Javier RODRÍGUEZ L/Conaculta
Oaxaca, México.- Resultado del Primer Concurso Nacional de Fotografía Altares y Ofrendas del Día de Muertos en México, Conaculta, a través de la Dirección General de Culturas Populares, publica el libro con las imágenes ganadores y las que obtuvieron menciones honoríficas en este certamen.
El concurso se realizó en el año 2009, y la iniciativa tuvo el propósito de actualizar el registro en imágenes de una de las manifestaciones culturales más significativas de México, el Día de Muertos, que ha sido declarada como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
Con la publicación del volumen se dan a conocer diversos aspectos y facetas en la preparación y realización de la festividad, como aspectos estéticos, artísticos y emocionales, pues esta celebración expresa la relación íntima de los participantes con la muerte.
Los textos que acompañan el libro fueron escritos por Héctor Zarauz, quien señaló que el concurso cumple con difundir lo que ocurre en torno de la celebración del Día de Muertos y durante la festividad misma, que es la más representativa de las culturas de México.
“Es una celebración con origen en los pueblos prehispánicos, algo que le da una profundidad interesante; además es la festividad no cívica mejor conservada, pues no ha sufrido la intervención comercial alguna, como ha ocurrido con otras fiestas populares”, señaló Héctor Zarauz.
Destacó que el registro en imágenes crea una actualización de cómo se celebra el Día de Muertos en la actualidad, pues es una festividad que ha cambiado con el paso del tiempo, pero siempre sobre una tradición. “Los cambios que se han dado en los últimos años, quedaron registrados con las fotos que participaron en el concurso, convocado por Conaculta.
“Me parece que el resultado –indicó Héctor Zarauz-- es muy interesante, porque vemos cómo se han incorporado a la tradición elementos modernos, como la tecnología; también se puede ver la extracción campesina, indígena, urbana, moderna o citadina, de los autores; es una posibilidad que demuestra la vitalidad del festejo.
“En tercer lugar, podría señalar el uso de la fotografía como medio de expresión, pues en las imágenes ganadores y en las que se incluyen en el libro que derivó del concurso, se puede apreciar tanto el culto a la muerte, como el orgullo de montar los altares”, precisó.
Al ser un certamen abierto, la calidad de los fotos inscritas fue muy variada, con coincidencia en su valor estético o bien como testimonio de una situación específica; es así que se pueden encontrar imágenes muy bellas, con composiciones cuidadas y que transmiten emociones diversas, describió Héctor Zarauz.
“Ese es un elemento muy importante, pues a pesar de que en todo el mundo se le rinde culto a la muerte, ninguna otra festividad esta tan llena de color y tradición ancestral como la de México, es una fiesta única. Desde luego, también se pueden transmitir sentimientos de tristeza, pero al ser una fiesta, porque se trata del regreso de los muertos a la casa donde vivieron, las fotografías nos llevan a emociones diversas y personales”.
Héctor Zarauz detalló que en la decisión de cuáles serían las fotografías ganadores, los responsables del proceso se enfrentaron a una situación muy difícil, porque eran muchas las propuestas y de gran calidad. “En cuanto a los participantes, básicamente hubo una división muy simple, una corresponde a los fotógrafos aficionados, con composiciones básicas, pero que poseían un valor estético importante, o bien el propio registro del momento les daba un valor relevante.
“La otra vertiente –explicó-- fueron las imágenes que fueron hechas como un registro antropológico. El criterio en general para definir a los ganadores y a las menciones honoríficas, se definió por lo que las imágenes aportaban a la actualización del Día de Muertos, así como su aspecto estético”.
Un aspecto que deja en claro la publicación, es el impacto que el Día de Muertos tiene en jóvenes, quienes demostraron tener con mucho oficio y buen ojo para elegir las imágenes que propusieron en el certamen.
“Pero también se puede apreciar la evolución de la festividad, que es interesante desde varios ángulos, el histórico, el antropológico, cultural, espiritual, personal y colectiva, así como su capacidad que tiene para adaptarse al contexto del país.
“Las fotos demuestran cómo se han incorporado nuevos elementos, como un altar que esta dedicado a una señora que en vida le gustaba Pedro Infante, y en el que colocaron una televisión en la que aparece una película del cantante; en otro hay una foto de la cantante del dueto estadounidense Los Carpenters, y otros que son que son verdaderas instalaciones o intervenciones plásticas”.
El ingenio manifestado en los altares y ofrendas, resalta cómo se ha mantenido vigente esta festividad, sobre la base de un culto ancestral y de la idea de festejar el regreso de los muertos, que tienen que ser recibidos con alegría.
“Esto le permite al Día de Muertos seguir existiendo, además de tener una participación cada vez más amplia de la sociedad mexicana, de sectores que habían dejado de celebrarlo por diversas razones pero que ahora lo retoman”, concluyó Héctor Zarauz