Lilia TORRENTERA G. Oaxaca, México.-  El poeta mexicano Homero Aridjis convocó desde Oaxaca a una movilización social en escalas  tan iguales como la resistencia  que se registra en los países del Medio Oriente o África y como parte de la solidaridad nacional con Javier Sicilia para  exigir al gobierno de Felipe Calderón y al crimen organizado un alto a la violencia en México. El llamado a esta cruzada, lo hizo en solidaridad con su compañero de letras, Javier Sicilia al acompañar al icono viviente de la Generación Beat,  el también poeta estadounidense, Lawrence Ferlinghetti y al artista plástico español, Frederic Amat ,con quienes se dio cita la noche cálida del sábado en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO)  para presentar el libro ¿Qué es poesía?,  publicado  por Carla Zarebska y su sello editorial Zare Books. Homero Aridjis fue severo en sus señalamientos cuando expresó con vehemencia: “Creo que esta crisis de violencia ha sido provocada por una corrupción extrema de varios sexenios de gobiernos corruptos, que ha llegado a un clímax intolerables y arrastrando al país a un abismo”. Al referirse con tristeza al caso del homicidio de Juan Francisco Sicilia,  dijo: Todos los días  se registran asesinatos. Ahora se trata del hijo de Javier Sicilia, pero también de muchos hijos de gente que no son conocidas y que son crímenes que se quedan impunes. Son niños, jóvenes, mujeres, hombres de todas las clases sociales y que mueren sin huella y sin investigación y  muchos menos sin que los culpables sean procesados y castigados”. Consideró que la resistencia y la organización  civil de todos los sectores sociales, es la única fórmula  contra la violencia “ cuando el gobierno hace oídos sordos a la justicia”. “Hoy se debe solidarizarse con Javier Sicilia, por ello le dedique la lectura, porque  está representando a un padre que como mucha gente,  que no tiene voz” Advirtió que por desgracia el crimen de Juan Francisco quedará impune y esos ya intolerable ante la falta de investigaciones confiables para encontrar a los responsables ya que  solo se buscan chivos expiatorios mientras  los asesinos continúan libres. A este clima de terror, señaló, se  conjuga también con los asesinatos de migrantes y recordó que como michoacano, esto le pesa por lo sucedió en ese “autobús de la muerte”. Homero Aridjis que llegó a Oaxaca  de un maratónico viaje procedente de Londres, Inglaterra donde fue invitado a participar en diversos encuentros literarios,  dijo que es una tristeza que México sea ya protagonista de un escándalo mundial por la violencia que se vive. “Es una crisis de frontera a frontera, está explotando, pero el gran problema que tenemos como ciudadanos, es que el gobierno hace oídos sordos a los reclamos de paz”.  Y recordó que  cuando joven  vivió la masacre de estudiantes Tlatelolco en 1968, y eso fue una parteagua en la historia moderna de México “Pero ahora parece que se registran masacres todos los días y no pasa nada. Lo más grave es que  mucha gente se está acostumbrando a la violencia y la está aceptándola como una forma de vida. México no puede vivir bajo el miedo porque esto es ya un terrorismo social”. Manifestó que a través de la conciencia y el espíritu se puede enfrentar a la violencia pero también  “asumiéndose como una voz crítica porque es un gobierno muy inculto no hace caso a la cultura”. En este contexto Aridjis  alentó al resurgimiento de intelectuales críticos  al expresar que en la actualidad se “están viendo muy cortesanos y acomodaticios porque ya es momento  de reaccionar como opinión pública, dándole voz a los mexicanos que no la tienen para hacer público este descontento y sobre todo atender este clamor de justicia.”. Recordó que  Lawrence Ferlinghetti, en la lectura de su poesía, se refirió a lo que pasa en Medio Oriente donde había dictaduras muy difíciles y que con la movilización social  se ha logrado cambiar sus gobiernos. Por ello, Aridjis confió que  los mexicanos se revelarán  contra el miedo, pues aunque predijo en su artículo Un año horrible que 2011 sería uno de los más cruentos en cuanto a violencia, es posible que con “protestas y más protestas, y todos juntos se pueda conjurar  esta desgracia”.