REFORMA Oaxaca.- Deportado de Los Ángeles, California, el periodista oaxaqueño, Enrique Flores Magón (1877-1954) emprende, con su esposa Teresa y sus hijos, el regreso a México en 1923. En la aduana de Ciudad Juárez, el punto de entrada, le son confiscados ejemplares de Regeneración, férreo opositor al régimen de Porfirio Díaz, quien forzó su exilio en 1903. El menor de los Flores Magón, Jesús y Ricardo, arma un escándalo y consigue que le sean devueltos los periódicos Su tesón por mantener viva la llama del magonismo ha permitido conservar un acervo de 10 mil documentos desde 1850 hasta 1960 y 650 registros fotográficos. La Universidad de Harvard, a través del programa Latin American Libraries and Archives, se ha interesado porque esos papeles sean preservados y otorgó un primer apoyo de 20 mil dólares al Centro Documental Flores Magón que gestiona el acervo. Estos fondos permitirán digitalizar los manuscritos del periodista y el fondo de "Revoltosos" —como el régimen de Díaz llamaba a los magonistas— del Archivo General de la Nación. "Es el archivo de un exiliado (...) es inédito y pulsa muchas otras cuerdas además de la historia que tiene como centro al Partido Liberal Mexicano (fundado en 1906). Me interesa abrir el espectro de intereses", describe Diego Flores Magón, bisnieto de Enrique. Imprentas de otros exiliados y periódicos de corte anarquista de la época, entre otros materiales localizados por la historiadora Guadalupe Miranda en las galerías de Lecumberri. Si Harvard refrenda el apoyo financiero otorgado un año más, se digitalizará el fondo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ligado al magonismo. *** A la epidemia de influenza española se debe que Enrique haya dejado testimonio de su encierro en la cárcel de Leavenworth, Kansas, el destino de disidentes políticos, anarquistas, socialistas y algunos comunistas, cuando se desató el "miedo rojo" en los Estados Unidos. Ricardo, aquejado de reumatismo y diabetes, solicitó su traslado a esa prisión federal en 1919. Enrique ya estaba preso ahí desde mayo de 1918. Cuando enferma, es puesto bajo el régimen de aislamiento. En la soledad de su celda, el periodista mantiene correspondencia con su hermano Ricardo y otros presos anarquistas, socialistas españoles, italianos y estadounidenses. "Esas cartas son profesiones de fe anarquista (...) Se ve hasta qué punto era firme la convicción de que la revolución estaba a la puerta y era inminente el inicio de una nueva era histórica", explica Flores Magón. Enrique fue liberado en septiembre de 1920. No corrió igual suerte su hermano. *** Una de las riquezas del archivo es el expediente relativo a la repatriación de los restos de Ricardo, muerto en Leavenworth en 1922. Su mujer, María Brousse, acepta la ayuda ofrecida por la Cámara de Diputados, a instancias de Antonio Díaz Soto y Gama, un antiguo magonista, para el traslado a México. Decisión a la que se opone Enrique, al rechazar que el Estado se apropie de los restos de su hermano. Una postura dogmática anarquista que matizará con el tiempo. En los años 30, con el régimen de Lázaro Cárdenas, se reconcilia con los gobiernos posrevolucionarios, acota Diego Flores Magón. Al final, la voluntad de Brousse se impone. Los restos de Ricardo son llevados de Ciudad Juárez, a donde llegaron en enero de 1923, hasta la capital del País. Del itinerario ha quedado un valioso testimonio gráfico, con las multitudes siguiendo el cortejo. *** Al poner los papeles de Enrique Flores Magón para su consulta digital tanto en la Casa del Ahuizote, sede del centro documental, como en internet, se pretende romper con el monopolio de los historiadores sobre los archivos, pero sin excluirlos. "Me importa el uso erudito de las fuentes pero también un archivo más transparente", recalca Diego Flores Magón, historiador. Buena parte del primer apoyo otorgado por Harvard se destinará al desarrollo del software necesario para poner en línea la documentación. La familia no descarta donar el acervo una vez terminada la digitalización.