Citlalli López/CIMAC
Oaxaca, México.- Todo ocurrió la madrugada de un viernes hace dos años en San Pablo Villa de Mitla. El dolor paralizó a Nancy; en ese entonces tenía 19 años de edad. Las contracciones eran cada vez más fuertes.
No había médico en el centro de salud de la agencia de San Miguel Albarradas, y para llegar al hospital más cercano hay que recorrer 65 kilómetros de terracería en medio de las montañas. El escenario para una tragedia estaba listo.
Pero Nancy tuvo suerte. De haber intentado llegar al hospital posiblemente ella y su hija habrían muerto en el camino. Una partera, tía de la joven, salvó la situación.
MUJERES RURALES, MÁS VULNERABLES
En el estado de Oaxaca hay dos veces más muertes maternas en el área rural que en la zona urbana, es decir, dos de cada tres mujeres que fallecieron por complicaciones del embarazo o por una mala atención médica eran del campo.
De acuerdo con los datos del Sistema Estatal y Municipal de Base de Datos (Simbad-Inegi), de 2005 a 2009 se registraron un total de 336 muertes maternas de las cuales 227, el 67.5 por ciento, corresponden a mujeres que vivían en zonas rurales y 109, 32.5 por ciento, eran de zonas urbanas.
En México, la falta de centros de salud o médicos hace que las mujeres rurales tengan hasta tres veces más probabilidades de morir en el parto o posparto que aquéllas que viven en las ciudades, según datos del Centro para los Derechos de la Mujer Nääxwinn de Oaxaca.
Esta es la situación de las oaxaqueñas que viven en el campo, a dos días de que el próximo 15 de octubre se conmemore el Día Internacional de la Mujer Rural, efeméride instaurada por la Organización de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 2007.
SOBREVIVIR ES UN VOLADO
San Miguel Albarradas, donde vive Nancy, pertenece al municipio de San Pablo Villa de Mitla, ubicado a dos horas y media de la capital del estado. En Albarradas desde hace más de 30 años no se registra una muerte materna, pero las mujeres de esta comunidad rural están concientes de que el desenlace de su parto es un volado.
Nancy, ahora de 21 años, recuerda cómo se salvó: “Ese jueves toda la noche tuve dolor. Como ya no aguantaba mi papá pensaba en llevarme a Mitla, pero mi mamá dijo ‘no, aquí nada más, que tal si nace en el camino como ha sucedido con otras mujeres que ya no aguantan y sus hijos nacen antes de llegar a Santa María’”.
El bebé de la joven traía el cordón enredado al cuello, y la situación se complicaba por la corta edad de Nancy, pero todo salió bien gracias a la labor de su tía la partera.
Sentada en la cama de su cuartito de lámina, Nancy descubre su vientre: está en el quinto mes de su segundo embarazo. Ella confía en que ahora sí parirá en la clínica. “El día que nació mi primera hija el doctor no estaba y entonces tuvo que nacer en la casa. Ella nació el viernes en la madrugada, el doctor se había ido el jueves en la tarde porque tenía una reunión”, recuerda.
COMPLICACIONES
Heriberto Díaz Esteba, médico de la Unidad de Salud de Primer Nivel de los Servicios de Salud de Oaxaca, señala que en Albarradas el periodo reproductivo de las mujeres oscila entre los 25 y 35 años de edad; después de esa etapa muchas de ellas se practican una Oclusión Tubaria Bilateral (OTB) como método definitivo, detalla.
El especialista indica que si bien la muerte materna no es un problema que haya estado presente en los últimos años en esta comunidad, sí se tiene registro de complicaciones del embarazo por preeclampsia (hipertensión arterial), sin que ello ocasionara el fallecimiento de la mujer.
Desde 2008, los Servicios de Salud de Oaxaca activaron un plan estatal contra la muerte materna denominado “Red Roja”, en el que participan otras instancias de salud como el Instituto Mexicano del Seguro Social con el fin de detectar a las mujeres embarazadas y llevar un control adecuado de su salud.
También se asesora a las familias en el cuidado de las embarazadas, y las autoridades municipales deben facilitar los traslados a los hospitales cuando estén alejados de las comunidades rurales.