Fortino TORRENTERA O.
Oaxaca. México. Bromista, abierto, inteligente, contento, el realizador mexicano Arturo Ripstein, quien será homenajeado este sábado en el Teatro Macedonio Alcalá, recomienda no hacer ficción de la realidad nacional.
“No se puede ficcionar lo inmediato”, respondió a una reportera que preguntaba si la realidad de México podría ser motivo de una película, “En este momento no se debe hacer una ficción, sino estar en este tiempo de transición, solo el documental permitiría retratarla”.
Durante una charla con los medios de comunicación, el cineasta mexicano, quien muy joven como iniciara su carrera como asistente de Luis Buñuel, rompió con esa imagen temperamental e inaccesible, al hablar jovialmente de diferentes aspectos de su obra y su vida.
Sobre su afinidad por la literatura comentó: “No soy un lector voraz, pero he sido un lector atento, desde muy jovencito todo lo que leía era pensando cómo se filmaría, como lo haría película, nunca tuve dudas en lo que quería, no ser escritor, sino hacer películas”.
De las lecturas que más le agradarían para hacer cine, respondió que hay una buena cantidad de textos que no todas se pueden convertir en película, pero lo que hago está permeada por esa cantidad de lecturas.
Recordó que su primera película fue una novela de Gabriel García Márquez “y convencí a mi papá de hacerla, porque él era muy difícil, por lo que le dije que conocía a un escritor colombiano cuando García Márquez no era muy conocido”.
Ripstein considera que una constante en su trabajo ha sido trabajar más con escritores que con guionistas; escritores como Elena Garro, José Emilio Pacheco, Vicente Leñero, entre otros.
Consideró que las adaptaciones al cine son un reto y una manera de abordarlas, como ejemplo puso la de “Madame Bovary” que la define más como una revisión de una novela de Gustave Flaubert con el peso de más de un siglo de haberse escrito.
“Me gusta más la ficción que la narrativa” apuntó al tiempo de considerar que no tiene memoria, ni miedo a la crítica, como en la muestra que hizo de su cinta “El santo oficio” a Octavio Paz y José Emilio Pacheco quienes mostraron su gusto, mientras que un proyectista de apellido Paniagua al devolverle el rollo le incriminó “Qué mierda hiciste”, enseñando que la crítica demostrada puede venir de donde sea.
Aclaró que nunca se ha retirado del cine “hay momentos en que uno hace una pausa para ponerse a reflexionar por donde se quiere caminar, pero nunca me he ido”.
Ser invitado por la Feria Internacional del Libro, consideró que “es muy estimulante, muy grata para mí, es estar cerca de gentes que hace libros y que me han gustado tanto, que es a veces mejor que estar cerca de gente de cine”.
La noche de este sábado, Ripstein recibirá un homenaje por su obra y aportación al cine nacional en el marco de la 31 Feria Internacional del Libro Oaxaca 2011, donde estará Ernesto Gómez Cruz, Blanca Guerra y Arcelia Ramírez.