Oaxaca, México.- El periodismo cultural en Iberoamérica atraviesa por una etapa en la que “no goza de cabal salud”, coincidieron en señalar editores y reporteros de medios de comunicación nacionales y extranjeros en un nutrido debate efectuado en el Primer Seminario de Periodismo y Patrimonio Cultural de la región. Ahí, también analizaron la situación del ejercicio informativo frente al patrimonio cultural y los retos del oficio ante la incorporación de nuevos formatos y plataformas tecnológicas, aspectos que han incido en la  paulatina desaparición de la sección de Cultura en los medios. En el foro, que tiene lugar en Palenque, Chiapas, del 10 al 16 de abril, periodistas de la fuente de cultura de medios de comunicación de América Latina, Estados Unidos, España y México, reconocieron también la necesidad de que los reporteros dedicados a informar sobre este tema se especialicen, a fin de difundirlo correctamente entre el público, además de adquirir habilidades ante los nuevos formatos de noticias en Internet. En su intervención, el periodista español Rafael Fraguas, uno de los fundadores del diario El País, indicó que la prensa escrita atraviesa por una crisis, provocada por una serie de errores en su ejercicio, como la falta de autocrítica y diálogo entre periodistas, aspectos a los que se añade el problema de la deficiente formación de las nuevas generaciones de comunicadores. “La información no es un bien patrimonial de nadie, es de la sociedad; nosotros (los periodistas) sólo somos administradores y organizadores de la información, así mismo hay que diferenciar que la comunicación es la extensión de la información hacia la sociedad para que ésta la cualifique en valores, para que le sea útil, y esto a veces se confunde. Cuando estamos informando sobre el patrimonio cultural es intentar colaborar a la difusión calificada de un mensaje. El papel del periodista no es otro que el devolver a la sociedad la información, que es la ‘sangre’ de una comunidad democrática, para que se haga una idea de lo que quiere, de ahí la responsabilidad social tan elevada del periodismo. En el panel, en el que también estuvieron los periodistas Héctor Feliciano (Puerto Rico), de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano;  Ariel González (México), editor de cultura del diario Milenio, y Soledad Semprún, de la Oficina de Patrimonio Nacional de España, Fraguas consideró además que actualmente la palabra escrita, hablada, formulada, vive un descrédito debido a la fragmentación a la que se somete a través de los nuevos medios de comunicación, como el Internet y las redes sociales. En ese sentido, señaló que mientras en los medios informáticos se busca la simultaneidad, en el periodismo lo sustancial es la historicidad, la secuencialidad. “Estamos confundiendo el sujeto con el predicado, el sujeto no es la tecnología, es la sociedad, siempre, no la información; y el predicado la tecnología. “Hay una grave aceptación de la tecnología de forma acrítica, que ha desaparecido hasta nuestra sexualidad. No hay que olvidar que los periodistas tienen la función de guardar el tesoro de la palabra y de la lengua”, puntualizó Fraguas, en el este seminario inédito organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta). A su vez, el periodista mexicano Ariel González consideró que la prensa cultural en México pasa por un momento en el que “no goza de cabal salud”, porque las secciones dedicadas al tema se han empequeñecido, no sólo en espacio sino también cualitativamente. “A la sección de Cultura se le cambia de nombre, y se conjuga con notas de sociales, tendencia o espectáculos, creyendo que eso es atractivo para el lector”, expresó el editor tras referirse también sobre la necesidad de la especialización de los reporteros que escriben sobre la riqueza cultural. “En el caso de México el patrimonio es muy extenso y atañe a diversos sectores, lo que hace difícil presentar del mejor modo sus muchas realidades al público, entonces es necesario saber discernir de lo importante y lo que es parte del paisaje. Es fundamental acercarnos todo el tiempo a quienes han estudiado el tema con profundidad, a los investigadores, realizar nuestras propias indagaciones para presentar correctamente los temas”, señaló Ariel González. En ese sentido, agregó, el principal reto por delante es la valoración diaria constante de la información cultural, “para de esa manera ponernos a la altura del enorme patrimonio que hay en México”. En su intervención, Héctor Feliciano, periodista de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, quien ha trabajado como corresponsal en diversos países y también ha ejercido la gestión cultural en instituciones públicas, comentó que en países como México, España, Colombia y Argentina, donde el tema del patrimonio tiene una tradición establecida, los comunicadores tienen tareas complejas que exigen mucho trabajo, lo que implica una capacitación y especialización para evitar que las secciones culturales se consideren ‘primas’ de las secciones de Viajes o del Hogar”.   Periodismo cultural en los nuevos formatos y plataformas   Un estudio de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) sobre el periodismo digital en América Latina revela que los comunicadores están totalmente ‘desarmados’, “y ante ello debemos adquirir más habilidades para insertarnos en el uso apropiado de las nuevas plataformas tecnológicas. “No obstante, también debemos (los comunicadores) dimensionar adecuadamente los medios digitales y ser críticos con Internet”, expresó Jaime Abello, director de la FNPI, en el panel El periodismo cultural en los nuevos formatos y plataformas, en el que también estuvieron los periodistas Rafael Fraguas, de El País; Sergio Uzeta, director de la agencia Notimex, y Ana Paula Blanco, titular de Comunicación para Google Latinoamérica. Abello, periodista de Colombia, dijo que si bien el periodismo vive un periodo de transición ante la incorporación de las nuevas herramientas de la información, y a su vez enriquecen el ejercicio informativo con elementos multimedia y ya no sólo el texto y la foto, “los comunicadores no deben de perder su capacidad de indagar, de investigar, de autentificar la información, la credibilidad y contar historias. “Con el Internet estamos en una era de sobrecarga de información, y el periodista debe ser un intérprete, de explicarla; su función debe ir más allá de llegar primero y contar mucha información”, concluyó.