaculta Cine, a través del Instituto Mexicano de Cinematografía, además de empresas productoras de Francia, Polonia y Alemania, El premio competirá frente a otras 16 películas por el Oso de Oro. En la conferencia de prensa en la que estuvo acompañada por Cristina Prado, directora de Promoción Cultural Cinematográfica del Instituto Mexicano de Cinematografía, Paula Markovitch, quien nació en Argentina y desde muy joven llegó a México,  confesó que realizar esta cinta representó un proceso tanto de reencuentro con sus raíces como de autoconocimiento. “El rodaje se llevó a cabo en el pueblo de San Clemente del Tuyú donde sentía que se encontraban contenidos muchos de los recuerdos de mi niñez durante la dictadura militar, en muchos aspectos el personaje de Ceci, la niña protagonista, soy yo misma”, refirió Paula Markovitch. La trama de El premio se embarca en esos años, enmarcados por las playas grises de San Clemente del Tuyú, donde Ceci, una niña de ocho años, sabe que no debe revelar a nadie su verdadera identidad ni contar en la escuela nada de lo que se habla en su casa porque le puede costar la vida a toda su familia”.  “Ella trata de entender el porqué de no decir la verdad en un mundo lleno de violencia, represión, confusión y miedo. Esta historia me ha dado vueltas en la cabeza por casi 20 años y de alguna manera siempre supe que tenía que plasmar este relato”, narró Paula Markovitch. Afirmó que México es uno de los países más reconocidos a nivel internacional por su política en el asilo político a numerosos pueblos del mundo.  “Esta nación tiene una tradición de hospitalidad, compromiso y asilo a personas en problemas, que fue parte esencial para hacer esta película. Desde el inicio de la escritora del guión, el Conaculta, a través del Instituto Mexicano de Cinematografía apoyó y alentó cada paso del proyecto, por ello mi gratitud es infinita”. La cinta es protagonizada por la joven actriz Paula Galinellli Hertzog, Sharon Herrera, Laura Agorreca, Viviana Suraniti y Uriel Lasillo, la fotografía corrió a cargo de Wojciech Staron, la dirección de arte es de Óscar Tello, la música de Sergio Gurrola y el sonido directo de Alexis Stavropulos y la también directora, ganadora del Ariel, Isabel Muñoz. Marcovitch recordó que en el proceso de hacer la película se reencontró con sus amigos de la infancia en San Clemente del Tuyú, lo cual la sumergió en la atmósfera de recuerdos y nostalgia necesarias para narrar la historia. “Tenía que filmar en el lugar exacto y en los espacios precisos donde ocurrieron todos esos recuerdos plasmados en el guión, de hecho estuvimos en la escuela donde yo asistí de niña, un lugar de San Clemente  donde los niños tuvieron siempre una fuerza y una libertad muy especial”. Recordó que el crew de filmación se convirtió poco a poco en una familia propia dentro del pueblo e incluso muchos de los colonos cooperaron para la producción con ropa y objetos característicos de los años setenta cuando tuvo lugar la dictadura militar. “Varios amigos de San Clemente participaron como asistentes en el departamento de arte y vestuario, pero lo más conmovedor fue la participación de los niños del pueblo que se entregaron y le dieron vida a la historia”. Finalmente, Cristina Prado, dijo que la selección de esta cinta para participar en la Berlinale, llena de orgullo tanto al equipo de producción como técnico que desde México han apoyado la cinta, y recordó que ha sido muy importante  la participación de cintas nacionales en este festival a lo largo del tiempo. “En sus 61 años de historia han sido muchas las cintas que han formado parte de su selección oficial, basta recordar Tizoc, de Ismael Rodríguez, Canoa, de Felipe Cazals, El callejón de los milagros, de Jorge Fons y más recientemente Lake Tahoe, de Fernando Eimbcke, es una gran honor que una nueva cinta de gran calidad nos represente”, concluyó Cristina Prado.