Oaxaca, México.- El coloquio México en los pabellones y las exposiciones internacionales (1889-1929) fue realizado en el auditorio del Museo de San Carlos con la participación de Marco Antonio Silva Barón, Raquel Franklin Unkind, Hugo Arciniega Ávila y Aurora Avilés García.
El propósito del encuentro fue analizar y reflexionar sobre las coincidencias y diferencias de las exposiciones decimonónicas, la construcción de una imagen nacional, las exposiciones universales, las fiestas de la arquitectura y el imaginario nacional en los murales del pabellón mexicano en Sevilla 1929.
Raquel Franklin Unkind, coordinadora del Centro de Investigación en Arquitectura de la Universidad Anáhuac, ofreció una primera aproximación sobre cómo se entendía la identidad en los pabellones que México presentó en las exposiciones universales a partir de 1851. Explicó que nuestro país ha transitado por las diversas rutas (desde su primera incursión en 1884), como fue el caso del Palacio Azteca que presentó nuestro país en 1889 y con el cual trataron de mostrar un pasado glorioso.
Las participaciones del gobierno mexicano a lo largo de los años ofrecieron diferentes momentos: desde el exotismo a la búsqueda de la identidad o la intención de establecer un estilo nacional. En la exposición de 1900, por ejemplo, México trató de demostrar cuán lejos había llegado en su desarrollo, mientras que en la de 1933, demostró con su construcción, cuál sería el futuro de la arquitectura mexicana.
Aurora Avilés García, cocuradora de la muestra
México en los pabellones y las exposiciones internacionales (1889-1929) que se exhibe en el Museo de San Carlos, abordó el tema: “El imaginario nacional en los murales del Pabellón mexicano de Sevilla en 1927”. Durante su intervención que acompañó con diapositivas, explicó que gracias a los hijos de Víctor M. Reyes, conoció los murales que el maestro pintó en ese pabellón.
Víctor M. Reyes, originario de Campeche, fue un maestro que incorporó una metodología para la enseñanza del dibujo. Él no se consideraba artista, sino pedagogo y estaba alejado de los principios tradicionales de la plástica de la Academia de San Carlos.
Fue el maestro quien realizó los frisos en la segunda planta del Pabellón de Sevilla, los murales en los arcos y cúpula de la escalera. Para esa tarea estudió los monumentos mayas y representó dos temáticas: personajes típicos, como el charro mexicano y la china poblana, así como a la clase trabajadora: alfareros, tejedores, mineros, vendedores de flores y agricultores.
La especialista comentó que el maestro rodeó a sus personajes del ambiente que correspondía a su tarea y en el caso de los tipos mexicanos, exaltó de cada uno de ellos las cualidades regionales. Relató que Víctor M. Reyes fue militante del Partido comunista y quiso rescatar el entorno de la clase trabajadora, que se revaloraran las producciones locales de cada región y que se tomaran en cuenta las manifestaciones artísticas que ofrecía cada una de las entidades que representó en sus murales.
Aurora Avilés informó que los murales se perdieron, pero se conservan las calcas originales aunque se encuentran en mal estado. Por último comentó que los trabajos del artista campechano tuvieron una representación nacionalista identitaria, lo que nos habla de nuevo de la construcción de identidad.
Marco Antonio Silva Barón, jefe del Departamento de Curaduría e Investigación del Museo Nacional de San Carlos se refirió a las coincidencias y diferencias de las exposiciones decimonónicas, mientras que el investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, Hugo Arciniega Ávila, desarrolló el tema de la arquitectura que nos representó en los pabellones y en las exposiciones universales.
La exposición
México en los pabellones y las exposiciones internacionales (1889-1929) integrada por dibujos, videos, fotografías, impresos, libros, revistas, maquetas y pinturas de Rosario Cabrera, Alberto Fuster, Carlos Obregón Santacilia, José María Velasco y Ramón Cano Manilla, entre otros, se puede apreciar, de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas en Puente de Alvarado 50, Colonia Tabacalera.