Ciudadania Express
Martes 04 de enero, 2011. 04:24 pm

Gabriela Brimmer: vivir en un cuerpo que no obedece

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Gabriela NICOLAT*/Cimac Oaxaca, México.- El 3 de enero del año 2000 murió la escritora, poeta y activista social Gabriela Brimmer, quien naciera en la ciudad de México el 12 de septiembre de 1947, hija de una pareja de judíos suecos  avecindados en nuestro país. A causa del factor RH incompatible entre sus padres: RH positivo en él y RH negativo en ella, Gaby nació con parálisis cerebral. Su madre buscó ayuda médica en los mejores hospitales de México y Estados Unidos. No logró mejoría en su hija.      Gabriela Brimmer poeta Desde la adolescencia, Gaby empezó a escribir poemas. Poemas líricos, en verso libre. En la mayoría de ellos reflexiona sobre su situación personal. Se pregunta por qué vive encarcelada en un cuerpo que no responde. En otros se rebela contra la divinidad y le pregunta: “¿Por qué nací así?”. Transcribo un fragmento de un poema: Me gustaría decir en el final que estuve agradecida de poder ver, oír, oler, gustar y palpar ante todo, y a pesar de todo, desde este cuerpo inhábil, y esta silla de ruedas, haber sabido amar y razonar. Christy Brown y Gaby Brimmer Christy Brown fue un escritor, poeta y pintor irlandés que nació y vivió en las mismas condiciones que Brimmer. Ambos nacieron con parálisis cerebral, ambos se sobrepusieron a su enfermedad y ambos, gracias a su pie izquierdo, que era el único miembro corporal que sí les respondía, supieron comunicarse con el exterior. Christy Brown, impulsado por su madre -quien le infundió seguridad  y lo trató como uno más de sus hijos, no como discapacitado- escribió su autobiografía: Mi pie izquierdo. Gaby Brimmer recibió el apoyo, cariño y comprensión que no obtuvo inicialmente de su madre, de una mujer indígena del servicio doméstico: Florencia Sánchez Morales, quien para poder apoyar absolutamente a Gaby, aprendió a leer, aprendió a manejar un automóvil y la acompañó a todas partes. Florencia renunció a su vida personal para dedicarse al cien por ciento a apoyar en sus actividades a Brimmer. Gaby leyó el libro de Christy Brown. Y supongo que le dio fuerza para seguir escribiendo y luchando. Podríamos decir que Christy Brown y Gaby Brimmer vivieron vidas paralelas, Coincidieron en el tiempo, en el coraje para vivir dignamente. Ambos escribieron su autobiografía y ambas historias fueron llevadas al cine. Brown fue apoyado por una enfermera, quien se enamoró de él en el proceso de la escritura del libro y finalmente fue su compañera de vida. Gaby Brimmer pudo escribir su historia gracias a su nana Florencia y a la también escritora y periodista Elena Poniatowska. Poniatowska realizó una larga entrevista con la madre Sari, Gaby y Florencia. Y con esos tres testimonios y algunos poemas, publicó el libro Gaby Brimmer, una historia verdadera, 1979. En 1987 Luis Mandoki estrenó la película del mismo nombre, coproducida por Estados Unidos y México. Gaby Brimmer, madre adoptiva Gaby Brimmer quiso ser madre. Intentó ser madre biológica, sin embargo encontró muchos obstáculos en el camino, entre ellos, no encontrar al progenitor adecuado. Después decidió ser madre adoptiva y lo consiguió. Adoptó en 1978 a una niña a quien llamó Alma Florencia.      Funda ADEPAM Gaby Brimmer fue pionera en la lucha por los derechos humanos de las personas con discapacidad. En 1995 le otorgaron la Medalla al Mérito Ciudadano. Brimmer fundó en 1989 la Asociación para los Derechos de las Personas con Alteraciones Motoras (ADEPAM). Esta asociación apoya a personas con daño neurológico y discapacidad motora. Da estimulación temprana a bebés y niños con daño cerebral. Es una asociación que se sostiene gracias a donativos en dinero que otorgan algunas empresas y personas de la sociedad civil; donativos en especie y al trabajo de voluntarios. Alma Florencia y Florencia quedaron al frente de la asociación al morir Gaby. Su muerte Tal como lo había profetizado en un poema, Gaby murió un día frío y gris, el 3 de enero de 2000. El poema  dice:      Quiero morir en un día de invierno gris, feo, frío, para no tener la tentación de seguir viviendo. Moriré en esa época del año, porque de todo el mundo he recibido frío. Quiero morir en invierno para que los niños hagan sobre mi tumba muñecos de nieve.                                                             Gaby  Brimmer * Licenciada en Letras Españolas por la UNAM, escritora mexicana y correctora de estilo.
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