Rosa ESTHER JUÁREZ Oaxaca. México. La doctora Nelly Robles, responsable del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Oaxaca, fue reconocida este año con el Premio a la Excelencia en manejo de Recursos Culturales por su trabajo al frente de la zona arqueológica de Monte Albán. Nelly Robles es una mujer que ha innovado: nacida en Oaxaca, tiene 13 años al frente de Monte Albán. Este año fue premiada por el manejo de ese sitio arqueológico. Apasionada del trabajo en el campo, la ciencia y la relación con las comunidades, vive la tensión constante de recuperar el pasado en el presente, con vistas a su conservación en el futuro. ¿Cuáles son las cualidades del modelo Monte Albán? Es la propuesta integral para el manejo de un sitio. Antes manejar un sitio significaba hacer arqueología y hacer arqueología. Hoy, es integrar sus otros aspectos, desarrollar otro tipo de ciencias que se involucran. Estamos trabajando la zona como de desarrollo científico, no sólo arqueológico, con un manejo mucho más diverso. Por esa razón un arqueólogo encabeza, pero lo asisten arquitectos, biólogos, diseñadores, educadores. De los resultados obtenidos, ¿qué valora más? La relación con las comunidades ha mejorado muchísimo: de sentirse despojados por el gobierno federal, ahora se sienten parte de este gran movimiento conservacionista. En estos años que tiene al frente del sitio, ¿de qué siente orgullosa? De haber impulsado el plan de manejo, haber dado el salto de la teoría a la práctica que es la parte más difícil. Integrando temas de antropología, ecología, las ideas que vienen de la Convención del Patrimonio Mundial, de la que México es firmante. Cuando en aquel entonces, la Unesco pregunta por los planes de manejo, era un mundo desconocido, porque manejábamos los sitios desde la arqueología. Mi propuesta tiene que ver más con una conjunción de las disciplinas académicas y una práctica muy de fondo en la cuestión social. Esta es mi aportación. Se dice fácil pero ha costado mucho trabajo. ¿Cómo es el mundo de la arqueología para la mujer? El problema estriba en la capacidad de liderazgo, no de género. He tenido experiencias en el campo que por ser mujer, los mismos trabajadores quisieran no tomarla a uno en serio, pero cuando muestras con tus propias manos, que sé agarrar un machete, hacer la excavación, conducir un camión de volteo. Es decir cuando se muestra el liderazgo haciendo las cosas, eso abre puertas, porque nadie lo puede objetar que yo lo sé hacer. Y he sido muy contundente con trabajadores y mis propios colegas de que si no me vas a ayudar, no me vas a estorbar. ¿Qué proporción hay ahora de arqueólogas? Interesante, ahorita estamos casi al 50 por ciento. Cuando yo llegué era mucho menos, apenas el 20. ¿Cuál es la aportación de la mujer a este campo? Aunque en Estados Unidos insisten en llamarla arqueología feminista, yo creo que la arqueología es una. Y creo que estamos aportando concentrarnos en el trabajo y ser más metódicas, por ejemplo en los laboratorios de cerámica casi siempre hay mujeres. Llevamos ventaja porque tenemos la capacidad de tener tres u ocho canales, de crear muchas cosas al mismo tiempo, podemos llevar el control de la excavación y los trabajos laboratorio al mismo tiempo. ¿Qué hemos heredado de la mujer prehispánica? Creo que una gran enseñanza es entender que la mujer prehispánica tuvo un rol mucho más importante de lo que habíamos pensado. Cuando hablamos de los grandes cacicazgos mixtecos, o reinados mayas, pensamos en varones, pero la arqueología nos está diciendo lo contrario. Las cacicas mixtecas eran señoras que dominaban territorios enormes, representadas en códices mixtecos vestidas de militares, trabajando sus casas, siendo madres. ¿Por qué no sabemos de ellas? Es parte de este sesgo que ha tenido la ciencia en general al considerarla como un asunto masculino. Obvio, un varón haciendo arqueología va a ver todo con ojos masculinos. Pero en hoy en día sabemos que la participación de la mujer era importantísima y a nivel de liderazgo que dominaron grandes territorios en Oaxaca. Y ahí está la reina roja de Palenque que no desmerece en nada su rito funerario con cualquier rey varón de su época. ¿Tiene una figura femenina inspiradora prehispánica? No tenía hasta hace dos tres años que encontramos en el Pueblo Viejo de Tepezcolula a una señora que denominados I15. Los primeros españoles estaban ya dominando ese pueblo, la señora cacica fue enterrada ahí, con toda su ofrenda que la reconocía como tal. Estamos hablando de una ofrenda lapidaria de 50 mil objetos, la más grande vista en Mesoamérica. Se ha convertido en un icono porque es la primera vez que lo veo muy claro. No quiere decir que sea la única, pero ese entierro es una referencia muy clara de lo que fue la participación mujer.