CENCOS
Oaxaca, México.- Con el propósito de “exponerme y hacer ruido para que el asesinato de mi madre no quede impune”, Micaela Cabañas se presentó en conferencia de prensa en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro ProDH). Ella increpó a la izquierda mexicana, a los medios de comunicación y centros de derechos humanos: “¿por qué me dejan sola si los necesito?. Exijo que me ayuden a salir adelante”.
[caption id="attachment_119077" align="alignleft" width="300" caption="Foto:CENCOS"]
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Y es que la hija del finado guerrillero Lucio Cabañas tiene reiteradas amenazas recibidas después del doble homicidio, por lo que “no me importa exponerme porque así voy a salvar las veinte vidas de mis familiares”, sentenció.
Su tía y su madre Reyna e Isabel Ayala Nava, respectivamente, fueron asesinadas el pasado domingo 3 de julio, cuando salían de un templo en el poblado de Xaltianguis, en el municipio de Acapulco, Guerrero.
En un inició se creyó que el homicidio se debió a un asalto puesto que no se encontraban las bolsas ni los celulares de las víctimas y porque el clima de violencia ha ido en aumento en el poblado el último año. Pero fue esa misma noche del 3 de julio cuando Micaela recibió una llamada a su celular desde el teléfono de Isabel, su madre; al contestar fue insultada y amenazada.
Incluso, añadió, “pude haber sido yo (la asesinada) porque iba siempre con mi madre y con mi hijo al templo. A mi tía le dispararon primero, y nos parecíamos físicamente, de haber sido yo toda la descendencia de mi padre hubiese terminado”.
De la asociación civil Nacidos en la Tempestad, constituida por hijos de guerrilleros, Diego Lucero Estrada añadió que el mensaje podría ser muy claro “pues -dramatizó en voz de los agresores- si matamos a la esposa de Lucio Cabañas, entonces ¿qué le espera a otros defensores, activistas y luchadores sociales?”.
Diego además contextualizó los hechos ya que tres días antes del asesinato se hizo la propuesta de una iniciativa para la conformación de una Comisión de la Verdad en el estado de Guerrero, dentro de la cual Isabel Ayala Nava, esposa única del guerrillero, habría sido una testigo clave ya que fue detenida-desaparecida en el Campo Militar No. 1, junto con su hija Micaela, entre 1974 y 1976 donde “vio a muchos que ya no se les verá y escuchó a muchos que ya no se les escuchará”.
José Luis Moreno Borbolla , también exguerrillero y presidente del Centro de Investigaciones Históricas de Movimientos Sociales (CIHMS), hizo hincapié en la política irracional del presidente de la República, Felipe Calderón, en su guerra contra el crimen organizado y en que “la impunidad que estamos viviendo ahora golpea a luchadores sociales; desaparecen pero no se investiga”. Al contrario, “Isabel fue torturada por Arturo Acosta Chaparro y para defenderlo lo acusan por delitos contra la salud y luego Felipe Calderón lo libera y condecora por servicio a la nación”.
Ante la cuestión de si fue el crimen organizado o las fuerzas armadas quienes asesinaron a las hermanas Ayala Nava, Micaela y Diego respondieron que no saben quién fue pero no debe descartarse ninguna línea de investigación. Con respecto de las investigaciones, dijo que ninguna institución le ha cerrado las puertas y les han brindado apoyo pero no hay ningún avance ni les han dado solución porque no es un caso cualquiera y tienen dos líneas de investigación, además de que ningún centro u organización de derechos humanos ha tomado el caso.
Para finalizar, Micaela Cabañas recalcó “mi urgencia es salir del país y por eso pido ayuda de todos mis compañeros incluidos ustedes (los medios de comunicación)”. Tras abandonar su casa, en los últimos días han transitado cada noche de un lugar a otro por lo que pidió “que se nos dé una visa o un asilo político a los dieciocho de nosotros (sus familiares); sé que hay muchos casos pero ahora quiero pedir por mí y por mi familia. Quiero regresar a mi casa aunque sé que no es posible, ayúdenme que no tengo a nadie más, ya no tengo padre ni madre”.