Heriberto BLANCARTE/Conaculta
Oaxaca, México.- Durante el intermedio del concierto en el que se interpretaron fragmentos de óperas como
Fausto,
La Bohème,
La Traviata y
El barbero de Sevilla, el tenor mexicano Francisco Araiza, recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes en reconocimiento a sus 40 años de carrera artística internacional.
Teresa Vicencio, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, acompañada por Sergio Ramírez Cárdenas, subdirector del INBA, entregó la presea al artista en medio de los aplausos que se extendieron durante varios minutos por todos los niveles de la sala principal del coloso de mármol.
“Este reconocimiento es uno de los más importantes que puede recibir un artista mexicano, si bien es una presea personal, yo la convierto esta noche en una medalla familiar, dedicada a mis seres queridos, a mis amigos, mis colegas y a todos los que han creído en mí a lo largo de estos años”, afirmó Francisco Araiza, visiblemente emocionado y acompañado de José Areán, quien dirigió a la Orquesta del Teatro de Bellas Artes.
La titular del INBA dijo que con la entrega de la Medalla de Oro de Bellas Artes se reconoce la solidez de una trayectoria artística y una vida dedicada a la ópera.
“Nos unimos a la celebración y el beneplácito por lo que Francisco Araiza ha logrado en estas décadas de trabajo y que le ha merecido un destacado lugar entre las grandes voces de México y del mundo”, expresó Teresa Vicencio.
Durante el concierto, Francisco Araiza, acompañado del joven tenor Alejandro Armenta, interpretó la Escena primera del acto I, de la ópera
Fausto, de Charles Gounod.
Asimismo, desfilaron por el escenario grandes cantantes, a los que Araiza llamó sus “queridos y destacados alumnos”, entre ellos Gerardo Garciacano, Marija Vidovic, Javier Camarena y Joo-Hee Jung, además de la participación del Coro del Teatro de Bellas Artes, con la dirección artística de Xavier Ribes.
Otras piezas interpretadas durante la velada fueron el fragmento
Rivolgete a lui lo sguardo, de la obra
Cosi fan tutte, de Mozart, además de
O soave fanciulla, de
La Bohème, de Giacomo Puccini.
Asimismo se ofreció la obertura y el pasaje
La calunnia, de
El barbero de Sevilla, de Gioachino Rossini, así como dos pasajes de la ópera
Carmen, de Georges Bizet.
Acompañado del Coro del Teatro de Bellas Artes, Francisco Araiza cerró la noche con la interpretación del fragmento
Gia nella notte densa, de la ópera
Otelo, acompañado por la soprano Joo-Hee Jung.
Cientos de palmas celebraron el final del concierto y gritos como ¡Bravo maestro! se sumaron a los vítores de quienes rindieron homenaje de pie durante varios minutos al artista mexicano.