Ciudadania Express
Martes 16 de agosto, 2011. 03:24 pm

Ingresos, empleo y pobreza en México 2008 a 2010

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Observatorio Política Social y Derechos Humanos Oaxaca, México.- La publicación reciente de los datos de la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares 2010 (ENIGH 2010) reveló la magnitud de los impactos negativos de la crisis económica en las familias mexicanas. Dadas las características de la economía de México, el mercado de trabajo, en especial el vinculado al exterior, fue el que sufrió las peores consecuencias: el ingreso corriente promedio por hogar trimestral cayó 12.3%, el monetario 13.6% y el no monetario 6.8%, todos en el lapso de 2008 a 2010. Pese a lo importante de las caídas de los grandes rubros de ingreso de los hogares, es necesario desagregar la información disponible para comprender mejor las causas y efectos de una caída tan importante de la economía y del ingreso. Dentro de los factores que determinaron la caída global de los ingresos de los hogares en México es importante destacar varios elementos. El primero tiene que ver con el periodo de la crisis económica y la información disponible. La crisis económica comenzó en el sector financiero en 2007 y se trasladó al lado real de la economía (empresas, salarios, contratos, consumo, gasto, etc) a mediados de 2008. Esto significa que la caída de los ingresos por motivo de la crisis económica debe observarse, por lo menos, a partir de la caída registrada en las ENIGH´s 2006, 2008 y 2010. Es decir, la tasa de crecimiento de los ingresos 2006-2010 es el dato que mejor refleja la dureza de la recesión en los hogares. Debido a los ajustes que se hará a la ENIGH´s conforme a la población total del Censo de Población y Vivienda 2010, es imposible conocer con exactitud esta cifra, sin embargo, dado lo que se observó de 2006 a 2008, es factible que la caída total del ingreso corriente de los hogares ronde por el 14% en el periodo 2006 a 2010. Otro aspecto que es importante considerar es el comportamiento de los salarios en el mercado de trabajo en México. Sin duda, el sector más afectado por la crisis es el sector laboral formal y en particular el sector exportador. En los flujos de ingreso monetario de los hogares, ocho de cada diez pesos provienen del mercado de trabajo (remuneraciones, ingreso por trabajo independiente, etc). La caída de estos ingresos en el periodo 2008 a 2010 fue de 8% para remuneraciones y de 40% para el trabajo independiente. No obstante, es importante señalar que, aunque la caída del primer tipo de ingresos es menor, éste representa poco más del 60% de los ingresos de los hogares. Se menciona que después de tan estrepitosa caída llegará la recuperación. Es justo sobre el mediano plazo donde se debe hacer una reflexión. Años antes de la crisis económica, de 2005 al primer trimestre de 2008 los ingresos promedio por hora crecieron poco más de 6%. Después de que inició la crisis los ingresos promedio de la población disminuyeron 14% de 2008 a 2011, también en términos reales. Es decir, la recuperación en los salarios tendrá que ser de cerca de 3% anual para llegar al nivel de 2005 en el año 2013; después de casi ocho años lo que recibirá un trabajador por hora trabajada permanecerá constante. Ese periodo de tiempo es en realidad la mejor aproximación a la recuperación en las remuneraciones. Quizá el PIB regresé en menos tiempo a sus niveles previos a la crisis pero cabe recordar que el efecto es escalonado y no inmediato al mercado de trabajo. Como se ha señalado, la causa inmediata de la caída de los ingresos en el país es la de los ingresos por trabajo; el resto de los eslabones derivan de la política económica y del poco éxito en el incremento fuerte y sostenido de los salarios reales. En los efectos, el primero es el de la lenta y penosa recuperación que tendrán los trabajadores en sus salarios. El segundo, como lo muestra la información actualizada 2010 del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) sobre la pobreza en el país, es el incremento en el número de personas en situación de pobreza multidimensional que pasó de 48.8 a 52 millones. No es casual que los estados en donde los salarios promedio por hora cayeron más importantemente se dieran los aumentos más significativos en el porcentaje de personas con ingresos inferiores a la línea de bienestar mínimo de CONEVAL. Por ejemplo, en Baja California Sur una persona gana en promedio 51 pesos la hora (2,438 pesos por 48 hrs, pesos 2010) en 2007, para mediados de 2010 el mismo indicador cayó a 45 (2,160 pesos/48hrs, pesos 2010). Esa caída es la que provocó que aquellas personas que se encontraban próximas a la línea de bienestar de 2,130 pesos por persona (junio 2010)  cayeran en la línea de pobreza y se aumentará en 46% la proporción de personas con ingresos inferiores a la línea de pobreza en Baja California Sur; en otras palabras, la caída de los ingresos por trabajo redujo el ingreso de los miembros del hogar –recordando que difícilmente los 2,438 pesos a la semana son exclusivamente para quien trabaja, deben repartirse en su familia- y los empujó por debajo la línea de bienestar. Ahora bien, dadas las características de la medición de CONEVAL, estar por debajo de la línea de bienestar no es suficiente para ser pobre, se debe estar por debajo de la línea y además tener uno o más de los derechos sociales no cubiertos. Sin embargo, hay una relación muy estrecha entre estar por debajo de la línea de bienestar y tener al menos una privación –ya sea en salud, educación, alimentación, seguridad social, vivienda-, el porcentaje de personas con sus derechos sociales cubiertos e ingresos inferiores a la línea es del  5.8%. Lo mismo en el sentido inverso, para salir de la pobreza no basta con que la política social alcance el 100% de cobertura –algo que tardará varios años, quizá más de una década-, es indispensable que el ingreso crezca, en especial el salario. Retomando lo que se establecía unos párrafos arriba, la recuperación del ingreso es lenta y por tanto la reducción de la pobreza también. Por supuesto, la política social tendrá que terminar su trabajo y asegurar la educación básica, el acceso a la salud, la dotación de servicios para la vivienda y la seguridad social.

Una lección de la crisis económica es la fuerte relación que existe entre los Derechos Económicos y Sociales y la pobreza, la no realización de éstos conduce a la pobreza. Indudablemente la pobreza es un asunto de derechos humanos, no sólo de los que provee directamente el Estado como la educación o la salud, sino de los que se satisfacen con acciones indirectas como la alimentación o el empleo. 

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