Oaxaca, México.-Organismos civiles denunciaron que la reforma del Estado que aprobarà este miércoles la LXI Legislatura a propuesta de Gabino Cué, no refleja una verdadero cambio democrátcio en Oaxaca al proseseguir con viejas prácticas que solo privilegian los ineteres de los partidos políticos.
A continuación el posicionamiento enviado a esta redacción
La Reforma Constitucional aprobada este miércoles 6 de abril por la LXI Legislatura del Congreso de Oaxaca, con todo y los esfuerzos de distintos actores ciudadanos orientados a abrir el debate público, no encarna el cambio democrático esperado por el pueblo de Oaxaca. A más de cuatro meses de haber ocupado el poder un gobierno proveniente de una elección altamente participativa, observamos con desconcierto que las viejas prácticas de hacer política y de legislar continúan vigentes.
Los contenidos de dichas reformas quedaron supeditados, una vez más, a los acuerdos partidistas en los que se privilegiaron los intereses políticos sobre las demandas de la ciudadanía. Queda de manifiesto que lo que se vive en Oaxaca es sólo una alternancia política y no los cambios profundos que requiere una verdadera transición democrática.
Destacan algunos aspectos de la Reforma Constitucional, en particular aquellos referidos a mecanismos de democracia directa, cuya aplicación resulta inaccesible e inoperante a la ciudadanía, pues los porcentajes que se establecen para que puedan ser solicitados son muy elevados (20 % de la lista nominal para iniciar el Plebiscito); se convierten así solamente en “instrumentos de papel” que jamás se podrán hacer realidad. Además, nos preocupa que la instancia encargada de llevar a cabo la implementación de estos mecanismos sea el Instituto Estatal Electoral -y ahora de Participación Ciudadana-, esta institución hasta hoy sólo ha representado los intereses de la partidocracia.
Resulta contradictorio que mientras en el Plan Estatal de Desarrollo un eje central es el de pueblos indígenas, éste no sea un contenido relevante de la mencionada reforma. Una vez más, los derechos de los pueblos indígenas quedarán relegados a un lugar secundario en la legislación oaxaqueña. Así mismo, la citada reforma no garantiza condiciones de igualdad para la participación política de las mujeres.
Respecto a los órganos autónomos la reforma no plantea una nueva institucionalidad que garantice su real independencia. El cambio más trascendente por el que optó el legislativo fue tan sólo una modificación de nombre, tal es el caso de la ahora denominada “Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca”.
De acuerdo a los
20 Compromisos para la Reforma Política en el Estado de Oaxaca, presentados por EDUCA a la Comisión de Estudios Constitucionales de la LXI Legislatura, de los cuáles no se consideró ninguno para la citada Reforma, los temas ausentes son: la reforma municipal, reconocimiento al cuarto ámbito de gobierno, reforma política, candidaturas ciudadanas, acceso a la justicia para los pueblos indígenas, cuotas de género, entre otros. Estos temas son indispensables para avanzar hacia una democracia sustantiva y un estado social de derecho.
Finalmente, para lograr los cambios políticos que se requieren en Oaxaca es necesario cambiar las prácticas en el ejercicio del poder. La gobernabilidad democrática sólo se alcanza con leyes e instituciones legítimas y confiables, donde se respete la diversidad cultural, se dote de poder a la ciudadanía y los actores políticos construyan acuerdos a partir del interés de la sociedad y no de los intereses particulares o de grupo.