Ciudadania Express
Martes 04 de enero, 2011. 08:59 am

En Oaxaca, homenaje permanente al director Eduardo Mata

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Rigoberto GÓMEZ  T/Conaculta Oaxaca, México.- Alumno de Carlos Chávez en el Conservatorio Nacional de Música, el internacionalmente reconocido director de orquesta y compositor Eduardo Mata dejó una notable obra al fallecer prematuramente a los 52 años en un accidente aéreo. Este 4 de enero se cumplen 16 años de su fallecimiento. Nacido en la Ciudad de México el 5 de septiembre de 1942, Eduardo Mata fue jefe del Departamento de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de 1965 a 1972, y asesor artístico y director de Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) durante los años 1972-1985. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) publicó en 2005, en su Colección Periodismo Cultural, el libro Eduardo Mata a varias voces de Verónica Flores, en el que se reúnen testimonios sobre el destacado  músico, esencial en el panorama cultural del México contemporáneo. El volumen recopila narraciones de músicos que trabajaron estrechamente con Mata, quienes destacan su enorme estatura musical y artística, su inteligencia y sagacidad interpretativa, su habilidad y competencia para obtener de los instrumentistas el sonido buscado, el equilibrio sonoro justo, el fraseo adecuado, el tiempo correcto. En el libro está también presente la voz del reconocido compositor y sus reflexiones acerca de la interpretación y el papel que desempeña este arte en el fenómeno musical. A más de tres lustros sin la batuta de Eduardo Mata, su legado persiste, pues formó varias generaciones de amantes del arte de la música y construyó instituciones musicales. Uno de los proyectos que más lo entusiasmó fue la fundación de una fonoteca y una escuela de música en Oaxaca, estado por el que sintió un cariño especial. Eduardo Mata, expresó alguna vez: “En realidad la música no existe hasta que suena. Es decir, hasta que el intérprete la realiza en el tiempo. La responsabilidad del intérprete se convierte entonces en una forma de creación.” “En sus manos, los sonidos encerrados en una partitura cobraban vida de manera prodigiosa. A sus inmensos conocimientos musicales y a su técnica y oficio de primer orden, unía, además, una amplia cultura humanística, que le permitía no sólo conocer profundamente la obra que dirigía, sino saber también cuáles eran las convenciones musicales y artísticas que imperaban en la época en que fue escrita, qué relación guardaba la obra con la historia de la música y el arte, y lo que significaban estilísticamente los signos musicales de la partitura”, escribió sobre Mata, el compositor Mario Lavista. Fundada en 1997, la Fonoteca Eduardo Mata forma parte del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y es la institución que ofrece la biografía más completa del compositor musical. La Fonoteca tiene un acervo con más de seis mil volúmenes de discos, videos, casetes, libros, revistas, catálogos y partituras disponibles para todo el público. Fomenta el enriquecimiento musical mediante conciertos, conferencias, talleres, cursos, charlas, presentaciones, recitales de música con entrada libre para todo público. Mata, indica la Fonoteca, fue director residente en el Festival del Berkshire Music Center (1964); director permanente de la Sinfónica de Guadalajara; director artístico de la Sinfónica de la UNAM (que transformó en Filarmónica) y director residente de la Sinfónica de Phoenix (1974-78). Asimismo fue director musical de la Sinfónica de Dallas(1977-); director temporal de la Sinfónica de Londres (desde 1974) en giras por Bulgaria, Austria y México; director invitado de la Juvenil Italiana (1986-87) y director huésped de diversas orquestas de Alemania, Japón, Suecia, Dinamarca, Italia, España, Holanda y Estados Unidos. En 1986, durante el Festival Internacional Cervantino, dirigió los Conciertos de Brandenburgo con una orquesta de cámara formada expresamente para esa presentación. Mata es autor de Trío para Vaughan Williams (1957); Sonata para piano (1960); Improvisaciones para clarinete y piano (1961); Sinfonía N° 1, Clásica (1962); la Suite para Ballet Dévora (1963); Sinfonía N° 2, Romántica (1963); El Ballet los Huesos Secos (1963); Improvisación para cuarteto de cuerdas y piano a cuatro manos (1964); Aires (1964), Improvisación para violín y piano (1965); Sonata para cello (1966), y Sinfonía N° 3 para alientos (1966), entre otras obras. Mata fue miembro de El Colegio Nacional desde 1984. Eduardo Mata llegó a la ciudad de Oaxaca a los cinco años de edad cuando su padre, Federico Mata Sarmiento, fue nombrado Jefe de Hacienda por el presidente Miguel Alemán. Don Federico Mata nació en Oaxaca, en el Barrio de los Siete Príncipes. Después de una prolongada ausencia regresó a su tierra natal junto con su esposa, Ana María Asiaín, y sus hijos Federico, Ana María y Eduardo. Eduardo Mata inició su educación musical en Oaxaca, al escuchar a la Banda de Música del Estado en los días en que acompañaba a su nana a las clases de música de ésta. A la edad de 11 años regresó con su familia a la Ciudad de México. A pesar de sus múltiples compromisos, siempre se dio tiempo para regresar a la tierra de su infancia. A la edad de 16 años dirigió a la Banda de Música del Estado en un concierto dominical. En 1976 llevó al Teatro Macedonio Alcalá a la Orquesta Nueva Filarmónica de Londres. En 1982 volvió a inaugurar el Festival de Primavera, para celebrar los 450 años de la fundación de la ciudad de Oaxaca, así como cada año, hasta 1985, para dirigir la Banda de Música del Estado y a una pequeña orquesta integrada por músicos oaxaqueños, en el Teatro Álvaro Carrillo. Hacia fines de los ochenta y principios de los noventa apoyó al patronato para la restauración del órgano de Tlacochahuaya. En octubre de 1993 dirigió a La Camerata y al pianista Alberto Cruzprieto en el Ex Convento de Santo Domingo (concierto que quedó grabado en un disco compacto). Después de ese concierto firmó ante notario su ingreso como miembro del Pro-Oax, para sumarse a los trabajos de esta Asociación Civil. En 1994 dirigió a los solistas de México, a beneficio de la restauración del Teatro Macedonio Alcalá, de Oaxaca. Mata tenía en mente múltiples proyectos: volver a la composición, impartir seminarios de dirección orquestal, formar músicos mexicanos, dirigir obras de nuevos compositores nacionales, realizar giras internacionales con solistas de México, grabar una serie integral de música Iberoamericana.
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