Oaxaca, México.- Una larga fila de gente que en su mayoría no sobrepasaba la edad de la FIL se aglomeró a las afueras del auditorio Juan Rulfo, lugar donde Fernando Vallejo apareció unos minutos más tarde en compañía del escritor mexicano Benito Taibo y la editora Marisol Schulz. [caption id="attachment_140052" align="alignleft" width="300" caption="Mil jóvenes con Fernando Vallejo, presentados por Benito Taibo y Marisol Schulz, dentro de la XXV Feria internacional del libro en Guadalajara(FIL/Natalia Fregoso)"][/caption] Previo al diálogo con los anfitriones y el público de “Mil jóvenes leen a Fernando Vallejo” se llevó a cabo una ceremonia prometida por el escritor en la que hizo entrega pública de la remuneración monetaria que conlleva el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2011 a dos asociaciones protectoras de animales. Representantes de estas recibieron cada una un cheque por 75 mil dólares y un abrazo por parte del autor de La virgen de los sicarios. “Los libros con todo y que van a ser electrónicos van a durar un poco más. El hombre es la palabra, no las imágenes, una palabra vale por mil imágenes”, fue una de las primeras afirmaciones del escritor, y con ella se ganó los aplausos del público presente. Fernando Vallejo asegura ser quien introdujo a los “sicarios” al español, ya que cuando su obra fue publicada empezó a usarse la palabra. Una de las pasiones de Fernando es el idioma, por lo que durante la charla se hizo un recorrido por los modismos que imperan tanto en el español de Colombia como en el de México, y la diferencia que hay en los significados que se les da a las palabras en la vida cotidiana: “En Colombia puede llamarse marica a cualquiera”, mencionó. Cuando los jóvenes se adueñaron del micrófono para entablar conversación con el autor hicieron preguntas referentes a temas como la discriminación, la inseguridad en México, la homosexualidad y su trayectoria como escritor, entre otros temas. En sus respuestas, Fernando invertía mucho tiempo en hablar sobre la Iglesia y los animales, por lo que Taibo, quien moderaba la charla, se vio obligado a pedir a quienes hacían uso de la voz no hacer preguntas referentes a esos temas. “Se van a acordar de mí algún día cuando se quiten la venda moral y se den cuenta de que no deben comerse a los animales, no puedo pedirles que salgan de aquí ahora y dejen de hacerlo, pero ya todos me han escuchado y me han entendido bien”, afirmó el escritor a punto de concluir con el encuentro. Una chica se interesó por la opinión del autor sobre la juventud fanática de su prosa. “Yo no sé quiénes son mis lectores”, aseguró Fernando. Acto seguido, una gran cantidad de manos se levantaron para indicar el gusto y el interés por su obra. “Es la primera vez que los conozco”, dijo el autor con una sonrisa irónica.